lunes, 27 de abril de 2020

La Educación Post-COVID19


No cabe la menor duda que la Internet ha sido el recurso de mayor penetración durante la emergencia global del Coronavirus. El acceso a la web ha crecido enormemente, hasta llegar al nivel de aumentar el tráfico en las redes de última milla, en los IXP, enlaces internacionales y las CDN (ver vídeo). Herramientas como Zoom, Google Hangouts, MS Teams, Whatsaap, Facebook, Instagram y Tik-Tok han tenido que hacer ajustes para mantener las actividades de sus miles de millones de usuarios. Diversidad de servicios web, plataformas y aplicaciones móviles son utilizadas por empresas, compañías, PYMES, micro-empresas, agencias gubernamentales, organizaciones (con o sin fines de lucro), iglesias, universidades, escuelas y la sociedad en general. El fenómeno pandémico provoca que las sociedades comiencen su proceso de adaptación al nuevo mundo digitalizado donde se visita la familia, se socializa, se compra, se tramita, se trabaja y se aprende en la virtualidad de la web. El ámbito educativo NO ha sido la excepción.

Debido a que Internet está incrustado en una cultura de autonomía, y la autonomía social contradice los poderes disciplinarios de las instituciones establecidas, existe un esfuerzo determinado para socavar la credibilidad y legitimidad de las prácticas de Internet. Esta es una de las principales razones por la que la Cultura Digital es apasionante. Ofrece una mirada crítica pero curiosa acerca de cómo el Internet representa una verdadera amenaza al status quo social: no solo tiene el potencial de alterar hábitos y habilidades de las personas, sino que propone un nuevo modelo de organización social, en donde las instituciones tradicionales se ven amenazadas por el ‘poder distribuido’ (The Distributed) que Schneier (2013) comentaba. (Daniel Navarrete, 2020).    

Las disrupciones pueden generar nuevas posibilidades e impulsar cambios de paradigma. Como muchos han aprendido en las últimas semanas, no podemos simplemente resucitar lo que era o transferir nuestras viejas prácticas intactas a un entorno en línea. Necesitamos pensar de nuevo. La educación superior ahora enfrenta el mayor desafío en la vida profesional: imaginar una experiencia universitaria dinámica y vibrante que no puede tener lugar en grupos masivos. Se requerirá toda nuestra imaginación y creatividad para encontrar una contraparte. Y también requerirá nuestro tiempo, ya que necesitaremos encontrar formas de comunicarnos de manera individualizada a nuestros estudiantes si queremos cultivar el sentido de conexión y pertenencia que ha sido fundamental para la experiencia universitaria en este país durante más de tres siglos (Steven Mintz, 2020).   

Muchas universidades suelen denominarse a sí mismas como innovadoras, pero basta mirar dentro de ellas para darnos cuenta que no existen cambios estructurales: es la misma gente haciendo lo mismo, bajo las mismas estructuras. La diferencia es que ahora cuentan con certificados de metodologías activas, Design Thinking y herramientas tecnológicas. Como todos sabemos, la verdadera innovación no es nominativa, instrumental ni forzada. Por el contrario, es natural, rápida y efectiva en tiempos de crisis (Daniel Navarrete, 2020). 

Las universidades están abarrotadas de profesores que han asistido a innumerables talleres prácticos y conferencias magistrales de innovación educativa. Muchos conservan todos esos certificados que evidencian sus horas contacto de capacitación profesional. Y yo me pregunto: ¿Para qué les sirve tantas certificaciones profesionales? ¿Dónde está la innovación educativa en sus cursos? ¿Dónde está la transformación educativa, si las estructuras donde trabajan siguen deteriorándose? ¿Dónde están las experiencias de aprendizaje innovadoras de los estudiantes? ¿En dónde queda la ganancia cognitiva de los estudiantes? Resulta irónico que los profesores les pidan a sus estudiantes que sean innovadores cuando llevan décadas dictando las mismas clases que recibieron sus padres. 

