miércoles, 26 de mayo de 2021

Desafíos de la Universidad 2030...

El pasado mes de marzo se cumplió el primer año de una pesadilla global llamada Coronavirus. Fue precisamente en ese mes cuando los gobiernos de todos los países decretaron cierres parciales o totales como mecanismo de defenza ante un micro-enemigo que se propagó por todo el planeta en tan solo tres meses. Hablamos de un fenómeno emergente totalmente desconocido del que no teníamos referencias previas para combatirlo. Sin embargo, las consecuencias han sido impactantes a nivel socio-cultural, científico, tecnológico, salubrista, educativo, económico, empresarial, comercial, industrial y agrario. 

La Ciencia y Tecnología fueron elementos claves en el desarrollo del conocimiento para combartir los estragos de este peligroso virus. Los científicos aseguran tener un avance de nueve años en tan solo doce meses. De igual manera ocurrió en el sector tecnológico. En un año se desarrolló el conocimiento necesario para crear los productos y servicios que estaban destinados a lanzarse en 2025-30. El impacto del Blockchain, CriptoMonedas, Inteligencia Artificial, Machine Learning, Fintech, Internet of Things, Procesos Robóticos Automatizados (RPA), Drones, Nanotecnología, Realidad Aumentada, Realidad Virtual y Tecnología Háptica, se hará sentir en este año en todas las ramas y disciplinas del conocimiento. La Educación Superior no debe quedarse atrás en esta agenda global.

Fernando Dávila (2021), plantea que la tecnología debería facilitar el uso de herramientas como simuladores, laboratorios virtuales, realidad virtual y aumentada, y otras tecnologías que faciliten el proceso de aprendizaje. Más que dictar una clase, los profesores serán los responsables de aprender y poner en práctica todas estas herramientas, pensando en el desarrollo de conocimientos y habilidades de los estudiantes. Lamentablemente, son muchos los académicos que todavía no entienden ni aceptan esta nueva modalidad. Sin embargo, la magnitud de la situación ha forzado a la mayoría de las instituciones a preocuparse por su modelo de educación, desarrollando proyectos y experimentos para explorar el verdadero potencial de la virtualidad

En una entrevista con el diario Perfil (2021), Hugo Pardo Kuklinski establece que "más de veinte años después del inicio de la revolución digital, la mayoría de las universidades siguen sin poder adaptarse a la cultura digital para poder enseñar de manera híbrida. Deberían preguntarse cuáles fueron las oportunidades perdidas hasta ahora y cuáles fueron las que perderán en diez años si no aceleran su adaptación. Es ahora el momento de optimizar el aprendizaje, vivir un campus híbrido y expandir la universidad. Es el momento exacto para el fomento de incubadoras de ideación ágil y laboratorios permanentes de innovación docente. Se debe poner énfasis en acelerar procesos de transformación académica con un mayor sentido de urgencia; diseñar experiencias de aprendizaje centradas en el estudiante y no en el perfil y saberes de profesores y gestores". 

Como la educación en línea es una modalidad muy diferente a la presencial, muchos profesores no quisieron adaptarse a los nuevos modelos, estrategias y técnicas heutagógicas de la era digital. Estos nuevos enfoques establecen que la tecnología digital se diseñó para aprender en diferentes contextos del mundo real. Los estudiantes se apropian de la tecnología de su tiempo para construir nuevas conexiones sinápticas, sociales y con nodos de conocimiendo no-humanos. Los estudiantes de hoy no les interesa utilizar las tecnologías de su tiempo para ver pasivamente las mismas clases de antaño. En cambio, ellos quieren utilizarlas para hacer cosas nuevas y diferentes. Necesitan convertirlas en prótesis de sí mismos para realizar tareas cotidianas de manera inmediata, resolver problemas, acceder la información que necesitan, expandir sus canales comunicativos y aumentar sus niveles de productividad. Los educadores de 2021 nos enfrentamos al gran desafío de atender alumnos altamente pragmáticos que aprenden en medio del movimiento y la distracción, en lugar de permanecer sentados haciendo lecturas crítico-analíticas de extensos volúmenes teóricos escritos por otros. De lo que se habla es de utilizar más los cerebros para la creación reflexiva, y no tanto para la memorización de contenidos declarativos (conceptos, definiciones, datos, fechas, procesos, procedimientos y sistemas).   

La realidad es que nuestros gobernantes y dirigentes educativos ansían retornar a la normalidad para continuar su modelo educativo clásico en el encapsulamiento del aula. Cuando esto ocurra, ¿los educadores abandonarán por completo sus prácticas tecno-educativas aprendidas? Es decir que todos los avances alcanzados en 2020-21 serán echados a un lado para retornar a la nueva normalidad en las salas de clase. Normalidad que reconfigurará el acceso a las instalaciones físicas y el uso de los espacios físicos disponibles para la enseñanza formal. 

