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jueves, 19 de julio de 2012

El sistema de la dependencia

Haciendo un análisis sobre la funcionalidad de nuestro sistema educativo nacional, he llegado a una conclusión (muy personal) de que el mismo promueve una cultura de dependencia pura. Nuestra ciudadanía ha sido programada desde la dimensión familiar para depender de las estructuras organizacionales artificales como instrumentos de apoyo en la solución de los problemas que más nos aquejan. Sin embargo, la diversidad de necesidades de nuestra gente hace prácticamente imposible que los sistemas existentes atiendan efectiva y eficientemente la complejidad de cada componente social.

Así mismo ocurre con nuestro sistema educativo. El DEPR pretende atender la complejidad de nuestra era implantando un currículo general y otro vocacional para los 450 mil estudiantes. La visión que se tiene es que los estudiantes se integrarán a la sociedad con un mismo perfil personal, académico, socio-cultural y profesional. La visión que tienen nuestros líderes actuales es que los estudiantes vienen a estudiar, los educadores a enseñar y los administradores a gobernar.

La siguiente imagen presenta lo que catalogo como: 'El sistema de la dependencia'

El sistema de la dependencia
De esta manera es que funciona nuestra estructura educativa nacional. La misma se convierte en el centro de todo; con el Gobierno como proveerdor principal. Este es un resultado de una administración que gobierna autoritariamente en una 'democracia acomodativa'. Cada uno de los nodos representa un ente individual de la gobernanza admnistrativa, donde no existe conexión entre ninguna de las demás partes. Las personas formarán parte de cada nodo-sector cuando tengan la edad suficiente y las credenciales necesarias para interactuar dentro de cada uno de los organismos. Todo el mundo hala hacia su lado sin alterar su zona de confort. El detalle principal es que cualquier eslabón que se rompa afectará la estructura completa porque su rotación original ya no será funcional. El resultado final es el que vivimos hoy día; el círculo de la dependencia se convertirá en una espiral descendente. Nos movemos en contra de las manecillas del reloj hechándole la culpa al de atrás, sin hacer nada para resolver la crisis educativa por la que atravesamos. Un sector de nuestra ciudadanía se convertirá en futuros parásitos nacionales.

El círculo de la dependencia educativa actúa de la siguiente manera:
  • El estudiante depende de su familia inmediata para la realiación de las tareas en casa. La disciplina de estudio y compromiso con el aprendizaje se fomenta en casa no en la escuela. Luego de seis o siete horas cargando sus pesados bultos, los estudiantes tienen que abrirlos nuevamente para estudiar y hacer las tareas del próximo día. Gran parte de los proyectos que organizan en el aula están diseñados para que otros los realicen (padres, tíos, amistades, vecinos), limitando las capacidades de pensamiento de alto nivel cognitivo, solución de problemas, creatividad y aprendizaje por descubrimiento. El maestro determina en clase qué es lo que se tiene que hacer y cómo hacerlo. El estudiante trae su tarea y se califica, no importa si el trabajo fue hecho por él/ella u otra persona. Qué más da, si lo importante es el producto final a evaluar, no el proceso.
  • La familia depende del maestro para educar a sus hijos. Muchos padres pretenden que los maestros se responsabilicen de criarlos en valores sociales, moral y ética. Hoy día puede notarse un aumento en el número de padres que desatienden por diversas razones las responsabilidades académicas de sus hijos. Parece que much@s creen que la escuela es una guardería que tiene la responsabilidad de cuidárselos mientras trabajan. Muchos niños son criados de manera individualista en sus hogares y los padres pretenden que los maestros les enseñen las destrezas de socialización y respeto hacia los demás. Algunos exigen lo que no se practica en sus casas. Lamentablemete la escuela no tiene cabida para la integración social y el desarrollo la inteligencia emocional a lo largo de su desarrollo.
  • El educador depende del sistema educativo para la administración de su aula. Se requere de recursos didácticos, materiales impresos y herramientas tecnológicas para la transmisión de contenidos. Si el DEPR no mejora sus beneficios marginales, sus condiciones laborales o si no les dan compensación alguna por ponerse al día con el nuevo conocimiento o la tecnología, no emprenderán proyectos innovadores en sus aulas. Es el sistema educativo es el que dicta el currículo por nivel a seguir, los textos a utilizar, el número de estudiantes por sala, las estrategias de enseñanza y de evaluación. Gran parte de los maestros que se les provee herramientas tecnológicas o recursos didácticos actualizados exigen que se les dé en horas laborales talleres explicativos paso a paso sobre cómo integrarlos en sus cursos a lo largo del término académico. Muchos operan a base de prescripciones lineales a seguir al pie de la letra. De lo contrario, lo harán a su modo y dentro de su zona de confort. El educador que dé un paso al frente para crear e innovar, será duramente criticado por sus compañeros docentes por hacer el trabajo que se supone que haga el DEPR.
  • El sistema educativo depende del Gobierno para la asignación de fondos destinados a la educación nacional. Sin embargo, cada año finaliza con una reducción en los recaudos del fisco. Por lo tanto, el departamento recibe serias reducciones presupuestarias. Esto afecta el mantenimiento de los planteles escolares, la contratación de nuevo personal, la compra de recursos didácticos actualizados y de herramientas tecnológicas. La prioridad del departamento es que los estudiantes pasen satisfactoriamente las pruebas diagnósticas como forma de justificar la asignación de fondos recibidos. El aprendizaje significativo y su futura integración a la sociedad es lo de menos. Lo que en realidad se diagnostica es al DEPR, no el aprendizaje permanente de los estudiantes. Nuestro sistema educativo se ha convertido en una dependencia de corto plazo y de fronteras limitadas guiado por los intereses económicos del momento. 