Claro que los docentes son importantes en el proceso de aprendizaje, pero sus viejos roles de transmitir contenidos los está convirtiendo en profesionales irrelevantes. La velocidad de enseñanza de los educadores del aula no podrá alcanzar la velocidad de los aprendices en red. La entidad físical del aula tiene que convertirse en un Laboratorio Social en donde se experimenta, explora, investiga, reflexiona, imagina, crea, diseña, debate, socializa, comunica y se manifiesta las múltiples capacidades de la inteligencia humana. No debe ser un espacio donde todos hacen la misma actividad dentro de un periodo lectivo, sino un entorno en el que cada aprendiz se dezplace continuamente por las áreas de su preferencia para realizar diversidad de actividades de corta duración. La metodología instruccional clásica debe reducirse un 90%, para darle paso a las nuevas experiencias de aprendizaje que enriquezcan el espíritu de los aprendices.  

Aquellos profesores que son resilientes y aspiran a transformar las salas de clase convencionales a través de proyectos tecno-educativos innovadores, se topan con las resistencias de sus compañeros docentes y no-docentes que prefieren quedarse estáticos en sus zonas de confort. Lo cierto es que la transformación educativa conlleva nuevos hábitos, retos, compromisos, responsabilidades, sacrificios e incomodidades. Los proyectos innovadores requieren diferentes rutas de trabajo (trámites, procesos y procedimientos) que algunos docentes y empleados administrativos no están acostumbrados a ejercer dentro de su práctica profesional. Ellos están tan acostumbrados a las políticas, procedimientos y normativas institucionales que no les permite ir más allá de las tareas para las que fueron contratados. Esto genera fricciones que impiden el cumplimiento de las metas y objetivos propuestos. Por consiguiente, la innovación educativa no alcanzará resultados exitosos si no se logra un cambio cultural a nivel organizacional, estructural, operacional y pedagógico. 

Es por eso que urge una mirada crítica acerca de lo que entendemos sobre innovación educativa e integración tecno-cognitiva. El sector productivo parece que ya lo entendió, ¿Qué más le falta al sistema educativo para entenderlo? Las universidades solo disponen de un camino a recorrer: reinventarse o reventarse. Juan D. Farnós cree que si no hacen lo que deben, serán las empresas, y en última instancia, las personas las que decidirán qué tipo de formación preferirán y de qué organismos la recibirán. La urgencia que tienen las personas de capacitarse en correspondencia con las necesidades que presenta el mundo moderno será el detonante que los llevará a buscar nuevas alternativas de formación profesional. Aquellas universidades que no estén dispuestas a cambiar su ofrecimiento académico quedarán relegadas a un segundo o tercer puesto, restándoles valor, razón de ser y sin intraemprendedores dispuestos a rescatarlas del rezago en el que se encuentran.


Del muro de Facebook de Juan D. Farnós


Los docentes están encontrando cada vez más dificultades ya no solo por enseñar a los aprendices, ya que cada vez estos encuentran información, recursos, otros expertos (EduTubers, Coaches e Influencers), en la red y se están convenciendo que esto es mucho mejor que la educación clásica con los mismos argumentos de siempre. Por tanto, los aprendices están cuestionando ese modelo pedagógico, porque están aprendiendo a decidir qué materiales, recursos, personas, organismos y ofertas profesionales son las más adecuadas para llevar a cabo su ascenso social.
Se están buscando formas inteligentes para que los aprendices, por medio de unos clics, puedan encontrar lo que necesitan, tanto en primera oleada como en la retroalimentación continuada, algo esencial para ellos. A través de la web fluye una cantidad infinita de contenido en diferentes formatos, pero alguien tiene que ayudar a filtrarlo, ordenarlo, adaptarlo, actualizarlo y accionarlo para crear nuevas conexiones mentales que les permitirán descifrar los nuevos códigos del futuro...
Aprender desde la web nos permite aprender de manera personalizada y mutable, podemos cambiar de registros a cada momento según nuestros constructos mentales y el camino que vamos tomando, otra ventaja importante que con el aprendizaje estático del espacio y tiempo en el aula, nunca podríamos realizar. Por lo tanto, los mecanismos para muchos investigadores se centran en desarrollar sistemas de eLearning con aprendizaje personalizado basado en la web y de forma adaptativa ofrecer formas de conocimientos con el fin de promover la capacidad de aprendizaje de los alumnos de manera individual, conduciendo al social learning (Juan D. Farnós, 2020)