Me apena mucho reconocer que el Sistema Educativo fue uno de los sectores perdedores que no supo aprovechar la crisis del Coronavirus para iniciar su transformación organizacional, administrativa y académica. Todos los esfuerzos se centraron en salvar el sistema educativo integrando al 100% el uso de las plataformas tecnológicas para mantener la continuidad académica remota. Maestros, profesores, instructores, capacitadores y adiestradores tuvieron que cambiar repentinamente su metodología presencial por una modalidad remota de emergencia nunca antes experimentada. Tuvieron que adiestrarse de la noche a la mañana en el uso de plataformas tecnológicas (Moodle, Blackboard, Canva, Google Classroom, Edmodo, MS TEAMS, Zoom, Google Meet) para mantenerse conectados con sus estudiantes durante el horario lectivo programado. 

Mientras eso ocurría, un nuevo desafío educativo estaba afectando la continuidad académica: La brecha digital. Miles de niños y jóvenes quedaron desprovistos de los servicios educativos por falta de equipo tecnológico conectado a la Internet. Algunos países tuvieron que recurrir al servicio ambulatorio (lugares abiertos), servicio postal (recursos impresos), la Radio y TV para mantener la educación a flote. Otros países pudieron asignar millonarios fondos para proveer los equipos y servicios necesarios que conectaran los educadores y estudiantes a la educación remota de emergencia. 

¿Qué sucedió con la Educación Remota de Emergencia? Esta modalidad se basó en transferir la educación presencial a las plataformas digitales. Educadores y estudiantes tivieron que permanecer conectados durante largas horas diariamente para reunir sus clases en las plataformas de Tele-Conferencia. Esto generó un fenómeno emergente que le llamamos CoronaTeaching. La falta de una Cultura Educativa Digital provocó situaciones entre docentes y estudiantes que afectaron el proceso de enseñanza y aprendizaje. El desconocimiento sobre Tecnología Educativa, Nuevos Alfabetismos, eLearning, mLearning, bLearning, Educación Asincrónica y Estrategias de Evaluación, generaron cambios en los estados afectivos de los docentes, padres y estudiantes que recibieron los servicios educativos digitales. 

En estos momentos, nos encontramos ante una nueva brecha que amerita mucha investigación y colaboración de la comunidad educativa global. Se trata de la Brecha Cognitiva. Por esta se entiende como la falta de integración efectiva del Conocimiento Experto + Conocimiento Tecnológico + Conocimiento Pedagógico. Muchos educadores tienen conocimiento de sus materias, pero desconocen cómo integrar la tecnología para implantar nuevos modelos pedagógicos en sus clases virtuales. De igual manera, muchos estudiantes son bastante receptivos al utilizar las herramientas tecnológicas, pero desconocen cómo utilizarlas para aprender a generar conocimientos, sostener relaciones sociales y a participar en las plataformas digitales (TIC-TAC-TEP).

Ahora que las vacunas (Phyzer, Johnson & Johndon y Moderna) aparentan contrarestar los efectos del Coronavirus a nivel nacional e internacional, se vislumbra comenzar el nuevo año académico (agosto) con la Educación Presencial Discontinua. Esto requiere una (re)estructuración de los espacios físicos y la implantación de la modalidad Híbrida Flexible (HyFlex) para atender simultáneamente a los estudiantes que asisten al aula y a los que se conectan de manera remota. La nueva directriz administrativa está provocando resistencias en algunos educadores que entienden que esta modalidad representa una carga para ellos. El modelo HyFlex requiere capacitación en el uso de la plataforma tecnológica, práctica docente constante, servicios de apoyo tecnológico a los docentes y estudiantes. Todavía no experimentamos los efectos de su implantación. Pero muy pronto estaremos escribiendo artículos sobre las situaciones no esperadas y el impacto de esta modalidad durante el regreso a la tan esperada normalidad educativa... 

Tomado de: Faculty Forum


Si piensan que al finalizar el 2021 las cosas a regresarán a la normalidad, permítanme mostrarles el siguiente estudio del Foro Global de Economía (WEF). El mismo presenta las posibles Amenazas Globales que estarán afectándonos de ahora en adelante. Les aseguro que el panorama presentado amerita mucha reflexión y preparación para tomar las mejores decisiones posibles. Las siguientes imágenes presentan los peligros presentes en 0-2 años, 3-5 años y 5-10 años. 


