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miércoles, 3 de enero de 2024

Educadores 5.0: Conectores de Ecosistemas de Aprendizaje


Entramos al 2024, un año que promete ser un hito en la historia educativa contemporánea. Ante tal panorama, nos encontramos en el inicio de la llamada Educación 5.0, un paradigma que se está forjando en el crisol de la revolución tecnológica. Este año, comenzaremos a labrar un nuevo recorrido donde la tecnología y educación se entrelazarán de formas que apenas estamos comenzando a comprender. El paradigma educativo 5.0 nos invita a repensar y remodelar nuestra práctica docente en torno a las posibilidades que estas transformaciones tecnológicas nos ofrecerán de aquí hacia el futuro... 

La Educación 5.0 surge como respuesta a los avances tecnológicos recientes, como la Inteligencia Artificial, Internet de las Cosas y el Big Data. Se habla de una educación que incorpora las tecnologías emergentes agregándole un enfoque más humano a las actividades instruccionales. Pearson (2023) la define como una educación centrada en el desarrollo de habilidades cognitivas superiores como el pensamiento crítico, creatividad, colaboración y la capacidad de adaptación a lo largo de la vida. Esta trasciende la idea de que la etapa educativa finaliza con la formación profesional y sostiene que la persona debería seguir aprendiendo de manere permanente.

Según Dreamshaper (2023), la Educación 5.0 consite en dos pilares complementarios: el uso de las nuevas tecnologías en el aula y la estimulación de las habilidades esenciales de los alumnos. La intención es preparar a las nuevas generaciones para la búsqueda de soluciones que mejoren la vida en sociedad, ante un escenario complejo, incierto y altamente tecnológico en el que vivimos hoy.

El investigador español, Juan D. Farnós (2022), le agrega nuevos elementos con su conocido enfoque disruptivo: 

La Educación 5.0 comienza con las personas, no con la tecnología. Su propósito se refiere explícitamente a los resultados específicos que los humanos deben lograr como resultado de una experiencia de aprendizaje particular. No se trata de darle a cada estudiante un dispositivo móvil. No se trata de mejorar la infraestructura tecnológica y la conectividad institucional. Ni se trata del desarrollo de herramientas y plataformas digitales.

Los tiempos actuales requieren ecologías cada vez más accesibles, más poderosas, más adaptables a nuestras necesidades. Necesitamos que sean parte de nuestra vida cotidiana, algo natural, que no tengamos que estar hablando constantemente de ellas, sino de nuestras necesidades. Cuando logremos esto, estaremos listos para desenvolvernos en cualquier momento y situación. 

Esta descentralización cognitiva de la sociedad provoca desequilibrios en las instituciones de educación superior. El problema es que muchos organismos siguen teniendo una visión estática del conocimiento, con estructuras compartimentadas poco abiertas a la colaboración en red; reduciendo así –dramáticamente– su capacidad para innovar. En cambio, se trata de preparar individuos intelectual, social y emocionalmente fuertes, conscientes de su salud y desarrollo personal como un propósito general. 

La Educación 5.0 requiere el desarrollo de Ecologías de Aprendizaje en el proceso instruccional. Fernando Santamaría (2011) la define como un entorno que fomenta y apoya la creación de redes y comunidades (y también en estructuras mixtas como las redes en práctica [Network of Practice] muy útiles para el desarrollo profesional). La definición aplicada a estructuras biológicas se aplica también a las comunidades de aprendizaje y otros tipos de comunidades como las de investigación y las de interés general. Una ecología de aprendizaje es un entorno consistente con (y no antagónicos a) lo que los alumnos aprenden.  

La tarea de cualquier formador es crear y fomentar una ecología de aprendizaje que permita que los aprendices mejoren con rapidez y eficacia con respecto al aprendizaje que tienen. Por ello, creemos que una de las competencias clave para generar sanas ecologías de aprendizaje es ser un dinamizador y arquitecto de espacios, donde desde los lurkers (pasivos) hasta los más activos sean conscientes de su papel y de la importancia de los demás elementos para el buen funcionamiento:

  1. Así como la ecología natural prospera sobre la base de la diversidad de especies, la ecología del conocimiento se nutre de la diversidad de conocimientos. Tal diversidad se basa en la competencia cooperativa: colaborar con nodos de conocimiento diferentes, así como competir con alguien en función de sus características diferenciadoras.
  2. Se centra principalmente en las redes sociales de las personas, en contraste con el énfasis excesivamente tecnológico de los sistemas de gestión de conocimiento (LMS: Moodle, BlackBoard, Canvas) y herramientas TIC.
  3. No sólo implica la comprensión de los intercambios de conocimientos y de las relaciones basadas en dichos intercambios. Implica también la comprensión de cómo este conocimiento influye en la acción o potencial para la acción basada en dichos intercambios.
  4. Está formada por nodos de conocimiento, intercambio de ideas y de los flujos de dicho conocimiento. La base para la cooperación y la supervivencia es la diferenciación y la similitud entre los nodos de conocimiento. Los nodos altamente diferenciados pueden colaborar para llevar a cabo acciones específicas y pueden disolverse después.
Entendiendo su significado, nos proponemos elaborar un marco conceptual que define al Educador 5.0. Para ello, tomamos como base las experiencias vividas en diversidad de eventos internacionales, metaversos educativos y experiencias colaborativas con algunas herramientas de la Inteligencia Artificial Generativa (IAGen).  

Los E5 son los que se atreven a cambiar y difundir nuevas ideas de valor. Ellos saben movilizar a la gente activa en diversidad de proyectos. Eso se logra identificando a aquellas personas que tienen influencia fuera de sus posiciones jerárquicas. No importa los discursos que digan los dirigentes del sistema educativo; los cambios educativos no ocurren esbozando diagramas jerárquicos o presentaciones PPT pulcras que demuestran los planes estratégicos de la Innovación Educativa.

Gladwell, describe dos roles clave en la difusión del conocimiento e ideas en su libro El Punto Clave: El rol de experto y el rol de conector: 

  • Experto: Persona que acumula experiencia en un tema y está dispuesto a diseminarlo cuando se le pida.
  • Conector: Persona conocida que está conectada a múltiples grupos en diversos organismos. No tiene límites en la difusión de conocimientos, recursos tecnológicos y proyectos tecno-educativos. 

El experto posee mucho conocimiento y experiencias, pero el conector conoce a mucha gente en constante movimiento. Debido a que circulan en diferentes mundos con diferentes grupos, pueden conectarlos y unir los puntos entre cualquier compartimento estanco. La importancia de establecer relaciones sostenibles en el tiempo con personas de diferentes organismos empresariales y educativos es importante para la difusión de ideas y buenas prácticas educativas.

La obsesión por el liderazgo institucional, que a veces acaricia la adoración, obstaculiza el progreso de las redes virtuales de aprendizaje, ya que menosprecia el papel de los conectores digitales, o incluso los ignora por completo. Es una lástima que las instituciones universitarias no reconozcan las capacidades socio-tecno-educativas de muchos líderes 5.0 que realizan infinidad de proyectos dentro y fuera de las estructuras institucionales. 

¿Y qué tal si se reconociera el desempeño digital de la misma manera que se alcanza un rango académico superior? Tal vez el liderazgo digital sea invisibilizado por la gerencia y administración universitaria tradicional, pero lo que sí es inevitable es que muchos Educadores 5.0 gozan de un factor de reconocimiento externo mayor que el de sus superiores. Entonces nos preguntamos, ¿el reconocimiento digital podría desplazar al poder jerárquico?

Después de tantos años conectado a las redes educativas internacionales, creo que fui bastante fantasioso e ingenuo al pensar que la jerarquía cedería su poder ante el desarrollo de las redarquías. De hecho, en este momento manifiesto mi más sincera desilusión por la ciega suposición de que las plataformas sociales democratizarían las instituciones educativas. A 24 años de la proliferación tecnológica que nos ha traído la Internet y sus herramientas emergentes, no ha pasado nada significativo en nuestras universidades. Todo ha seguido igual que antes con algunos cambios cosméticos externos.   

