¿Es que acaso no tienen la capacidad de pensar en soluciones de expansión, creación, producción, reinvensión y reingenieria educativa? ¿Qué tan difícil puede ser diseñar un nuevo plan estratégico que genere dinero al sistema educativo sin imponer aumentos? ¿Qué tan limitado puede ser el establecimiento de asociaciones o consorcios con las compañías o empresas? Pero claro, resulta mucho más fácil para un administrador usar la tijera para cortar que su cerebro para crear.
Una altermativa viable que puede ser desarrollada es la creación de una Plataforma de Formación On-line del Sistema UPR. Yo le llamaría el Recinto Virtual UPR. La universidad cuenta con una infraestructura tecnológica sólida capaz de desarrollar Programas de Formación Online gratuitos o de bajo costo para nuestro pueblo. La universidad tiene el deber ministerial de formar ciudadanos altamente preparados para formar parte de mundo laboral del futuro. En vez de que el Gobierno le dé $600 a cada persona para que tome unos cursitos de Ofimática con Microsof, lo que debería es facilitarle ese dinero al sistema UPR para que diseñe programas de Educación Continua, Certificaciones y genere programas educativos innovadores a través de la Web. Yo he asistido a múltiples talleres de compañías donde los recursos son expertos en el uso y manejo de los recursos, pero no tienen vocación para enseñar a manejarlos. Muchos de los técnicos contratados no saben llegar a los aprendices porque desconocen sus necesidades particulares y estilos de aprendizaje de sus clientes.
No hace falta invertir más dinero en la construcción de nuevas salas ni laboratorios, no hace falta invertir en recursos instruccionales ni tecnológicos, no hace falta ampliar los estacionamientos, la Web será el ambiente de enseñanza y aprendizaje. Lamentablemente hay personas quienes creen que la sala de clases es el único lugar donde se aprende. ¿Qué hay de la industria, la empresa, la compañía, la agencia y el ambiente real de trabajo? ¡Eso es lo que necesita nuestra gente! Es increíble que la universidad todavía no cuente la virtualidad como tiempo contacto entre educadores y estudiantes. ¿Por qué tenemos que enseñar entre cuatro paredes? Las conferencias magistrales corresponden a la Era de la Industrialización del siglo pasado. La ecología educativa provee el entorno propicio para que el proceco instruccional sea más dinámico, abierto, ubicuo, accesible, flexible, interactivo, libertador, práctico, social, colaborativo, impredecible y económico.
Los aprendices de esta era no necesitan a un educador que transfiera en su clase lo que dice el libro de texto, necesitan a un estructurador de experiencias educativas y un elaborador de ambientes de apreidizajes adecuados para gestionar el conocimiento y producir seres pensantes. De seguro que el establecimiento de un programa educativo online en la UPR generaría mayores ingresos al sistema. La expansión de la oferta académica generaría un aumento en la matrícula, baja en los costos, reducción en la compra de recursos y materiales educativos, mayor contratación de personal capacitado para la administración y educación en línea. La web provee todo tipo de recursos instruccionales de manera gratuita. Pero si usted es uno de los que cree que esos recursos no son fiables, entonces diseñe sus propios recursos instruccionales. Para eso le pagan a los educadores, para crear, producir, desarrollar, implantar, investigar y compartir lo que sabe.
Pero la poca capacidad de iniciativa, la falta de creatividad y la influencia político-partidista lo que produce es una institución educativa estática, limitada, coercitiva y perennialista. Los nuevos problemas educativos del siglo 21 son solucionados con los mismos parchos del siglo 20. Mientras en otros países desarrollan nuevas soluciones articuladas a la era global, aquí en PR seguimos estancados en una vieja filosofía que ya no rinde frutos ni responde al desarrollo. Recientemente trascendió en los medios electrónicos una interesante noticia que muestra cómo las universidades de otros países se articulan al desarrollo social de la era. Pulse AQUÍ para leerlo.
Puerto Rico no puede seguir dándole la espalda al mundo. Tenemos que observar lo que el resto del mundo hace para atajar las crisis que se avecinan. Cada país desarrolla sus propias soluciones que pueden trascender de lo micro a lo macro y de lo local a lo global. Pero para lograr eso se necesitan administradores con la capacidad e iniciativa de creación de nuevos proyectos de vanguardia. Lamentablemente, lo que tenemos ahora son líderes faltos de cosmovisión de futuro e imitadores de estilos admistrativos que mantienen anclado nuestro sistema educativo.
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