    Un dato a añadir, es que nuestro sistema educativo también depende grandemente de los Fondos Federales subvencionados por el Departamento de Educación de los Estados Unidos para operar. Estamos hablando de millones de dólares que recibimos para mejorar la calidad de la enseñanza en nuestras escuelas. Somos un país bendecido al recibir tales beneficios, pero lamentablemente el dinero se diluye entre la jerarquía burocrática (supervisores, auxiliares, ayudantes), los asesores educativos y jugosos contratos con empresas privadas. Las Pruebas Puertorriqueñas de Aprovechamiento Académico reflejan que nuestros estudiantes obtuvieron un 53% en ciencias; 45% en español; 41% en inglés y un 27% en matemáticas. El entonces Secretario de Educación celebró las mejorías obtenidas en comparación con el 2010. Deberíamos ser el mejor sistema educativo del mundo; pero nos hemos convertido en el bochorno del siglo 21. ¿Dónde han quedado las reformas? ¿Dónde están los resultados positivos? ¿Dónde está el impacto social?
  • El Gobierno depende de la fuerza laboral para recaudar las contribuciones por ingreso que son necesarias para sostener las dependencias gubernamentales, entre ellas nuestro sistema educativo. Tratándose de una estructura social altamente dependiente, se estima que en Puerto Rico la taza de participación laboral fluctúa entre un 40-43%. Se estima que la fuerza laboral va en desenso con el pasar de los años debido a la falta de oportunidades de empleo profesional. Esto significa que nuestro sistema educativo confrontará serias reducciones los futuros presupuestos anuales.
  • La fuerza laboral depende de la organización empresarial (pública o privada) para optar por una buena oferta de empleo que devengue honorarios justos y a tono con las especificaciones laborales requeridas. En Puerto Rico la producción agrícola ronda en un 15%, el Gobierno despidió a 30 mil empleados públicos en 2010, la industria farmacéutica se está mudando al continente asiático y el número de profesionales desempleados va en constante aumento. Según el Departamento del Trabajo de Puerto Rico, la oferta de empleo disponible recae en: Guardias de seguridad, venderodes al detal, cajeros, representantes de servicios, gerentes de tiendas y enfermeros ambulatorios. La oferta de empleo en carreras que requieren conocimientos tecnológicos es mínima. Lean: Mucho título profesional pero poco trabajo. Este es el sistema que tenemos; uno que proueve la dependencia social para tratar de paliar los descendentes niveles de probreza que nos arropa.  
  • La organización empresarial requiere de una nación altamente productiva, estable, competente y con altos índices de economía sustentable. Cualquier empresa con intereses de inversión se asegurará de que la Isla cumpla con una serie de indicadores económicos, educativos, psico-sociales, culturales, ambientales, salubres y de seguridad que reduzcan sus niveles de incertitumbre. De lo contrario no habrá compañías que generen oportunidades de empleos para nuestos conciudadanos.
  • La nación necesita formar estudiantes profesionales capacitados con altas  competencias, destrezas, habilidades, conocimientos y actitudes necesarias para laborar en diversidad ambientes en movimiento, distracción, caóticos y en constante evolución. Los estudiantes egresados se convertirán en los líderes de las grandes empresas del futuro. Pero si nuestro sistema educativo se aferra a la formación de funcionarios corporativos de una era industrializada, los estaremos condenando a ser desventajados involutivos que formarán parte del sistema cultural de la inercia: l@s que se quedan de brazos cruzados esperando a que alguien lo haga o que algo milagroso suceda. El fenómeno que estamos experimentando hoy día es que gran parte de las compañías instaladas en la Isla están contratando (subconteatando) personal extrangero cpacitado. Compruébalo llamando a tu compañía de Cable TV, Telefónica, Proveedor de Internet,  TV Satelital, entre otras. Nuestro sistema no se ha dado cuenta de que los profesionales locales compiten con profesionales de otras nacionalidades, y las empresas establecidas en la Isla ya cuentan con personal extrangero de su entera confianza. Si nuestra Isla no produce profesionales preparados para los empleos del futuro, terminaremos siendo extrangeros en nuestra propia tierra.
Pero, nuestros líderes alardean que nuestro capital humano es catalogado como buena mano de obra; somos 'buenos empleados' que hacemos diferentes funciones en una empresa. No está mal ser buen empleado del que se aprovechan para explotarlo al máximo. Pero en el siglo 21 ya no basta con ser súbditos que cumplan órdenes de sus superiores para aumentar los niveles de producción de las empresas/compañías foráneas. El mercado laboral industrializado está al borde del colapso. Nos movemos hacia mercados en red en los que nos interconectamos entre diversos puntos del planeta para transformar los procedimientos y tratados del comercio internacional. Hoy día ya no se compra ni se vente igual que antes; ni nos comunicamos como en el siglo 20. Los patronos necesitan profesionales creativos, innovadores, emprendedores, disruptivos, con destrezas blandas, de pensamiento divergente y destrezas cognitivas de alto nivel. Se requiere de conocimientos y experiencias para hacer las cosas de manera diferente. La tecnología del líder del siglo 21 es la conversación efectiva con las demás personas...

