Tenemos que redefinir el concepto de lo que significa: Estudiar |
Por décadas, acto de estudiar ha sido asociado al proceso instruccional reglado que fomenta el consumo de contenidos didácticos analógicos -y ahora digitales- para cumplir con las siguientes finalidades:
- decodificar las ideas centrales de los autores
- conseguir datos e información específicas
- contestar preguntas pre-establecidas/conseguir las respuestas
- resumir extensas lecturas
- memorizar conceptos o hechos declarativos
- replicar procedimientos o procesos
- seguir secuencialmente una serie de instrucciones detalladas
En Wikipedia se menciona el origen de su etimología en un pasaje de Santo Tomás de Aquino, quien reflexionó sobre el concepto estudio mencionando lo siguiente:
"Quienes abandonaban la búsqueda de la verdad eran quienes no estaban dispuestos a esforzarse en encontrarla, a hacer el sacrificio de la vida ascética para llegar a ella, por tanto quien quiere llegar a la verdad, o quien finalmente llega a ella es el estudiante, el esforzado, y de allí que se empezó a denominar estudiantes a los monjes, que se dedicaban a buscar a Dios y la verdad".
Luego el término se extendió a todo aquel que buscaba la verdad en un
área del conocimiento determinado, y en una última deformación se
comenzó a denominar al estudiante como todo aquel que se dedicaba a aprender.
Por consiguiente, podemos concluir que la estructura social en general entiende que el acto de estudiar ocurre únicamente en contextos educativos formales (escuelas, universidades, bibliotecas) y rodeados por una serie de recursos o herramientas de aprendizaje. Que este acto es un proceso solitario y pasivo de largas horas sentados tratando de digerir lo que otros piensan. Escuchar las conferencias magistrales de los educadores, tomar notas exactas de lo que dicen, leer textos, ver películas o vídeos y replicar experimentos, son vistos como las actividades principales que deben realizarse en el proceso de estudiar.
Las estrategias de evaluación que determinan si los estudiantes estudiaron (se esforzaron) lo suficiente o no son las siguientes:
Ahora estudiar es visto como el proceso de crear conexiones con nuestras propias ideas, pensamientos, actitudes, emociones y acciones. También estudiamos conectándonos con el ambiente en un momento dado (contexto) para darle un significado personal al encuentro. Esto quiere decir que no necesitamos estar en aislamiento total contemplando pasivamente lo que ocurre en nuestro entorno para lograr descifrarlo. Hoy día podemos estudiar bajo la distracción y el movimiento continuo. El acto de estudiar también ocurre en contextos informales en los que aprendemos con las personas, organizaciones y con las cosas. Estudiar consiste en examinar las múltiples dimensiones de los fenómenos emergentes. Nos conectamos con diversidad de perspectivas que transforman, transfiguran o transmutan un elemento dado. Compartimos diversidad de ideas y convertimos el conocimiento tácito en formas de pensamientos visibles a través de diversos recursos digitales de representación del conocimiento. En estos precisos momentos estoy practicando el acto de estudiar al sacar de mi tiempo libre para crear conexiones profundas sobre las experiencias vividas y el conocimiento adquirido previamente. Mientras lees, tu mente se conecta con tus patrones mentales ya creados para generar nuevos nodos al concepto.
Los que hemos tenido la oportunidad de asistir físicamente o acceder las transmisiones de cumbres, congresos y conferencias web, hemos experimentado el acto de estudiar de una manera completamente diferente a la tradicional. Mientras nos conectamos visual y auditivamente con el/la conferencista, nos enredamos en interesantes conversaciones con los participantes de cualquier parte. Gracias al poder que nos ofrece la tecnología para estar dispersos en diferentes entornos simultáneamente, podemos participar activamente en: Twitter, FaceBook, Backchannels, Plataformas sociales, Wikis y Foros de discusión con otras personas. Lo interesante de todo esto es que el intercambio de ideas continúa fluyendo independientemente de que el evento haya concluido. El poder de estudiar ya no recae únicamente en los contenidos digitales que traen conferencistas, sino en las conversaciones enriquecedoras sostenidas con los demás miembros de la audiencia y el caudal de aportaciones que se comparten en tiempo real. El acto de estudiar es una capacidad de conectividad extendida con múltiples cosas al mismo tiempo, dándole completa atención a aquellas que tienen mayor pertinencia en un momento dado. Estudiar va más allá de un tiempo predefinido y en un lugar determinado. Hoy día podemos estudiar de camino al trabajo, en un establecimiento público, en un consultorio médico, en pleno vuelo, un recorrido por tren, o en un restaurante.
Ya no estudiamos desde una sola fuente de conocimiento impreso, sino que tenemos la capacidad de complementarla con múltiples formatos, desde diversidad de tecnologías convergentes que nos conectan con canales multidireccionales que rebasan las limitaciones espaciales y temporales. Estudiamos con herramientas sincrónicas o asincrónicas blandas que hacen que el conocimiento se mantenga en constante movimiento. Esa es la magia de estudiar en el siglo 21. Ahora podemos conectarnos con paquetes distribuidos de conocimiento desde cualquier cosa, en cualquier lugar y a cualquier hora. Es por eso que el aula poco a poco ha ido perdiendo su entidad física como centro oficial de estudios.