Sin embargo, hemos experimentado un movimiento tangible de superconectores que se atreven a cruzar las líneas rojas que impone el sistema para desarrollar nuevas ecologías de aprendizaje en diversidad de plataformas tecnológicas. Educadores, que con mucho escfuerzo y dedicación, han sido capaces de adentrarse a la tecnología de redes para crear sus propias plataformas educativas. Esos profesionales sen han convertido en referentes globales que establecen relaciones de valor con personas alineadas a diversidad de intereses. Cada vez más están rebasando las murallas que obstaculizan las grandes transformaciones que el mundo requiere. Estas personas se dedican a tender puentes, no a limitar las posibilidades reales del cambio. 

Algunos CEO de importantes empresas se han dado cuenta de las caractrísticas de los conctores de ecosistemas de aprendizaje para impulsar el upskilling y reskilling de su personal. Están hablando de la necesidad de reclutar más de estos conectores y menos administradores-gerentes tradicionales, ya que los conectores son aquellos que pueden ayudar a trascender el paradigma vigente. En ellos existen numerosos mundos, por lo tanto, están mejor ubicados para ayudar a crear diversidad de ecosistemas de desarrollo profesional.

La realidad es que, en la mayoría de los organismos empresariales y educativos, estos conectores no solo están siendo subutilizados, sino que los empleadores ni siquiera son conscientes de su existencia. Los Educadores 5.0 se caracterizan por tener las siguientes cualidades: 

  1. Por lo general, tienen una amplia red de contactos sin mostrar egos de superioridad.
  2. Demuestran un alto grado de curiosidad por hacer lo que muchos líderes creen que no se puede. 
  3. Son menos propensos a querer escalar una escalera de carrera tradicional y a menudo están más impulsados por un propósito personal.
  4. Puede que no encajen en la idea tradicional de liderazgo, de hecho, es muy probable que no sean líderes en absoluto. Más bien, trabajan dentro de la institución a la misma vez que conectan sus plataformas con otros nichos para difundir ideas inimaginables.
  5. Las plataformas sociales desempeñan un papel vital en la difusión de ideas. Los conectores con extensas plataformas tecnológicas, ayudan a unir diferentes círculos sociales y a facilitar la transmisión de conocimientos de utilidad colectiva. 
  6. Producen infinidad de contenidos digitales, publican libros, crean nuevos productos y servicios de desarrollo profesional, utilizan la riqueza de la EdTech para generar contenidos en diversos formatos de representación del conocimiento.
  7. Son invitados a participar en cumbres, congresos, foros, jornadas, simposios, conversatorios, paneles, adiestramientos, capacitación, entrevistas radiales y televisivas, sobre temas de impacto global.  
  8. Son capaces de desplazarse entre la presencialidad y virtualidad simultáneamente. Automatizan sus servicios profesionales para llegar a diferentes nichos de la sociedad. No solo se encuentran en las aulas dictando clases, sino también en diferentes lugares de la web. 
  9. Son personas autosuficientes y autónomas que no dependen de las estructuras gerenciales y administrativas convencionales para ejercer su liderazgo digital. 
  10. Administran diversos canales de difusión del conocimiento y de conexiones sociales para el emprendimiento de proyectos innovadores.   

Los desafíos a los que nos enfrentamos hoy requieren menos enfoque en los "líderes de siempre" y mayor atención en los Educadores 5.0 en todos los niveles organizacionales. De hecho, realmente necesitamos pensar menos en las estructuras jerárquicas y más en los ecosistemas de aprendizaje.

Cambiar el enfoque de las organizaciones individuales a perspectivas de ecosistemas redárquicos es fundamental para impulsar un cambio educativo efectivo. Los ecosistemas reconocen la interconexión de varias partes interesadas, fomentando la colaboración, enfoques holísticos y adaptabilidad. El pensamiento de ecosistema reconoce que los desafíos sociales son multifacéticos, requiriendo diversas entidades, incluidas comunidades y organizaciones de base, para trabajar juntas. Es relacional, no organizativo.

Ver las cosas desde la perspectiva de un organigrama jerárquico ignora todos los conectores internos y todo el ecosistema externo. Trabajar en salud, sistema de justicia penal, salud mental, vivienda, cuidado social o la educación, nos exige adoptar una visión de ecosistema. Si no lo hacemos, fracasaremos.

Los conectores ahora están empezando a habilitar las cosas que los líderes del sector no han logrado hacer: eliminar el pensamiento de silo, la rápida difusión de información y la movilización de personas hacia la acción. Quizás sea hora de que el liderazgo se tome un segundo plano (Paul Taylor, 2023).  


Conozcamos algunos Educadores 5.0 y los proyectos que realizan
 




Clary E. Ramos (PUR): Doctora en Educación | Especialista en Tecnología Educativa | Profesora de cursos de preparación de maestros. 
Enlace: https://www.youtube.com/@maestraclary

Karmen Olmo (PUR): Profesora universitaria | Pintora| Diseñadora gráfico | Entusiasta del Metaverso y Realidad Virtual.
Enlace: https://happiverso.com/

James Lynn (PUR): Profesor de Diseño Gáfico | Productor Podcasts |Consultor Desarrollo Web, Contenido Digital y Redes Sociales 
Enlace: https://www.jameslynn.com/blog/

Yanmari Alicea (PUR): Maestra | Profesora universitaria | Fundadora de TutoEdu
Enlace: https://www.site.somostuto.com/

Marcos Vélez (PUR): Maestro | Profesor universitario | Fundador de Sala de Facultad.
Enlace: https://profemarcosvelez.com/

José Ferrer (PUR): Maestro de Música | Profesor universitario | Catedrático | Director Educación a Distancia (UPRM) | Autor de varios libros educativos | Conferenciante internacional | Capacitador de Desarrollo Profesional.  
Enlace: https://drjoseferrer.com/

Emanuel Gutiérrez (PUR): Profesor universitario de Producción de Medios Digitales y de Desarrollo Personal. Autor de libros. 
Enlace: https://www.emanuelgutierrez.com/

Juan D. Farnós (ESP): Profesor universitario | Investigador | Conferenciante internacional | Consultor y Formador Online de Másters y Post-Grados | Referente global de la Educación Disruptiva, Inteligencia Artificial, Metaversos educativos, Redes Sociales, eLearning, mLearning y Gestión del conocimiento. Enlace: https://juandomingofarnos.wordpress.com/

Erick Miranda y Carlos Bravo (PAN/BOL): Erick es Profesor universitario | Conferenciante internacional | Fundador de VeranoTIC. Carlos es Profesor universitario | Conferenciante internacional | Coordinador VeranoTIC.  
Enlace: https://www.veranotic.org/

Delia Bernal (MX): Conferenciante internacional | Experta Certificada en Canva | Educadora EdTech | Diseñadira de Experiencias de Aprendizaje | Consultora Educativa | Fundadora de Docentes Digitales MX. Enlace: https://docentesdigitales.mx/ 

Adriana Caballero: Experta EdTech Enfoque Integral | Fundadora de Sync | Autora del Modelo EXD | CEO y Co-fundadora de Yeira Inc. 
Enlace: https://sync.yeira.io/ 

Camino López (ESP): Gestora de Proyectos | Productora Digital | Especiialista en eLearning | Profesora Universitaria | Conferenciante internacional | Entusiasta del Metaverso y Realidad Virtual. Enlace: https://caminolopez.com/ 

María E. Cabral (PAR): Profesora universitaria | Especialista eLearning |Consultora Educativa | Conferenciante internacional | Fundadora de eCabral.
Enlace: https://www.ecabral.com.py/

Milagros Huamán (PER): Vicepresidenta Universidad Sabal EEUU | Directora de eLearning Perú-EEUU | Consultora Internacional | Fundadora de Metodologías Holísticas.
Enlace: https://metodologiasholisticas.com/ 

Freddy Sinfontes (VEN): Especialista en eLearning, Streaming, WebRadio y Educacion Digital | Fundador de MorpheusLatAm
Enlace: http://www.morpheuslatam.org/

Rafael Martínez: Experto en Educación Transnacional | Embajador EdTech | Conferencista internacional | Profesor de Postgrado | Coordinador Eventos Virtuales. 
Enlace: https://www.linkedin.com/in/rafaelmartinezc/



sábado, 23 de diciembre de 2023

Las 10 realidades de la Educación Superior

A fin de año se lanzan interesantes artículos e infografías sobre las tendencias que marcarán la Educación Superior durante el próximo año. De igual manera en los primeros meses del nuevo año se publican informes sobre las tecnologías que estarán impactando la Educación Superior. Como Tecnólogo Educativo y Especialista TIC, siempre he estado interesado en conocer las nuevas tecnologías que saldrán al mercado con la posibilidad de impactar el escenario educativo superior. No solo se trata de conocerlas, sino de aprender a utilizarlas e incorporarlas en la práctica docente real. 