Estudiantes UPR-Arecibo en VirBELA



La actual realidad es que nuestros estudiantes aprenden dentro de un sistema educativo que forma parte de un mundo que cada vez existe menos. Durante los próximos veinte años se prevee en el mundo otros dos mil millones de personas, de culturas humanas ricas y variadas, mezclandose más rápidamente a través de movimientos de masa poblacional y el intercambio de información sin precedentes. Para preservar la armonía social necesitamos descubrir nuevos referentes, prácticas y entornos de intercambio cultural. En tales condiciones el futuro de las leyes, medicina, filosofía, ingeniería, agricultura...y todo lo que venga... será redescubierto. Las instituciones académicas no deben transmitir contenidos estancos sino ayudar a potenciar la diversidad de capacidades humanas a través de nuevas experiencias de aprendizaje en equipos colaborativos para que sean resolutivos y accionadores del pensamiento crítico a través de vivencias transculturales. Más allá de aprobar cursos de historia, biología, matemáticas, etc... los aprendices deben mantenerse relevantes en todas las disciplinas que les apasione, deben reinventarse a sí mismos. No se trata de reinventarse una vez en la vida, sino de hacerlo repetidamente cada cinco o diez años. Más allá de las materias los estudiantes necesitan practicar:
  • creatividad e imaginación
  • inteligencia emocional
  • balance mental
  • resiliencia mental
  • pensamiento adaptativo innovador
  • administración de cargas cognitivas
  • trabajo con otras personas
  • transculturalidad/transgeneracionalidad
  • aprendizaje autónomo
  • learnability (capacidad de seguir aprendiendo)

Muchos docentes todavía no entienden esto y creen que seguirán siendo los sabios imprescindibles del escenario educativo. Por ello deberán practicar con las nuevas herramientas y plataformas tecno-cognitivas para serles útiles a los aprendices del futuro. De lo contrario perderán su hegemonía educativa con el pasar del tiempo. La generación estudiantil actual ya no los considera como las fuentes primarias del saber, sino como intermediarios que les digieren los contenidos que se tienen que memorizar para aprobar los exámenes. En cambio, muchos estudiantes están recurriendo de primera instancia a los algoritmos tecnológicos como su base primaria de acceso a la información. Ahora utilizan Facebook para enterarse de lo último; consultan a Google para obtener la información que necesitan; abren LinkedIn para recibir las nuevas ofertas laborales; confían en Google Maps para llegar sus destinos; ven las películas que Netflix les recomienda; consumen los nuevos productos que Amazon promociona; aprenden más en las plataformas educativas de Udacity, edX, Coursera y Miriada.

Despues del COVID-19 la Educación en Línea dejará de ser una opción y dejará de clasificarse como una educación de segunda categoría. Esta nueva educación se basará más en establecer conexiones sociales para aumentar el esfuerzo humano en el desarrollo de capacidades cognitivas. No tiene nada que ver con la enseñanza digital, sino con la libre manifestación de la inteligencia humana. No tiene nada que ver con contenidos, sino con relaciones sinápticas de valor. No tiene nada que ver con calificaciones, sino con el saber superar nuestras propias limitaciones. No tiene nada que ver con el cumplimiento de tareas, sino con los alcances de la responsabilidad y compromiso de cada aprendiz. La entidad física del aula no desaparecerá en los próximos 10 o 20 años. Lo que sí desaparecerá son las personas que las necesitan. A medida que el eLearning se siga desarrollando como tiene que ser dejaremos de atender estudiantes que aprueban y comenzaremos a trabajar conjuntamente con los aprendices que accionan conocimientos.

La Educación Post-COVID19 será completamente diferente a las "normas del pasado":
  • más humanización, menos mecanización
  • más socialización, menos virtualización
  • más subjetivismo-radicalista, menos objetivismo-opresivo
  • más ecosistemas de aprendizaje abiertos, menos aulas encapsuladas
  • más actividad socio-cognitiva, menos pasividad-memorística
  • más conexiones sinápticas, menos memorización rutinaria
  • más colaboración, menos individualismo
  • más flexibilidad cognitiva, menos inexorabilidad instruccional
  • más saber ser y hacer, menos saber qué y aprobar
  • más aprendices autónomos, menos estudiantes dependientes
  • más rutas de aprendizaje personalizadas, menos estandarización lineal 
  • más heutagogía, menos pedagogía... 

