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jueves, 28 de enero de 2010

Hace falta una Universidad 2.0

No sé si esto ocurre en tu universidad actualmente, pero donde yo trabajo se ve en cada inicio del semestre académico. Ya los bulletin boards no dan a vasto para colocar tantas hojas sueltas. Las escaleras que conducen al primer y segundo nivel están llenas de promociones para vender libros de textos a precios razonables. Los estudiantes utilizan estos espacios como tablones de expresión pública para la compra y venta textos a ser utilizados en los diversos cursos que se ofrecen en la universidad. Durante los cambios de clases y en el periodo de almuerzo, se aglutinan los alumnos en busca de alguna hoja que anuncie la venta del libro que tanto necesitan comprar junto con el número telefónico de su vendedor. Los profesores ya han asignado lecturas y tareas a llevar a cabo en las próximas sesiones. La ansiedad por encontrar una buena ganga en plena recesión económica se hace evidente.

Sin embargo, me llama mucho la atención el hecho de que la universidad posee una arquitectura tecnológica, una página web y algunos recursos digitales que pueden ser utilizados al máximo por la comunidad. Entonces, ¿por qué no se crea un entorno social estudiantil? ¿por qué no se abre el camino hacia el establecimiento de una universidad 2.0? Sería interesante que se diseñara algún proyecto digital donde los estudiantes universitarios adquieran un rol protagónico en distintas dimensiones: personal, social, cultural, académica, científica y profesional. Estas habilidades y destrezas son las que se necesitan los alumnos de hoy para formar parte de una nueva economía de conocimiento.

Existen tantos recursos tecnológicos gratuitos en la Web que pueden ser utilizados con estos fines. El tener accesible información desde un punto de acceso estudiantil resultaría de gran beneficio para la comunidad. No haría falta gastar tintas de impresora ni buscar espacios adecuados donde pegar los anuncios. Todo ese papel pegado en la pared terminará en el bote de basura dentro de unos días. Aunque la universidad cordina un plan institucional de reciclaje, es muy poco el personal que se dedica a recoger los depósitos de papel, aluminio y vidrio. La cantidad de basura que genera la universidad es enorme. Creo que la administración debería concienciarse más sobre este asunto. En todas las universidades hay una unidad de Tecnologías de Información y Comunicación que se encarga de administrar las redes y sercivios electrónicos.

El uso de pantallas de plasma o LCD ha sido un éxito en muchas instituciones educativas. Este es un excelente ejemplo de cómo la universidad ahorra significativamente dinero en tintas, papel y canvas para diseñar promociones de las actividades institucionales.

Uno de los grandes proyectos digitales que existía en la UPR de Arecibo se llamaba Plaza Virtual del Estudiante. En este entorno los alumnos publicaban anuncios de compra y venta de libros de textos. Esta era una red social estudiantil para compartir información, recursos instruccionales, proyectos investigativos y actividades estudiantiles. Su uso fue expandiéndose significativamente a medida que la comunidad exploraba sus grandes beneficios. No obstante, por razones desconocidas, la misma ha dejado de funcionar. Me parece que en esta era tecnológica en la que vivimos, los estudiantes necesitan un entorno de expresión donde compartir. Y en muchas ocasiones, los que conocen un poco de tecnología, se aventuran a desarrollar sus propios entornos sociales.

En muchas ocasiones, las decisiones administrativas afectan las funciones socio-académicas de la comunidad. Esto conlleva a restringir el uso de diversos recursos de la web que podrían ayudar en el proceso de enseñanza, aprendizaje y colaboración social.

La gran mayoría de los estudiantes optan por crear sus cuentas en Facebook y MySpace como redes sociales de preferencia. El formar parte de una gran red estudiantil a través de esos recursos resulta ser limitado. Muchas de esas redes estudiantiles terminan convistiéndose en pequeños grupos exclusivos que interaccionan entre sí para compartir la información que necesitan. Los efectos suelen ser limitados.

Es importante que la universidad comience a desarrollar una cultura tecno-académica como partde de sus funciones sociales. La administración universitaria debería promover el establecimiento de entornos de colaboración social para el desarrollo de la inteligencia colectiva. Sin embargo, un pequeño grupo de profesores se ha lanzado a la aventura de implantar sus propios proyectos tecnológicos innovadores con estos fines. Los resultados han sido maravillosos. Muchas personas desconocen el verdadero potencial de los entornos de colaboración social, pues, mientras más información se comparte, mayor será el aprendizaje adquirido.

Para lograr esto se necesita lo siguiente:
  1. Administración: Desarrollar un reglamento institucional sobre el uso adecuado de las redes sociales para el intercambio de información, la colaboración, promoción de actividades institucionales e interacción social entre todos sus miembros. Que su uso sea exclusivamente para fines sociales, culturales, académicos, científicos y profesionales.
  2. Docencia: Promover el uso adecuado de las redes sociales en sus actividades instruccionales (ciudadanía digital), desarrollar nuevos entornos de enseñanza y aprendizaje, fomentar las competencias de la era digital, desarrollar proyectos tecnológicos innovadores en los que se teorice la práctica de la disciplina y permitir la manifestación de las múltiples capacidades de la inteligencia humana.
  3. Estudiantes: Nuestros protagonistas: ciudadanos digitales, infociudadanos, infonomistas, investigadores y profesionales capaces de utilizar los recursos tecnológicos para el bien común. Se les debe permitir el formar parte de la cultura tecno-académica institucional. Sus habilidades tecnológicas, experiencias y conocimientos ayudarán a fortalecer la red social del conocimiento. Ellos serán capaces de crear, desarrollar nuevos productos de conocimiento, trabajar en equipos, solucionar problemas, cuestionar e indagar y diseminar sus hallazgos en los diferentes recursos electrónicos. Estamos atendiendo a jóvenes adultos, no niños.
Por el momento, seguiremos viviendo en la era de los impresos promocionales pegados en las paredes de los pasillos y escaleras. Mientras el mundo se mueve a un ritmo tecnológico ascelerado, la universidad continúa siendo un micromundo; orientado al medio impreso, un entorno cerrado, estático y restrictivo. Esta es la razón por la cual muchos educadores (como usted) actúan por iniciativa propia en el diseño y desarrollo de sus ambientes de aprendizaje personal (PLEs).

¡Definitivamente, hace falta una gran transformación hacia la Universidad 2.0!

1 comentario:

  1. Antonio, cada dia tengo mas claro que la adopción de la Universidad 2.0 es inevitable, pero sobre todo, la clave estará en vosotros: el personal docente, el personal de administración/servicios, y la comunidad de alumnos. Buen post!

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