Uno de los informes de mayor prestigio a nivel global es el Horizon Report de EDUCAUSE

En términos generales, el HRE es una publicación anual que describe e identifica las tendencias tecnológicas emergentes que pronostican diversos niveles de impacto en la Educación Superior durante los próximos cinco años. El informe es un recurso valioso para profesionales de la educación y responsables de la toma de decisiones en el ámbito académico, ya que proporciona información y análisis profundos sobre el desarrollo tecnológico y sus posibles implicaciones en la enseñanza, aprendizaje e investigación.

EDUCAUSE investiga a profundidad cuáles serán las tendencias clave, las tecnologías emergentes y las nuevas prácticas instruccionales que darán forma al futuro educativo. En él se visualizan varios escenarios e implicaciones del futuro educativo que ya llegó y está por llegar. Se basa mayormente en las perspectivas y experiencias de un panel de líderes globales que visualizan los panoramas de la Educación Superior.


Los principales componentes del Horizon Report suelen incluir:

  • Tendencias Clave: Factores sociales, económicos y tecnológicos que impulsan la adopción de tecnología en la Educación Superior.
  • Desafíos Significativos: Problemas que impiden la adopción de nuevas tecnologías que pueden ser clasificados como solubles, difíciles o perversos, indicando niveles de complejidad creciente.
  • Tecnologías Importantes: Herramientas EdTech y plataformas emergentes que tienen el potencial para mejorar y transformar la educación. Estas se presentan con horizontes de tiempo proyectados para su adopción a corto, medio y largo plazo.

Haciendo un resumen genérico de las tecnologías (EdTech) que estarán impactando el ámbito educativo universitario en 2024, pudimos detectar las siguientes:

  1. Realidad Aumentada (AR) y Realidad Virtual (VR): Estas tecnologías revolucionarán la instrucción al proporcionar entornos de aprendizaje inmersivos y prácticos que mejorarán la comprensión y retención de conceptos abstractos. Se experimentará con simulaciones de la vida real que son costosas o peligrosas de replicar en disciplinas como la medicina, enfermería, ingeniería y ciencias. Facilitarán la colaboración y experimentación en sus espacios virtuales compartidos, allanando el camino hacia una experiencia educativa sin precedentes en términos de compromiso, responsabilidad e interactividad.

  2. Inteligencia Artificial (AI): El impacto más significativo de la IA en la educación universitaria será su capacidad para personalizar la experiencia de aprendizaje, ofreciendo a los estudiantes itinerarios educativos no-supervisados. Se adaptarán a sus estilos y ritmos de aprendizaje individual, al tiempo que mejorará la eficiencia administrativa e investigación a través de la automatización y el análisis de datos a gran escala.

  3. Educación Basada en Competencias: Las plataformas educativas están transformando el paradigma educativo al hacer hincapié en la adquisición y demostración de habilidades y conocimientos específicos en lugar de centrarse en el tiempo de la instrucción dirigida. Esta disrupción permitirá a los estudiantes avanzar en su ruta de aprendizaje personalizado, asegurando el afianzamiento de las competencias necesarias para alcanzar la excelencia en sus áreas profesionales, promoviendo una mayor alineación entre la educación y las demandas del mercado laboral.

  4. Laboratorios y Simulaciones InmersivasEstas tecnologías han democratizado el acceso a las experiencias pragmáticas STEM, permitiendo a los estudiantes realizar experimentos y obtener datos en tiempo real desde cualquier lugar, superando las limitaciones de los entornos físicos (geográficas, temporales, estructurales, socio-culturales y cognitivas)y los gastos recurrentes asociados con los laboratorios prácticos (equipos, instrumentos, materiales, soluciones químicas). También proporcionan la  flexibilidad necesaria para realizar aprendizajes más autodirigidos y colaborativos.  

  5. Internet de las Cosas (IoT): Contribuirá al desarrollo de un campus más inteligente con la interconectividad de dispositivos capaces de recopilar y analizar datos que mejoren la eficiencia operativa y la experiencia de aprendizaje. Los dispositivos IoT en aulas y laboratorios recopilarán y analizarán datos en tiempo real, enriqueciendo la experiencia educativa con acceso a información instantánea, fomentarán una investigación más innovadora y permitirán que la infraestructura académica sea más inteligente. De este modo se mejorará la gestión de los recursos digitales y la personalización del aprendizaje de los estudiantes.

  6. Conectividad 4G/5GLa tecnología 4G/5G de alta velocidad y baja latencia, estará destinada a transformar la educación al facilitar aprendizajes en línea más fluidos y sin interrupciones. Facultará el establecimiento de un  campus virtual con tecnologías inmersivas en tiempo real para posibilitar la práctica y exploración en redes masivas de colaboración internacional más estables con el fin de alcanzar una experiencia educativa sin fronteras. Esta tecnología de redes abandonará el formato instruccional exclusivo de la presencialidad, hacia formatos extendidos (híbridos y virtuales) apoyados en la nube, redes de fibra óptica y bancos de datos alrededor del mundo. De este modo aumentarán las demandas de acceso a mejores plataofrmas de streaming, campus inmersivos, laboratorios virtuales y simulaciones con realidad aumentada. 

  7. Aprendizaje Basado en Proyectos Colaborativos en Línea: Las plataformas tecnológicas que faciliten el trabajo colaborativo a distancia estarán redefiniendo la experiencia educativa universitaria al fomentar el desarrollo de habilidades prácticas y de resolución de problemas. Le permitirá a los estudiantes aplicar la teoría a situaciones del mundo real en  contextos colaborativos. Gracias a su flexibilidad, ofrecerá nuevas formas de aprendizaje personalizado, lo cual es esencial en la formación de profesionales de cumplir con las demandas dinámicas del mercado laboral contemporáneo.

  8. Seguridad y Privacidad de Datos: Con la creciente cantidad de datos generados en el aprendizaje en línea, se necesitarán más recursos tecnológicos que aseguren y gestionen los datos privados de la comunidad educativa. Su impacto radicará en mantener la integridad y confiabilidad de las herramientas de la nube, asegurando que los sistemas de aprendizaje y gestión académica sean seguros y que la confianza en el uso de tecnologías digitales para el aprendizaje se mantenga a salvo de vulnerabilidades que podrían comprometer la experiencia educativa y la reputación institucional.

  9. Blockchain y Micro-credenciales: El uso de las cadenas de bloques para la emisión y almacenamiento de títulos universitarios, certificaciones y micro-credenciales, está revolucionando el reconocimiento y la validación de habilidades y conocimientos adquiridos. Esta tecnología proporciona verificaciones seguras e inalterables de las credenciales académicas compartidas entre las instituciones universitarias y los organismos laborales. Esto empoderará a los estudiantes con controles más personalizados sobre sus experiencias académicas, socio-culturales y trayectorias profesionales al enfocarse mayormente en las capacidades modulares y especializadas que se alineen con las necesidades del mercado laboral actual.