Nenecitamos transformar el sistema educativo de la dependencia por un nuevo modelo orientado hacia la autosuficiencia, interdependencia y de ciudadanías expandidas. Necesitamos profesionales competentes a nivel global, con miras a sacar provecho de las ventajas evolutivas sobre las competitivas. Ciudadanos que vayan más allá de su especialidad y que estén disponibles a aportar en cualquier dimensión o en cualquier rol dentro del nuevo ecosistema. Tenemos que desmantelar la estructura organizacional artificial que tenemos actualmente y reinventar una red hipersocial en la que todos participemos en la solución de los fenómenos evolutivos globales. No podemos seguir coexistiendo desde la individualidad y el insularismo. Tenemos que ser más empáticos con los demás sectores sociales y aprender a formar parte de comunidades con perfiles diferentes a los nuestros. Nuestro sistema ya no produce sociedades homogéneas; ahora convivimos con culturas universales. Las adversidades de la era ya no deben ser tratadas con las mismas soluciones ideológicas, doctrinales o costumbristas de una época que dejó de existir.

Nuestro sistema educativo ya no resiste más reformas que vengan de arriba-abajo; necesita refundarse por completo. No debemos seguir trabajando sobre lo estructural, sino desde lo funcional. Un sistema adaptado a la cultura evolutiva y que responda a los asuntos particulares de los ciudadanos. Estamos acostubrados a copiar las soluciones de los otros (paso a paso), en vez de trabajar sobre nuestras propias experiencias personales. Participamos en proyectos innovadores cerrados en los que no se comparten las nuevas narrativas pedagógicas. No investigamos sobre nosotros mismos: cómo aprendemos, qué necesitamos, cómo colaboramos, cómo resolver las crísis y cómo pronostivcar los fénómenos emergentes. Nos dedicamos a poner parchos al sistema deteriorado que tenemos. Buscamos soluciones enlatadas del extrangero para atender con una simple fórmula mágica toda una una serie de factores complejos atados a una variedad de circunstancias.