Es importante aclarar que memorizar y repetir son formas de estudiar completamente válidas. El detalle principal consiste en que no son las únicas. En esta era, el acto de estudiar se complementa con otras actividades interactivas:
Por consiguiente, podemos concluir que la estructura social en general entiende que el acto de estudiar ocurre únicamente en contextos educativos formales (escuelas, universidades, bibliotecas) y rodeados por una serie de recursos o herramientas de aprendizaje. Que este acto es un proceso solitario y pasivo de largas horas sentados tratando de digerir lo que otros piensan. Escuchar las conferencias magistrales de los educadores, tomar notas exactas de lo que dicen, leer textos, ver películas o vídeos y replicar experimentos, son vistos como las actividades principales que deben realizarse en el proceso de estudiar.
Las estrategias de evaluación que determinan si los estudiantes estudiaron (se esforzaron) lo suficiente o no son las siguientes:
- pruebas estandarizadas
- resultados finales de experimentos o problemas
- contenido de las presentaciones
- proyectos: investigaciones, papers, monografías, reportes, portafolios, maquetas, manualidades (individuales o grupales)
Ahora estudiar es visto como el proceso de crear conexiones con nuestras propias ideas, pensamientos, actitudes, emociones y acciones. También estudiamos conectándonos con el ambiente en un momento dado (contexto) para darle un significado personal al encuentro. Esto quiere decir que no necesitamos estar en aislamiento total contemplando pasivamente lo que ocurre en nuestro entorno para lograr descifrarlo. Hoy día podemos estudiar bajo la distracción y el movimiento continuo. El acto de estudiar también ocurre en contextos informales en los que aprendemos con las personas, organizaciones y con las cosas. Estudiar consiste en examinar las múltiples dimensiones de los fenómenos emergentes. Nos conectamos con diversidad de perspectivas que transforman, transfiguran o transmutan un elemento dado. Compartimos diversidad de ideas y convertimos el conocimiento tácito en formas de pensamientos visibles a través de diversos recursos digitales de representación del conocimiento. En estos precisos momentos estoy practicando el acto de estudiar al sacar de mi tiempo libre para crear conexiones profundas sobre las experiencias vividas y el conocimiento adquirido previamente. Mientras lees, tu mente se conecta con tus patrones mentales ya creados para generar nuevos nodos al concepto.
Los que hemos tenido la oportunidad de asistir físicamente o acceder las transmisiones de cumbres, congresos y conferencias web, hemos experimentado el acto de estudiar de una manera completamente diferente a la tradicional. Mientras nos conectamos visual y auditivamente con el/la conferencista, nos enredamos en interesantes conversaciones con los participantes de cualquier parte. Gracias al poder que nos ofrece la tecnología para estar dispersos en diferentes entornos simultáneamente, podemos participar activamente en: Twitter, FaceBook, Backchannels, Plataformas sociales, Wikis y Foros de discusión con otras personas. Lo interesante de todo esto es que el intercambio de ideas continúa fluyendo independientemente de que el evento haya concluido. El poder de estudiar ya no recae únicamente en los contenidos digitales que traen conferencistas, sino en las conversaciones enriquecedoras sostenidas con los demás miembros de la audiencia y el caudal de aportaciones que se comparten en tiempo real. El acto de estudiar es una capacidad de conectividad extendida con múltiples cosas al mismo tiempo, dándole completa atención a aquellas que tienen mayor pertinencia en un momento dado. Estudiar va más allá de un tiempo predefinido y en un lugar determinado. Hoy día podemos estudiar de camino al trabajo, en un establecimiento público, en un consultorio médico, en pleno vuelo, un recorrido por tren, o en un restaurante.
Ya no estudiamos desde una sola fuente de conocimiento impreso, sino que tenemos la capacidad de complementarla con múltiples formatos, desde diversidad de tecnologías convergentes que nos conectan con canales multidireccionales que rebasan las limitaciones espaciales y temporales. Estudiamos con herramientas sincrónicas o asincrónicas blandas que hacen que el conocimiento se mantenga en constante movimiento. Esa es la magia de estudiar en el siglo 21. Ahora podemos conectarnos con paquetes distribuidos de conocimiento desde cualquier cosa, en cualquier lugar y a cualquier hora. Es por eso que el aula poco a poco ha ido perdiendo su entidad física como centro oficial de estudios.
Es importante aclarar que memorizar y repetir son formas de estudiar completamente válidas. El detalle principal consiste en que no son las únicas. En esta era, el acto de estudiar se complementa con otras actividades interactivas:
- conectarse (uno mismo/ambiente/personas/organizaciones/estructuras)
- crear/inventar
- producir/diseñar
- deconstruir/reconstruir
- preguntar/inquirir
- desadaptarse y readaptarse
- experimentar/explorar/descubrir
- colaborar/participar/involucrarse
- analizar/evaluar/discernir
- pensar crítica y reflexivamente
- publicar/comunicar/difundir/diseminar
- editar (texto/audio/vídeo/animación)
- filtrar contenidos
- trabajar con las personas
- aumentar las posibilidades de los demás
- ayudar a otros
- pensar de manera lateral
- meta-cognizar/evaluarse uno mismo
- sostener conversaciones
- compartir sueños y expectativas
- expandir horizontes de posibilidades
- hacer posible lo imposible...
Excelente post Antonio!! Tus aportaciones cada vez me abren más el panorama de esta magnífica experiencia que estamos teniendo todos los aprendices, en el sentido más amplio del término.
ResponderEliminarGracias!!
Ana Cristina:
ResponderEliminarSeguimos aprendiendo de maneras diferentes, con personas desconocidas que nos ayudan a tener una mejor perspectiva de la realidad global. Somos parte de este 'acto de estudiar' tan dinámico y atractivo. Ojalá y muchos estudiantes formen parte de este acto de estudiar y crecer juntos para adaptarnos a lo que está por venir...
¡Gracias por compartir tus ideas!