  10. Analíticas de Aprendizaje: El uso de herramientas analíticas sofisticadas para comprender y mejorar cómo los estudiantes aprenden, ayudará significativamente a los profesores a personalizar su enseñanza y mejorar los resultados del aprendizaje. El análisis de datos permite una comprensión más detallada del proceso de aprendizaje de los alumnos mediante la recopilación y análisis de datos, lo cual ayudará a personalizar la enseñanza, a identificar estudiantes en riesgo y a aumentar los niveles de retención y persistencia. 
Estas son algunas de las tantas herramientas tecnológicas y estrategias instruccionales que impactarán la Educación Superior. De seguro que la lista presentada es limitada y se dejan afuera otras tendencias de gran impacto global. Según el artículo o infografía que accedas, notarás algunas semejanzas, pero también hallarás algunas diferencias en las herramientas tecnológicas y las prácticas metodológicas a integrar en las clases. 

Desde que inicié mi identidad digital el 2004, he visto innumerables publicaciones que presentan las tendencias tecnológicas de impacto, pero no he visto alguna lectura que presente las realidades educativas. Es decir, una descripción detallada de los componentes que NUNCA cambiarán en nuestro Sistema Educativo Superior: 
  1. Estructura Jerárquica: Es el sistema organizativo que define los niveles de autoridad y responsabilidad dentro de una institución académica. Esta estructura comunmente comienza con la Junta de Gobierno, Presidente, Rectores, seguidos por los Vicerrectores, Decanos, Catedráticos, Directores Departamentales, Directores de Unidades/Oficinas, Profesores y Personal administrativo. Este modelo permite la toma de decisiones, la supervisión de la academia, investigación y gestión administrativa mediante una cadena de mando claramente establecida. La rígida estructura organizativa universitaria y su modelo operativo del pasado ya no son adecuados para la Educación 4.0. Para aprender, no se necesita una jerarquía de personas que cobran salarios honerosos por realizar trabajos de escritorio. La prosperidad social no surge de la mera administración académica, sino de la velocidad y capacidad de exportar los procesos y procedimientos a formatos más ágiles y escalables.  

      
  2. Burocracia Institucional: Se refiere al conjunto de políticas, procedimientos, procesos, normativas, requisitos y prácticas administrativas establecidas que regulan el funcionamiento diario de la universidad. Esto incluye la gestión y documentación de procesos legales, académicos, financieros, recursos humanos y mantenimiento de su infraestructura física. La burocracia se caracteriza por el establecimiento de las Juntas de Gobernanza, Senados y Comités encargados de crear políticas, certificaciones, normativas, regulaciones (académicas y admnistrativas) que a menudo son criticadas por ser restrictivas, lentas, inflexibles, lineales, que obstaculizan la eficiencia y capacidad de adaptación institucional:

    • Rigidez: La naturaleza jerárquica a menudo puede ralentizar la toma de decisiones y adaptaciones necesarias para responder a desafíos emergentes y oportunidades innovadoras. Las dinámicas jerárquicas convencionales están bloqueando lo que sucede en el mundo.
    • Barreras Comunicativas: Puede generar barreras comunicativas en las cadenas demando y entre las oficinas que tramitan documentos académicos y administrativos. 
    • Resistencia al Cambio: Las estructuras jerárquicas tienden a ser dirigidas por personas con diferentes rangos de poder, lo que podría llevar a una resistencia institucional contra cualquier mejora, cambio, reformas y procesos de transformación tecno-educativa. 
    • Centralización de Poder: Las cadenas de mando conducen a la toma de decisiones que no siempre reflejan los intereses o necesidades de todos los grupos de interés. Para ejecutarse un proyecto emblemático institucional tiene que pasar por la aprobación de la Rectoría, Juntas de Gobierno, Senados Académicos, Comités Departamentales y Directores de Oficinas/Unidades. En lo que se llega a un consenso mayoritario, podrían pasar dos o tres años (o quizá más) en aprobarse e iniciar con los procesos administrativos correspondientes. De haber algún tranque en la cadena de mandos, el proyecto podría tardarse más tiempo, o simplemente, engavetarse. La centralización le da la facultad a los niveles superiores para activar (o rechazar) los proyectos propuestos sin la aprobación de los demás eslabones que interfieren en el proceso. 
    • Silos Encapsulados: La jerarquía promueve una división clara entre unidades, departamentos y oficinas. Esto podría limitar la colaboración interdisciplinaria y el intercambio de conocimientos de todos los agentes responsables. Las aulas siempre han operado como silos aislados en los que se realizan infinidad de proyectos sin trascender sus cuatro paredes. En ciertas instancias, no ha ocurrido más que una simple transmisión de contenidos dirigidos a ser estudiados para aprobar los exámenes.  
    • Control: Quienes esperan que las universidades tradicionales se reformen por sí solas se están engañando. Su rumbo se mantiene constante a través de un sistema de gobernanza deficiente y de incentivos perversos que promueven la incompetencia y recompensan a aquellos que buscan el poder, amparados en viejos privilegios que les otorgan una falsa sensación de control. Se han quedado atrapadas en una espiral burocrática mortal mayormente preocupadas por aumentar los salarios y beneficios de los profesores y administradores que por servir a los estudiantes (Juan D. Farnós, 2023).

  3. Condiciones Laborales: Muchos docentes tienen que dictar sus clases/laboratorios en condiciones infrahumanas. El deterioro de las facilidades físicas es deplorable. Esto afecta la salud de los docentes y estudiantes al permanecer en entornos expuestos a hongos, partículas de asbesto, filtración de agua, fríos y calores excesivos. El esfuerzo humano por cumplir con la agenda académica no es recompenzado por el salario recibido ni el costo que el estudiante paga por curso. A esto le podemos agregar la instabilidad laboral a la que están sometidos muchos profesores. Sí, de mantenerlos contratados a tiempo parcial por décadas. Cada nuevo año renuevan contratos como si fuesen empleados de nueva contratación. A muchos de estos docentes los designan en importantes comités de trabajo, procesos de matrícula y de acreditación. Es una forma de manipulación laboral para garantizarles la renovación de su contrato del próximo año académico. La distribución de responsabilidades entre los que tienen permanencia y los que tienen contratos temporeros, es notable. 

  4. Pedagogía de la Escasez: Resulta desalentador para un alumno universitario entrar por primera vez a una sala de clases con la misma estuctura de un salón escolar. Muchas aulas están equipadas con una pizarra o pantalla de proyección, un escritorio y las filas de pupitres. La escasez educativa no solo consiste en la falta de recursos, sino en la escasez de metodologías instruccionales que activen los diferentes niveles de desarrollo cognitivo de los aprendices. Dictar conferencias, tomar notas, estudiar lo que viene en el examen, tomar una prueba estandarizada y corregir las respuestas, es el formato que se replica en la mayoría de los cursos. Este modelo genera escasez mental. No tiene sentido alojar decenas de cursos en plataformas LMS con herramientas y aplicaciones interactivas, para terminar dictando clases con PowerPoint y PDF. La riqueza que nos trae las EdTech se está infrautilizando en los cursos presenciales, híbridos y en línea.  

  5. Velocidad de Cambio: El desarrollo del conocimiento se mueve a una velocidad vertiginosa. Esto significa que el conocimiento que generamos hoy en un curso universitario, se volverá obsoleto en 12 a 16 meses. Lo que significa que al obtener el título académico, tenemos un 45 o 55% de obsolescencia del conocimiento. Lamentablemente, la velocidad de enseñanza de los docentes no puede alcanzar la velocidad del cambio global. Esto ocasiona complicaciones en el mercado laboral, porque los egresados universitarios no cuentan con las capacidades requeridas por los reclutadores o entrevistadores que buscan perfiles más adaptados a los cambios emergentes de la era. Es lamentable afirmar que muchas universidades están a 20 años de distancia del cambio global. Lo que hacen es forzar a los estudiantes a pasar por procesos de enseñanza mal diseñados que no funcionan para vivir en esta época de trayectorias cambiantes. Y servirán muy poco para ingresar al escenario laboral que opera con modelos mentales, gerenciales, organizacionales y redárquicos completamente diferentes. Los cursos universitarios no deberían enseñar para futuros que ya no existen, sino de ser catalizadores de cambios sociales, organizacionales y ambientales. Esto implica contribuir en los debates públicos, incubar startups de utilidad colectiva y ser co-protagonistas de los avances globales. A medida que el cambio acelerado acorta la vida útil de los productos y servicios instruccionales, necesitamos más educadores disruptivos que exploren nuevas alternativas tecnológicas que puedan explotar las capacidades creativas del alumnado. El problema de vivir en un mundo rápido es que las complejas instituciones que nos gobiernan les cuesta adaptarse y sobrevivir, legitimándose con las inercias del pasado. Sus élites de líderes y expertos frenan el cambio con diagnósticos y soluciones para un mundo que ya no existe (Virginio Gallardo, 2023).  