La sociedad se dará cuenta que el aprendizaje no tendrá límites porque no hace falta que sea tan academizada sino personalizada. Los nuevos organismos educativos independientes se están encargando de rebasar los límites temporales, geográficos, estructurales, socio-culturales, cognitivos y del distanciamiento físico. Ya (Bil Gates, 2010) predijo que dentro de cinco años los sitios gratuitos tendrán las mejores clases del mundo y serán mejor que en cualquier universidad. Eso lo estamos viendo todos los días en diversidad de publicaciones que invitan a los cibernautas a inscribirse en sus programas alternativos de formación profesional.  

Si en el siglo 20 se hablaba de explotación de un pequeño sector elite enfocado en los poderes de la mano de obra de las masas. Ahora en el siglo 21 los elitistas dejarán de necesitar esa mano de obra y comenzarán a interesarse más en los cerebros de obra. Personas con niveles cognitivos superiores capaces de crear transformaciones sin precedentes y radicalmente inciertas. Por tanto, la lucha social dejará de ser contra la explotación laboral y comenzará a marcarse más la irrelevancia laboral. Eso es precisamente lo que comenzamos a experimentar en este contexto histórico en el que nos encontramos. A partir de hoy veremos a cientos de miles de profesionales subempleados, desempleados o simplemente inempleables. La educación que recibieron hace 20 o 30 años ya no les servirá para nada en un mundo volátil, incierto, caótico y ambiguo. Y esto provocará daños psicológicos a muchas personas porque el ser explotados laboralmente significaba que eran importantes para sus empleadores o patronos. Pero al ser desplazados por la irrelevancia lo que significa es que cualquier habilidad, destreza o competencia ejercida ya no beneficiará al nuevo modelo económico y político del mundo moderno. Este fenómeno social emergente impactará al personal docente y no docente quienes no podrán escaparse de la amenaza de las plataformas automatizadas LMS, blockchain, chatbots, fintech, inteligencia artificial, deep learning, Internet de las cosas, administración en la nube y la robotización.  


Ante este panorama complejo que estamos experimentando hoy, la universidad debería pensar en la capacitación del mejor equipo de trabajo posible y la contratación del nuevo personal no-docente que se haga cargo de la Educación en Línea. Si la universidad aspira a entrar a esta dimensión el próximo término académico de otoño, lo recomendado es construir un nuevo campus virtual desprendido de las políticas, reglamentos, normativas, visión y misión de su campus físico. Se requiere un nuevo personal de Recursos Humanos que se encargue de la contratación y capacitación de los funcionarios de Admisiones, Registraduría, Asistencia Económica, Pagaduría, Recaudaciones, Servicios Médicos, Orientación y Consejería, etc. De igual manera, se debe capacitar a los docentes virtuales para ofrecer sus cursos híbridos o en línea. También se requiere un equipo de trabajo capacitado para operar el proyecto de manera remota:   

Diseñador Instruccional, Tecnólogo Educativo, Especialista TIC, Virtualizador, Diseñador Gráfico, Analista de Datos, Evaluador, Administrador de Redes, Programador, Diseñador de Experiencias del Usuario (UX), Bibliotecario (Infotecario), Referencista Virtual, Orientador/Consejero/Psicólogo Virtual, Asistente Administrativo Virtual, Social Media Manager y Estudiantes-Tutores Virtuales.   

Las instituciones educativas de educación superior que no utilicen metodologías 3.0 y 4.0 estarán perjudicando a sus alumnos. El sistema educativo actual está causando un mal irreparable a sus alumnos, ya que siguen estableciendo las mismas líneas de actuación anticuadas, nada realistas con el presente y el futuro que les espera. Según el psiquiatra chileno, Dr. Claudio Naranjo, el mundo está en una crisis profunda porque no tenemos una educación para la conciencia. Tenemos una educación que en cierto modo le está robando a la gente su tiempo, su conciencia y su vida. Estamos dañando el futuro de nuestro jóvenes con este modelo educativo decimonónico, en el que TODOS somos responsables, cada uno dentro de su rol en la sociedad. Es momento de decirlo ALTO al público en todos los foros posibles.  


¡Comencemos a explicar las cosas como son, 
no como las masas creen que es!

 

1 comentario:

  1. Sin desperdicio este articulo, me permite entender esa velocidad que han adquirido mis niños desde que están en casa guiados por sus maestras de aula ahora usando Zoom... las dejaron botadas

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