El sistema educativo propuesto está basado en la conectividad del estudiante con cada parte de la estructura social. Desde temprana edad, los estudiantes pueden aportar con sus conocimientos e ideas de manera multidimensional. Por qué esperar hasta la universidad para que formen parte de la fuerza laboral que mejorará la economía. Por qué encapsularlos entre cuatro paredes durante 13 años de sus vidas para aprender sobre un mundo al que no se les permite formar parte. Dejémoslos participar, colaborar, conversar y someter propuestas genuinas. Mostrémosle las oportunidades que nos brinda la web para hacer visibles sus modelos de pensamientos.

La red de la interdependencia

Necesitamos que el estudiante se convierta en el centro de toda una extensa y compleja red. Que tenga la libertad de seguir el rumbo de su preferencia, basado en sus intereses y necesidades particulares. Los educadores estarán disponibles para dinamizar sus experiencias de aprendizaje, no para decirles qué hacer, cómo, donde y cuando. Que los estudiantes sepan cómo aprender a navegar a través de sus propias redes cognitivas y digitales. Nuestros estudiantes ya no son componentes individuales de un sistema hiperescolarizado, sino que son nodos en-red-ados de una compleja estructura en constante evolución. Necesitamos formar profesionales con una libre práxis de conciencia reflexiva capaces de aportar en cualquier sector de la sociedad. No solo se trata de interactuar a nivel regional o local, sino a niveles transnacionales y transculturales. De lo que se habla es de un  'Meta Orden': una nueva manera de hacer las cosas. Que vaya contracorriente, devolviéndonos nuestra esencia, nuestros orígenes, que nos devuelva el ser meas sublime y sofisticado, un ser más creativo y caórdico, un se que se integra y se diferencia (Blog: AXIORA)

Los estudiantes del siglo 21 deberían:

  1. Interaccionar con otras familias
  2. Aprender con otros educadores
  3. Compartir con otros estudiantes
  4. Formar parte de otros sistemas educativos
  5. Aportar a diferentes gobiernos con sus conocimientos
  6. Laborar para diversidad de organizaciones empresariales
  7. Conectarse con varias fuerzas laborales
  8. Ser parte de otras culturas y otras nacionalidades
Nuestro sistema educativo ya no es el contenido, sino los contactos y los vínculos que estableceremos con fines de aumentar los espacios de oportunidades para la transformación verdadera. Los sistemas educativos del mundo se están moviendo hacia las pedagogías del esfuerzo, basadas en la tecnología en la pedagogía, así como en la pedagogía tecnológoca; en la democratización de la tecnología, así como en la tecnologización de la democracia. La gente ya no quiere trabajar en compartimientos. Ahora quieren hacerlo en equipos y construir comunidades (Sebastien Marotte). Los estudiantes del siglo 21 no vendrán a interaccionar únicamente con educadores expertos en materias, sino a adquirir nuevas experiencias de aprendizaje sin limitaciones geográficas o temporales. La tendencia de las sociedades no solo se basa en tecnologías, sino en la nueva manera de trabajar sobre la transformación cultural. El sistema educativo debería entender que no es el conocimiento lo que está cambiando, sino las nuevas conexiones sociales que se están estableciendo en los diversos entornos digitales. La cultura de la participación se está convirtiendo en uno de los valores esenciales de una mejor educación. Las escuelas del mundo se están convirtiendo en nuevos ecosistemas transversales y en entornos transformables, transfigurables y transmutables  en los que se generan conocimientos útiles para la sociedad. ¡Aquí, nos dedicamos a consumirlos!

Para EducaRed Argentina, la educación del siglo 21 debe promover el desarrollo de estudiantes con destrezas humanísticas entendidas como tecnologías personales y sociales que pueden contribuir al estilo de aprendizajes y del desarrollo del capital humano que será requerido en la sociedad del siglo XXI.



¿Seguiremos aquí tratando de resucitar el sistema lineal de la dependencia o a colaborar juntos en la transformación de nuestro sistema educativo como un nuevo espacio que aumenta las posibilidades de cada uno de nuestros ciudadanos?

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