  6. Evolución de la Infraestructura Tecnológica: Las universidades se adaptan lentamente al desarrollo tecnológico actual para mejorar la enseñanza, aumentar aprendizaje, agilizar los procesos adminstrativos y garantizar la seguridad de los datos. Las tendencias tecnológicas que se avecinan, funcionan mejor cuando se actualiza la infraestructura tecnológica institucional, adaptándola a las necesidades de los docentes y estudiantes. Demás está decir que lo nuevo no encaja dentro de lo viejo. Hacerlo para economizar el presupuesto traerá problemas en los procesos de enseñanza y en el desarrollo cognitivo de los aprendices. Las tecnologías que están por llegar al escenario universitario requieren anchos de banda para la transmisión de grandes cantidades de datos en diversidad de formatos. La infraestructura actualizada permitirá la integración analíticas de aprendizaje para personalizar la experiencia educativa y mejorar el rendimiento académico. En investigación, la tecnología de punta facilita descubrimientos transformadores que nos permitirían diseñar, desarrollar, implantar y evaluar nuevos modelos educativos de vanguardia. En un mundo digitalmente conectado, las mejoras tecnológicas en las universidades son esenciales para mantener la competitividad y la relevancia institucional.
      
  7. Teoría y Práctica Equilibradas: La necesidad de equilibrar la enseñanza de marcos teóricos con experiencias prácticas seguirá siendo un desafío y una prioridad que garantice que los estudiantes estén preparados para el mundo actual. Hay cursos con altas bases teóricas, pero también hay cursos que requieren la práctica constante de habilidades blandas y técnicas. Las instituciones superiores no deberían operar como centros encapsulados de transmisión de conocimientos, sino como nodos (hubs) orientados al cultivo de habilidades socioemocionales-tecnosociales que promueven la praxis de niveles cognitivos superiores. Cada curso debe ofrecerse tomando el pensamiento crítico, analítico y creativo como base para el desempeño de tareas prácticas especializadas. No tiene sentido ejecutar habilidades/destrezas sin reflexionar sobre sus propósitos y sus posibles efectos. Como también, es necesario accionar los marcos teóricos en contextos del mundo real para entender a profundidad el impacto de las habilidades técnicas como variables de estudio de los fenómenos emergentes. 

  8. Oferta Académica Expandida: Los aprendices del siglo 21 no solamente son los estudiantes egresados del nivel superior (preparatoria). Ahora entran al escenario educativo los profesionales y retirados que necesitan expandir sus horizontes de posibilidades. La oferta académica universitaria debería abrirse a las certificaciones y micro-credenciales en las que cualquier persona interesada en aprender, pueda suscribirse sin tener complicaciones. La universidad debería dejar de centrarse en su oferta académica (títulos profesionales), para comenzar a enfocarse más en las necesidades y desafíos globales a los que tiene que dar respuesta. La educación tradicionalmente ha preparado a las personas para el trabajo, pero el trabajo ahora está cambiando demasiado rápido como para que las habilidades profesionales más recientes se traduzcan fácilmente al plan de estudios convencional. El aprendizaje debe ser continuo y abierto a personas de cualquier edad. Es la única alternativa de mantener la universidad en movimiento al generar ingresos de manera autosuficiente dentro de sus entornos de aprendizaje.   

  9. Diversificación de Modelos Instruccionales: Las instituciones educativas deberían explorar y adoptar diferentes métodos, estrategias y modelos instruccionales efectivos para satisfacer las necesidades cambiantes de sus estudiantes. Atrás quedaron los tiempos en que los estudiantes tenían que adaptarse al formato de enseñanza de sus profesores. En cambio, los educadores son los que tienen que adaptarse a las necesidades, intereses y preferencias de sus estudiantes. Las instituciones que se resistan a la diversificación de modelos instruccionales estarán condenadas a reducir sus cuotas de matrícula anuales. Los docentes tienen que prepararse para la presencialidad, hibridez y virtualidad en formatos más flexibles, abiertos e inclusivos. Después de varios ciclos académicos de adelantos tecnológicos provocados por la emergencia del COVID-19, la mayoría de las Universidades decidieron avanzar hacia el pasado. ¡Sí, al pasado! Porque ordenaron el cierre de secciones en línea e híbridas para retornar a las clases presenciales. Esto sucedió justamente cuando los estudiantes se estaban adaptando a las modalidades de la educación a distancia. El sistema universitario necesita retener a los estudiantes en el aula, pero los estudiantes no necesitarán más la universidad que dejaron en el cierre abrupto provocado por el COVID-19. En vez de expandir la oferta académica a las necesidades estudiantiles, lo que hicieron fue restringirla a la conveniencia de la modalidad presencial. Los muros de las catedrales lo que hacen es limitar el acceso a las nuevas fronteras del conocimiento en un mundo de transformaciones sin precedentes y radicalmente inciertas.  

  10. Demanda de Docentes Cualificados: La necesidad de contar con educadores experimentados y altamente capacitados siempre será fundamental para garantizar una educación superior de calidad. Pero muchas universidades contratan profesores principalmente por sus grados de maestría o doctoral. También, por los años de experiencia que llevan en la docencia. Esto podría representar una complicación al integrar nuevos softwares, herramientas web, aplicaciones móviles y plataformas tecnológicas. Saber utilizar MS Office ya no es suficiente para considerar a un nuevo docente en su equipo facultativo. Dictar clases en plataformas LMS (Moodle, BlackBoard, Canva o CypherLearning) tampoco los convertirá en diseñadores de experiencias de aprendizaje. Tampoco es suficiente el tener una mentalidad pedagógica, cuando en educación superior deberían hablar más de Hebegogía, Andragogía, Heutagogía y Cibergogía, incluso, de la NeuroEducación. La integración exitosa de las tendencias tecno-educativas del milenio requieren de educadores con nuevas capacidades cognitivas de adaptación al cambio, aprendibilidad, innovación educativa, pensamiento lateral y el rebasar las líneas rojas que impone el sistema para recorrer las esquinas del mundo que muy pocos son capaces de llegar. 

¿Crees que nuestras universidades han evolucionado?
 

Desde mi perspectiva, no. Y les explico porqué... 

Allá para el 2004 se comenzó a hablar de la Web 2.0 como la nueva evolución educativa del milenio. Profesores y Estudiantes expandirían sus niveles de interacción al utilizar las plataformas sociales como herramientas para: Prosumir (consumir y producir) contenidos, utilizar herramientas web gratuitas (Blogs, Prezi, Slideshare, Skype, Redes Sociales, Wikipedia), realizar proyectos colaborativos (PLE, PLN, SLE, CoIn), diseñar recursos de aprendizaje sincrónicos y asincrónicos (texto, audio, vídeos, animaciones). Ofrecí innumerables talleres de capacitación profesional a los docentes sobre el  uso de las herramientas EdTech gratuitas, pero lo cierto es que la transformación universitaria de la Web 1.0 a la 2.0 fue nula. Solo unos pocos docentes se beneficiaron de las herramientas tecnológicas al integrarlas en su clase. Como toda moda tecnológica, actividades educativas pasajeras que nunca más se repetirán. Se pensaba que las plataformas sociales entrarían a descentralizar la democracia educativa el escenario superior, pero en realidad, nunca sucedió nada...

