Es difícil hacer algo por primera vez, sobre todo si
se trata de un nuevo enfoque paradigmático, utilizar una nuevo recurso tecnológico o iniciar una nueva resolución para hacer algo diferente en nuestras vidas. En muchos de los casos, los vestigios polvorientos opacan nuestro horizonte de posibilidades empujándonos a hacer los mismos recorridos que se hacían en el pasado. Por desgracia, si ese pasado fue o no exitoso, sigue siendo eso, una masa polvorienta del recuerdo que nos hace anclarnos en el tiempo del pasado.
Los
trenes utilizan pistas para trasladarse eficientemente de un destino hacia el otro. Cuando viajamos por donde el tren está destinado a pasar, todo parece ser fabuloso. Pero cuando las vías se dirigen hacia destinos diferentes, entramos en estado de pánico por la incertidumbre que genera el bajarse a una estación totalmente desconocida. Lo mismo ocurre con los sistemas educativos que tenemos; prefieren seguir circulando sobre las mismas rieles oxidadas, para llegar a los mismos destinos y en el miso periodo de recorrido. La ruta programada no da espacio para hacer paradas en los lugares que nos llaman la atención, pues se altera el itinerario de viaje del resto de los pasajeros. La distracción está prohibida en el recorrido a seguir.
Los sistemas industrializados manejan sus trenes en horarios ritualistas, tal y como ocurre en las universidades de excelencia académica. Los estudiantes hacen turno en las mismas estaciones, a la misma hora cada mañana y en los mismos compartimientos para cumplir con sus programas predecibles, sintiéndose cómodos escabulléndose en sus
asientos regulares donde apagan sus cerebros para contemplar los discursos magistrales de sus educadores. Y este se ha conviertido en el recorrido seguro del tren universitario. Utiliza
su regularidad para arrullar a sus jinetes en un estado nebuloso de no
pensar una vez que entran, se sientan, copian, repiten y aprueban, como única manera de cumplir con el calendario limitado y de extrema rigidez. El tren de la vida universitaria pretende que recorramos las mismas vías que nuestros antecesores pasaron exitosamente en otros tiempos.
Los
trenes son poderosos en su propio derecho, pero su verdadero músculo
proviene del inmenso costo de su infraestructura en vías de un colapso total. Por tal razón es
que el sistema educativo tradicional se ha convertido en uno sumamente
costoso, inaccesible e irrelevante para las nuevas generaciones. En la
educación del siglo 21, la universalidad de la universidad ya no reside
en la variedad de la oferta académica, sino en la apertura hacia la manifestación de
las múltiples capacidades de inteligencia y la diversidad de recursos de
aprendizaje que se puedan utilizar en el proceso.
Las
generaciones anteriores invirtieron miles de dólares en construir gigantescas estaciones de tren con sus largas vías. Hoy día diversas personalidades han demostrado en las redes la fuerza extrema de carácter para proponer una nueva dirección que no haga uso de la antigua
infraestructura. Cualquier
nueva dirección que requiere una infraestructura completamente nueva es
difícil de promover en los sistemas tradicionalistas, pero no imposible. Los recursos emergentes están disponibles para los usuarios finales que deseen empreder sus viajes por las vías de incertidumbre. No así para los administradores que optan por obligar a sus súbditos a seguir dependiendo de las viejas estructuras por temor a perder sus acojinadas bancas donde planifican a su conveniencia las operaciones de control. Su voluntad para trazar los primeros planos de una nueva arquitectura de futuros es prácticamente nula.
No obstante, sectores sociales comienzan a creer firmemente en que las nuevas vías son mejores porque
trascienden por completo toda infraestructura inservible. Para los nuevos rumbos que requieren nuevas infraestructuras, la única
manera de ir es generando un enfoque modular que toma las picaduras en tamaños
adecuados. Nuevos horizontes de posibilidades se hacen cada día más visibles gracias a las redes tecnológicas que le dan poder a las personas para tomar el control de sus propios destinos.
El resultado se encuentra en el desarrollo de ciudadanos autodidactas que forman parte de comunidades auto-organizadas dedicadas a la construcción de las smart cities o autosufucientes. Ciudades capaces de construir nuevas infraestructuras basadas en las nuevas narrativas disruptivas económicas, políticas, científicas, tenlógicas, ambientales y pedagógicas. Nuevas perspectivas educativas se destilan a diario en las redes conforme al movimiento sociotécnico de la era. La sociedad ha comenzado a configurar sus propias modalidades educativas corrigiendo las graves deficiencias del sistema educativo tradicional. Esto faculta a los aprendices a generar sus propias posibilidades, desvaneciendo toda posibilidad de que otros les construyan sus identidades socio-culturales. De ahí han surgido lo que hoy día conocemos por los PLE, PLN, PKM, MOOC, Ecologías de Aprendizaje y DRAP. Estas son las nuevas rieles de la educación del milenio. La ciudadanía quiere aprender a hacer lo que más le apasiona y no lo que el sistema les quiere imponer.
Es por eso que los senderos de la educación se mueven hacia el desarrollo de organismos redárquicos en donde la participación y empoderamiento social se llevan de manera horizontal, transparente, ubicua, inclusiva y democrática. Ya la lucha no se mueve solamente en dirección hacia la democracia de la tecnología, sino también hacia la tecnologización de la democracia. Y sobre esas bases es que se simienta la nueva educación de la sociedad-en-red.
Nuestras vías desgastadas se establecieron en una época pasada y los destinos importantes de antaño ya no son relevantes para la sociedad de hoy. Hoy día ya no nos resulta viable ir a donde el tren quiere, sino a comenzar a viajar a donde nosotros queramos...
y ahora .. entre tos ... a la línea de la destrucción de lo opaco y manejao ... !!! no será fácil ... hay mono de que sea otro el que nos lo soluciones tó ...maeztro salúos y salú desde Zeviya CalYFlato IndePendiente ... diviértase y aprenda muuuuchoooo ... no quea más remedio ;-)
ResponderEliminar