En esta era la información cambia a ritmos ascelerados. Esto se debe a que la comunidad global comparte la información, recursos bibliográficos, herramientas y servicios digitales gratuitos. Aunque los textos impresos contienen información valiosa, cabe destacar que durante su proceso de edición, montaje y distribución, el contenido y los puntos establecidos por los autores se obsoletizan en lo que llegan a las manos de los consumidores.
No cabe la menor duda de la importancia del estudio teórico en el proceso de aprendizaje de los estudiantes. Sin embargo, se debería también incorporar la práctica de las destezas de búsqueda de información a través de los recursos electrónicos que provee la Web. La búsqueda de información es una destreza de vital importancia en la era en la que nos encontramos. Los empleos del futuro demandan altas competencias de la alfabetización digital, telemática e informática para solucionar problemas, pronosticar fenómenos, cuestionar, solucionar problemas complejos y convertir la información contenido útil.
Además, gran parte de los recursos informáticos de la Web son gratuitos o de muy bajo costo. La facultad debería tomar esto en consideración, ya que recientemente se ha publicado en los medios noticiosos el gran recorte presupuestario propuesto por la universidad. Si se ha reducido significativamente la partida para comprar libros y recursos informativos, la alternativa efectiva se encuentra en los libros electrónicos (e-books) que son tan buenos o mejores que los textos provenientes de las casas editoriales. Otro elemento importante es la conservación de nuestros recursos naturales que han sido utilizados para elaborar diversos recursos instruccionales. Hay que fomentar la Universidad Verde y promover el uso de los recursos electrónicos informativos. Esto se logra promoviendo los recursos tecnológicos y fomentando una cultura tecno-educativa en la universidad.
Comparto un estracto de la Introcucción del libro y los invito a examinarlo para estudiar la posibilidad de incorporarlo como parte del currículo:
La existencia de este nuevo entorno de información, cualitativa y
cuantitativamente complejo, plantea la conveniencia de que los
estudiantes e investigadores de cualquier disciplina adquieran unas
capacidades y unas destrezas que hace pocos años eran superfluas.
Más aún si se tiene en cuenta que las TICs se han consolidado como
la principal fuente de documentación académica (Sureda y Comas,
2006). Para desenvolverse satisfactoriamente en este nuevo entor-
no informacional no son ya suficientes las habilidades básicas que
durante siglos han permitido la integración en el mundo cultural:
saber leer,saber escribir y saber contar. En la actualidad se necesita
también otra alfabetización que se ha denominado informacional
y con la que se hace referencia a “the abilities to know when infor-
mation is needed, to be able to identify, access, evaluate and effec-
tively use information for the issue or problem at hand” (National
Forum on Information Literacy, 2006).
La Alfabetización Informacional supone alcanzar un conjunto de
competencias entre las que cabe remarcar:
•Ser capaces de determinar la naturaleza y el nivel de la necesi-
dad de información.
•Localizar y acceder a la información requerida de forma eficiente.
•Evaluar la información y sus fuentes de forma crítica.
•Utilizar de forma eficaz la información. Esta utilización implica
organizar de forma eficiente la información localizada y referen-
ciar de forma correcta los documentos utilizados.
•Acceder y utilizar la información de forma ética y legal.
Esta nueva capacitación debería iniciarse a temprana edad; la rea-
lidad, sin embargo es otra muy diferente. Nuestra experiencia
docente con estudiantes universitarios nos demuestra que la
inmensa mayoría de ellos finalizan sus estudios con un alarmante
desconocimiento sobre cómo acceder a la información del campo en
que se han formado2. Nada tiene de extraño que el alumnado lle-
gue a los programas de doctorado con escasísimos conocimientos
sobre cómo acceder a los documentos producidos por la comunidad
científica.
Internet, punta de lanza de la sociedad de la información, ha alte-
rado la forma de buscar y acceder a la documentación. La red ha
puesto al alcance de todos una ingente cantidad de información
que, entre otras cosas, obliga a que cada investigador tenga los
conocimientos y las habilidades necesarias para realizar el proceso
de análisis bibliográfico.
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