Lo mismo ocurrió con la Web.3.0 en la que explotó el paradigma de la disrupción educativa del milenio en 2010. Y ahora, que estamos en la Web 4.0 pensábamos que la educación universitaria iniciaría una verdadera disrupción educativa radical. Tampoco ha sucedido nada en la mayoría de las universidades...  

Pues no, no hemos visto nada nuevo. Solo experimentamos un cambio abrupto provocado por el COVID-19 que nos obligó a cerrar el campus físico, para continuar de manera remota el año académico. Lo que hicimos fue, simplemente, copiar los malos diseños de la Educación 1.0 para transferirlos la Educación Remota de Emergencia. Ahora que retornamos a la "normalidad" en 2023, nuestro liderato universitario decidió regresar hacia la Educación 1.0 del pasado con los componentes virtuales e híbridos de la Educación 2.0. Regresamos al aula física a hacer lo mismo de toda la vida, pero con pantallas táctiles interactivas. Mantenemos la Educación en Línea para seguir con el mismo modelo educativo convencional. Para mí, una falsa innovación educativa alejada del cambio global. Simplemente, avanzamos hacia el pasado... 

¿Podrán nuestras Universidades adaptarse a la Educación 4.0 y Educación 5.0?

Muchas instituciones están haciendo grandes cambios en sus campus universitarios. Lo que se percibe es que son cambios cosméticos que "mejoran" las mismas prácticas docentes de antaño. Las clases siguen siendo conferencias con nombres más bonitos, en lugar de ser experiencias de aprendizaje dinámicas que reten el intelecto estudiantil. Se supone que el objetivo principal de los cursos sea el de transformar la vida de los aprendices. Que al terminar el ciclo, puedan ser capaces de replicar el conjunto de conocimientos, habilidades, destrezas y talentos, en la diversidad de contextos del mundo real (sus hogares, comunidades, empresas y naciones). Simplemente, que se conviertan en los másters del arte de aprender. 

La educación sigue pensando que va a encontrar una sola plataforma que resuelva todos los contextos para todos los tipos de estudiantes en todos los mercados. Y la verdad es que no es así. Una EdTech resuelve una serie de necesidades para un grupo de estudiantes y después va a tener que interconectarse con otras. El gran problema de las instituciones educativas es que no están diseñadas para experimentar, evaluar y transicionar de una tecnología a otra, sino que busca la bala de plata que le resuelva todo. Y encima piensan que esa única tecnología les durará para toda la vida (Fernando Valenzuela, 2023).

Haya o no tecnologías emergentes, lo importante es cambiar los roles transmisivos de los docentes, al igual que los roles pasivos de los estudiantes. Ese es el verdadero fin de la EdTEch. Después de todo, lo más importante es saber activar los cerebros para realizar actividades instruccionales interactivas. Más importante es conectar nuestros cerebros con los de otras personas (sinapsis) para entablar conversaciones profundas, que conectar nuestros dispositivos digitales para encontrar respuestas a las preguntas de la clase. Estamos subutilizando nuestros cerebros a medida que integramos las tecnologías emergentes. Las TIC, herramientas web, redes sociales y aplicaciones móviles, fueron diseñadas para la movilidad de los usuarios, no para enclaustrarlas en las salas de clase. Nuestro planteamiento siempre ha sido que estas tecnologías funcionan mejor cuando los estudiantes las utilzan para apender, no cuando los docentes las utilizan para mejorar su enseñanza.  

La transformación educativa no solo tiene que ver con la adopción de herramientas tecnológicas, sino con las capacidades de las personas. Hablamos del cambio cultural, valores, principios, modelos mentales y de tradiciones de antaño. La innovación del futuro no llegará instalando nuevas tecnologías, sino accionando nuevas formas de trabajo colaborativo. Esa debería ser la base principal. La integración tecnológica entra en el escenario a complementar los esfuerzos humanos para ayudarnos a desarrollar capacidades cognitivas. El futuro necesitará universidades que sepan leer las necesidades individuales de las personas para motivarlos a la transformación de sus realidades con estrategias disruptivas apoyadas en tecnologías. Todo ello en escenarios de incertidumbre y complejidades (Rafael Martínez, 2023). 

Nuestros dirigentes universitarios deberían entender que objetivo principal de la EdTech es que los estudiantes puedan alcanzar progresos humanos de valor. Instalar tecnologías sofisticadas no es suficiente; tenemos que aprender a vivirlas. Por eso es importante transformar el campo en  Heutagogía Tecno-Educativa enfocada en los propósitos y comportamientos humanos, el papel del lenguaje, la naturaleza de las relaciones, diseño de aprendizajes y heutagogías promulgadas. El reto de crear vínculos valiosos no depende de las EdTech, sino de la calidad de la experiencia de aprendizaje. El líder docente no debería administrar las distancias, sino enfocarse en los tiempos e intensidades de las relaciones.

Si bien es cierto que fuera del campus universitario existen diversas amenazas (PermaCrisis) que atentan contra la normalidad educativa, también tenemos que reconocer que adentro habitan estas 10 realidades internas (posiblemente otras más) que obstaculizan los progresos y avances necesarios para la transformación educativa. El sabotaje interno es peor que las amenazas globales del milenio. 

Las universidades necesitan un nuevo liderato (administrativo y docente) capaz de salirse de sus zonas de confianza, para comenzar a mirar la incertidumbre con nuevos ojos, estudiar los fenómenos complicados, enfrentar desafíos complejos y superar el caos que impera en nuestras sociedades. Entrar en estados de confusión al debatir si se permiten o prohien los dispositivos móviles, la educación en línea, los mundos inmersivos o la Inteligencia Artificial Generativa, nos llevará al detrimento institucional. 


La tecnología nos está llevando a lugares nunca antes imaginados. Navegamos por lugares mentales y emocionandes muy diferentes a los que estábamos acostumbrados. Nos adentramos en nuevos ecosistemas de aprendizaje sin movernos, cambiando nuestras formas de pensar e interactuar. El futuro educativo se basa menos en el pasado. No solo es porque estemos en tiempos de crisis, sino en una nueva época de incertidumbres y de transformacines radicales. Las organizaciones que no sepan cambiarse a sí mismas estarán condenadas a desaparecer. Y las personas que no hacen nada en tiempos turbulentos son los que se quedarán atrás... 

Concluyo este escrito con el siguiente planteamiento: 

El mayor impacto que ha tenido la universidad fue con el desarrollo de la Internet a finales del Siglo 20. Las tecnologías de la web sí han cambiado nuestras universidades, pero no han transformado nuestra educación. La verdadera implantación tecno-educativa llegó 20 años después de su creación con la proliferación del Coronavirus. Tres años después, nos hemos mantenido con los LMS (Moodle, BlackBoard, Canva, CypherLeraning) y las tele-clases en Zoom, TEAMS y Google Meet. El avance educativo se ha detenido. Mi experiencia de 21 años me ha enseñado que el sistema educativo nunca ha mostrado interés por cambiar. Te has preguntado, ¿quiénes serían tan estúpidos de renunciar a sus privilegios?

Ahora que nos toca vivir la proliferación de la Inteligencia Artificial (IA), nos lleva a aceptar que la transformación educativa radical consiste en que los que mandan ya no son los que administran las ofertas, sino los que demandan nuevas alternativas innovadoras. Atrás quedarán los tiempos en los que la universidad decidía qué carreras aprender, cómo aprenderlas, en qué rango de tiempo y los lugares a presenciar. Ahora, entrarán al esceneario superior nuevos organismos tecno-educativos que le permitirán a la demanda clamar lo que verdaderamente necesita, cuándo, cómo y dónde. El verdadero detonante disruptivo sucederá cuando la IA sea capaz de enseñarnos cualquier materia que nos interese aprender en las redes. ¿Aún dudas que esto vaya a ocurrir? 


Lo hemos advertido en diferentes foros, webinars, jornadas, congresos y cumbres educativas. Lo hemos publicado en nuestros muros de FB y LI, en artículos de blogs, vídeo-conferencias, artículos de periódicos, entrevistas radiales y televisivas. Más allá de los "likes" o repercuciones en nuestra contra, no hemos visto que las comunidades universitarias se preparen para lo que viene. Simplemente, reaccionarán cuando el fenómeno comience a generar los incendios en sus Catedrales del Conocimiento...


Artículo de interés: 

Sillas vacías en la universidad: “Preferiría aprovechar el tiempo adelantando la asignatura por mi cuenta” https://elpais.com/educacion/2023-12-23/sillas-vacias-en-la-universidad-preferiria-aprovechar-el-tiempo-adelantando-la-asignatura-por-mi-cuenta.html

jueves, 23 de febrero de 2023

Permacrisis Educativa: ¿Mito apocalíptico o realidad global?

Imagen: BlueWillow AI

En 2021 publiqué un interesante artículo sobre los Desafíos de la Universidad 2030. En aquel entonces me basaba en la diversidad de noticias relacionadas con la pandemia del COVID-19 y con la actualización del Informe de Riesgos Globales 2022. Lo estudiado en estos reportes coincide significativamente con lo que vivimos a diario en la región carbeña. Universidades públicas y privadas experimentan el fenómeno de reducciones significativas en las solicitudes de admisión, bajas en las tasas de retención, persistencia, graduación y colocación laboral. Muchos nos preguntamos qué es lo que ocurre en el norte, latinoamérica y el caribe. Es por eso que me di a la tarea de investigar este fenómeno emergente. 

Haciendo búsquedas, encontré el Global Risk Report, un informe publicado anualmente por el Foro Económico Mundial (WEF), que identifica los principales riesgos globales a corto y largo plazo que enfrentará el mundo. El mismo se basa en una encuesta global a líderes empresariales, gubernamentales y expertos en diversas disciplinas del saber. También incluye análisis detallados de tendencias y riesgos clave en áreas como el cambio climático, salud pública, tecnología y la economía. El reporte anual se centra en los riesgos asociados con las enfermedades contagiosas, la necesidad de transición hacia un futuro más sostenible, la creciente desigualdad económica y social en todo el mundo, e identifica otros riesgos globales importantes como el cambio climático, ciberseguridad, inestabilidad geopolítica y la volatilidad de los mercados financieros.

Entre las principales conclusiones del informe se puede destacar lo siguiente:

  • La pandemia del COVID-19 expuso importantes vulnerabilidades en el sistema universitario global y ha acelerado tendencias preexistentes como la digitalización y la automatización.
  • La necesidad de una transición hacia un futuro más sostenible es cada vez más urgente. Se requiere medidas urgentes para abordar el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y otros desafíos ambientales a los que la universidad tendría que enfrentar de ahora en adelante.
  • La desigualdad económica y social sigue siendo una amenaza muy seria. Se necesita medidas legislativas para enfrentar la brecha creciente entre los ricos y pobres.
  • La inestabilidad geopolítica, ciberseguridad y la volatilidad de los mercados financieros también son riesgos importantes que deben abordarse para garantizar la estabilidad y seguridad educativa global.

Iniciando el año 2023, el diccionario inglés Collings acuñó el término de "permacrisis" como un neologismo a integrarse en su vocabulario. Permacrisis es la combinación de las palabras: "permanente" y "crisis". Se acuñó para describir situaciones en las que las crisis que tiene que enfrentar la humanidad, como el cambio climático, la extinción de especies, la degradación del suelo y la pérdida de la biodiversidad, se vuelven cada vez más frecuentes e intensas. Esto creará situaciones de crisis permanente que afectarán la sostenibilidad del planeta y de nuestra forma de vida.

La permacrisis es el resultado de décadas de explotación y degradación de los recursos naturales del planeta, así como de un sistema económico y político que prioriza el crecimiento y el lucro personal por encima del bienestar humano y ambiental a largo plazo. Como resultado, nos encontramos en una situación en la que las soluciones cortoplacistas ya no son suficientes, por lo que se necesitaría un cambio fundamental en la forma en que nos relacionamos con el planeta y entre nosotros mismos. Este fenómeno emergente plantea un desafío a la humanidad para abordar de manera integral y sostenible los problemas ambientales, económicos, organizacionales, sociales y políticos a enfrentar de manera inesperada. Para hacerle frente a la permacrisis, necesitaríamos generar soluciones integradas que aborden no solo los síntomas de la crisis, sino también sus causas subyacentes, para lograr un futuro sostenible y resiliente a todos los seres vivos en la Tierra.

André Spicer (2022) plantea que la palabra permacrisis es nueva, pero el contexto que la describe no lo es. Citando al historiador alemán Reinhart Koselleck, vivimos una época de crisis permanente desde hace al menos 230 años. Koselleck observó que antes de la revolución francesa, una crisis era un problema médico o legal, pero no mucho más que eso. Tras la caída del Antiguo Régimen, la crisis se convierte en la “firma estructural de la modernidad”. A medida que avanzaba el siglo XIX, las crisis se multiplicaron: hubo crisis económicas, crisis de política exterior, crisis culturales y crisis intelectuales. Durante el siglo XX, la lista se hizo mucho más larga. Llegaron las crisis existenciales, las crisis de la mediana edad, las crisis energéticas y las crisis medioambientales. Cuando Koselleck estaba escribiendo sobre el tema en la década de 1970, contó más de 200 tipos de crisis que podríamos enfrentar. Cincuenta años después, probablemente se ofrecen cientos de nuevos tipos de crisis. E incluso si en realidad no enfrentamos más crisis que en épocas anteriores, hablamos mucho más de ellas. Tal vez no sea de extrañar que sintamos que estamos viviendo en una época de crisis permanentes.  

De lo que se habla es de situaciones prolongadas en diversas áreas de la sociedad que abarca desde la economía y la política hasta el medio ambiente y la cultura. Esta crisis es el resultado de una serie de factores interrelacionados, como el cambio climático, la creciente desigualdad económica, polarización política-social y la pérdida de valores y referentes culturales. En cuanto a la onda larga del paradigma, se refiere a la teoría de las ondas largas de Kondratiev, que sostiene que la economía global se mueve en ciclos de 50 a 60 años, caracterizados por períodos de expansión y contracción. Durante estos ciclos, se producen cambios tecnológicos, innovaciones y transformaciones en la estructura de la economía y la sociedad.

En este contexto, se podría decir que nos encontramos en una fase de transición entre dos ondas largas del paradigma, caracterizada por la crisis sistémica que estamos viviendo. En este período, se están produciendo cambios profundos en la economía y la sociedad, impulsados por la emergencia de nuevas tecnologías y la necesidad de adaptarse a los desafíos globales. Es posible que esta fase de transición dure varios años y que se produzcan cambios significativos en la forma en que funcionan la economía y la sociedad en general. Para enfrentar la permacrisis, se necesitará soluciones innovadoras y colaborativas que aborden de manera integral los múltiples desafíos que enfrentamos. 

Es por eso que en esta segunda parte de la serie investigativa, Desafíos de la Universidad 2030, nos centraremos en los resultados del reciente informe del WEF titulado: Global Risks Report 2023 

Según el WEF (2023), los primeros años de esta década han anunciado un período particularmente perturbador en la historia humana. El retorno a una nueva normalidad después de la pandemia del COVID-19 se vio interrumpido rápidamente por el estallido bélico entre Rusia y Ucrania. Esto dio paso a una nueva serie de crisis en los alimentos y la energía, lo que desencadenó problemas que décadas de progreso habían tratado de resolver. A medida que comienza 2023, el mundo enfrenta una serie de riesgos que se sienten completamente nuevos y extrañamente familiares. Hemos experimentado el regreso de los riesgos antiguos de la inflación, crisis del costo de vida, guerras comerciales, salidas de capital de los mercados emergentes, malestar social generalizado, confrontación geopolítica y el espectro de una posible guerra nuclear. Estos se a amplifican por desarrollos comparativamente nuevos en el panorama de riesgos globales, incluyendo riesgos insostenibles, niveles de deuda, una nueva era de bajo crecimiento, baja inversión global, desglobalización, disminución en el desarrollo humano después de décadas de progreso, desarrollo rápido y sin restricciones de tecnologías de doble uso (civil y militar) y la creciente presión del cambio climático. Todos esos desafíos convergen para dar forma a una década venidera única, incierta y turbulenta. 

El informe se compone de tres marcos de tiempo para comprender los riesgos globales:

  1. El impacto creciente de las crisis actuales (es decir, los riesgos globales que ya se están desarrollando) en los riesgos globales más severos que muchos esperan que se desarrollen a corto plazo (dos años).  
  2. El surgimiento de riesgos que probablemente sean más severos a largo plazo (10 años), explorando los riesgos económicos, ambientales, sociales, geopolíticos y tecnológicos emergentes o de rápida aceleración que podrían convertirse en las crisis del mañana.  
  3. La imaginación de futuros a mediano plazo, explorando cómo las conexiones entre los riesgos emergentes descritos en las secciones anteriores pueden evolucionar colectivamente hacia una policrisis centrada en la escasez de recursos naturales para 2030.

Lo cierto es que la situación particular de Puerto Rico inició en 2006 con el cierre del gobierno y las constantes degradaciones del nivel crediticio que llevaron a la Isla a la quiebra. Ahora tenemos una Junta de Supervisión Fiscal recomendando recortes presupuestarios anuales a la Universidad Pública y a diversos servicios gubernamentales. Esto ha provocado el encarecimiento del costo de matrícula que tienen que pagar nuestros estudiantes. En 2017 el huracán María destruyó la Isla por completo, dejándola completamente incomunicada y sin servicios de agua potable, energía eléctrica y otros servicios esenciales. En el Verano 2019 se experimentó un movimiento social contra el gobernante de turno que provocó su renuncia. En enero de 2020 ocurrieron varios sismos que interrumpieron nuevamente los servicios esenciales en todo el país. En ese mismo año el COVID-19 se convirtió en una amenaza pandémica que provocó el cierre abrupto de todos los servicios esenciales: Gobierno, Salud, Educación, Banca, Comercio, Turismo, Eventos Sociales, Eventos Culturales, Servicios Religiosos, Eventos Deportivos, etc. Poco a poco se fueron habilitando los servicios de manera remota para evitar un colapso sistémico. Cuando todo parecía regresar a la normalidad en 2022, la armada de Rusia invadió a Ucrania por la inestabilidad geopolítica de la zona. Esto ha provocado una crisis inflacionaria al aumentar los costos de todos los productos y servicios que utilizamos a diario. 
 
Toda esta cadena de sucesos adversos nos lleva a preguntar si las crisis internas y externas que ocurren en estos precisos instantes impactarán el presente y futuro de la Universidad. Resulta difícil afirmarlo, ya que unas crisis pueden afectar más que otras. Algunas podrían ser de largo alcance, mientras que otras podrían superarse en tiempos más cortos. Lo complejo de esta era es la frecuencia con la que llegará una, tras otra y tras otra crisis. La historia evidencia claramente que si hay un organismo que ha sobrevivido infinidad de adversidades críticas es la Universidad. Pero si nuestra sociedad no está preparada para enfrentar los grandes desafíos geopolíticos, tecnológicos, ambientales, sociales y económicos que se avecinan, muchas universidades tendrán que ponerle candados a los portones de sus catedrales. 

¿Qué podemos hacer para enfrentar la permarcrisis?
 
En primer lugar, todos los profesores tendremos que comenzar a reestructurar nuestro modelo pedagógico para educar a nuestros estudiantes, con la finalidad de prepararlos para hacerle frente a los grandes desafíos que plantean las condiciones para la generación de nuevas crisis permanentes. En términos prácticos, significa la transformación total del enfoque educativo clásico hacia el diseño de experiencias de aprendizaje significativas que promuevan el desarrollo de la sostenibilidad, resiliencia, persistencia, colaboración, creatividad y escalabilidad del aprendizaje. En lugar de centrarse únicamente en la transmisión de contenidos estancos y ejecutar mecánicamente las habilidades rutinarias de antaño, la educación podría enfocarse más en fomentar el pensamiento crítico, la habilidad para generar soluciones creativas y sostenibles a los problemas enfrentados y la capacidad de seguir aprendiendo de manera autónoma o autosuficiente sin la necesidad de retornar a la pedagogía clásica de antaño. 
 
Las crisis políticas, gerenciales, organizacionales, operacionales, económicas y sociales, podrían provocar serias interrupciones a los esfuerzos dirigidos a aumentar la igualdad en el acceso educativo de nuestra ciudadanía. Por lo tanto, es imprescindible el tomar medidas apropiadas para garantizar que todas las personas tengan acceso a una educación de calidad, incluso en situaciones de crisis. El mejor ejemplo lo experimentamos los pasados días con la interrupción académica y administrativa provocada por la manifestación gremial que afectó la accesibilidad de los servicios educativos a miles de universitarios.

Es una lástima que el Sistema Educativo no haya aprendido nada durante la pasada crisis pandémica del COVID-19. Creo que si ocurrese otra crisis global que nos obligue a cerrar escuelas y universidades abruptamente, experimentaríamos las mismas adversidades que afectaron a millones de estudiantes, educadores y padres en 2020-21. Lo positivo de todo es que estamos a tiempo para planificar nuestros ciclos académicos en situaciones de presencialidad discontinua o intermitentes. Que nuestros docentes no solamente se preparen para transformar sus cursos presenciales con metodologías ágiles innovadoras, sino que también sean capaces de diseñar experiencias de aprendizaje en diversidad de modalidades: remota, a distancia, online, híbrida, combinada, HyFlex, inmersivas y personalizazas con Inteligencia Artificial. 
 
Tenemos que co-diseñar un proyecto educativo de país que sea capaz de operar en medio de las crisis actuales y de las que están por surgir. Atrás quedaron los tiempos en que los estudiantes tenían que adaptarse al estilo de enseñanza de sus educadores. Somos nosotros los docentes los que tenemos que adaptarnos a la diversidad de necesidades de nuestros estudiantes. Después de todo, los mejores educadores ya no son los que están en las aulas dando clases. Ahora son los que están en todas partes incubando proyectos de utilidad colectiva... 


No deberíamos cruzarnos los brazos pensando en que la próxima crisis llegará en 10 años (o más) cuando estemos próximos a jubilarnos. La nueva normalidad post-pandémica tendrá duraciones graduales, según la región geográfica en la que nos encontremos. De lo que sí estoy seguro es que ninguno de nosotros está exento de ser impactados por las adversidades que nos toquen vivir en los próximos meses. El puesto de docente permanente ya no es intocable ni indestructible. Se acabaron los superpoderes de los catedráticos. Hoy día muchos de ellos tienen vulnerabilidades que trastocarán sus funciones educativas y admnistrativas de poder. 
 
La permacrisis educativa no es un mito apocalíptico, sino una realidad global que experimentamos a diario en nuestros centros de trabajo. En cada uno de nosotros está si queremos permanecer en nuestras zonas de confort reaccionando a las explosiones generadas en el sistema, o si tendremos que salir de nuestros cubículos a enfrentar la diversidad de condiciones que amenazan nuestras funciones docentes y administrativas.  

Los modelos de aprendizaje, enseñanza y erudición que profesan y apoyan los sistemas educativos contemporáneos son producto de más de mil años de aculturación y no son fáciles de desplazar. Sin embargo, se han vuelto cada vez más inadecuados para la generación actual de estudiantes que no tienen los mismos antecedentes con aspiraciones y objetivos similares. Este no es el momento, por lo tanto, de encubrir las deficiencias de las operaciones convencionales basadas en el campus, sino un momento para volver a imaginar un entorno de aprendizaje más ágil y adaptable para una generación claramente diferente de estudiantes y docentes. Este es un momento para repensar y rediseñar las coreografías institucionales para enfrentar los desafíos de esta nueva cohorte y preparar nuestros sistemas educativos para el futuro para la próxima generación y las siguientes (Som Naidu, 2023).