De primera instancia, todos los fenómenos emergentes en los próximos dos años ya los estamos viviendo en estos momentos: 

  • Enfermedades contagiosas
  • Crisis de sustento
  • Eventos climáticos extremos
  • Fallas de ciber-seguridad
  • Inequidad digital
  • Estancamiento prolongado
  • Amenazas terroristas
  • Desilución juvenil
  • Eroción de la cohesión social
  • Daño ambiental humano

Lo que no sabemos es cuándo comenzaremos a experimentar las amenazas de los próximos años que definitivamente impactarán el ambito educativo. Ante un futuro difuso, las universidades deberían alinear sus esfuerzos por comprender la realidad que estos desafíos representan: avanzar en investigación, promover encuentros dialógicos, ingresar a la era digital y leer el propio tiempo para ponerlo en relación con las épocas pasadas y con las que están por venir... 


En lo que el acha va y viene, les comparto algunos de las consecuencias que estamos viviendo en estos precisos momentos:

  • Insolvencia Universitaria: Las instituciones educativas estatales comenzarán a sentir disminuciones en sus matrículas, sistemas de pensión en riesgo, infraestructura obsoleta y una dependencia excesiva de fondos externos para costear sus gastos operacionales. Esto provocará que el costo de la matrícula incremente más de lo proyectado. La cantidad de estudiantes que no podrá costear sus estudios irá en aumento. Muchos recurrirán a la ayuda financiera para cubrir sus gastos personales. El impacto del huracán María, los recientes sismos y el Coronavirus han provocado aumentos en la administración universitaria y reducciones en la gestión educativa.


  • Capital humano ineficiente: El cierre total (lockdown) y las órdenes ejecutivas de los gobernantes (restricciones) han dejado al descubierto la incapacidad de algunos empleados administrativos y docentes para realizar sus tareas de manera remota. Simplemente han puesto a sus universidades en nivel abandono al ofrecer un pésimo servicio al estudiantado y a las demás unidades que se esfuerzan en continuar los servicios académicos. Amparándose en el riesgo de contagio, se han dedicado a cobrar sueldos de tiempo completo por realizar tareas de tiempo parcial. La falta de destrezas para trabajar en equipos remotos y la integración efectiva de plataformas tecnológicas para tales fines, han convertido al personal administrativo en ineficiente durante la emergencia nacional. Esto ha provocado que los empleados que trabajan de manera remota efectivamente, tengan que duplicar sus esfuerzos para brindarle la atención a los estudiantes, docentes y compañeros de oficina. De igual manera, existen educadores que se resistieron a diseñar sus cursos en la plataforma de gestión de aprendizajes (LMS). Durante dos términos adadémicos se dedicaron a enviar material didáctico por correo electrónico y administrar exámenes en documentos adjuntos (MS Word) para que los estudiantes los contestaran en fechas límites. Estas personas se han aprovechado de la emergencia sanitaria para trabajar a su conveniencia, no para atender las necesidades de los estudiantes. Lo peor de todo, es que no ha habido concecuencias por sus actos.
     
     
  • Plataformas Tecno-Educativas: Los pésimos servicios ofrecidos durante la pandemia han provocado un éxodo masivo de estudiantes disgustados con su experiencia universitaria. Es por eso que hoy experimentamos un aumento significativo de jóvenes que prefieren inscribirse en los programas alternativos de las plataformas tecnológicas e institutos técnicos. Si nuestras universidades no se han dado a la tarea de reflexionar sobre este fenómeno, es tiempo de sentarse a pensar qué están haciendo mal y cómo pueden corregir las ineficiencias de su modelo organizacional, administrativo y pedagógico. Si no lo hacen a tiempo, correrán en riesgo de tener más empleados que estudiantes... 


  • Credenciales desagregadas: El lanzamiento de programas educativos alternativos ha crecido significativamente este año de emergencia pandémica. Los nanogrados, microcredenciales, micro-certificaciones e insignias digitales están transformando el escenario educativo superior. Infinidad de programas de corta duración han sido lanzados exitosamente en las plataformas tecnológicas de los organismos educativos alternativos y Starups. En varios escritos he mencionado que el eLearning y Diseño Instruccional lo están sacando de las universidades para integrarlo a la educación corporativa. Se habla de certificaciones de corta duración a costos mucho más atractivos que muchas de las ofertas universitarias. La Educación Corporativa está hackeando la Educación Superior de las Universidades.


  • EduTubers, Coaches e Influencers: En diferentes foros educativos he mencionado que los mejores educadores ya no son los que están en las aulas. Los mejores educadores se encuentran en todas partes. Estos profesionales utilizan diversidad de plataformas para enseñar a otros de manera informal, promocionar cursos o seminarios especializados y ofrecer servicios de consultoría (coaching) a personas que quieren emprender nuevos horizontes de posibilidades. Ellos integran herramientas tecnológicas para crear contenidos de valor dirigidos a personas que quieren aprender a la velocidad de su entorno. Educadores de todas las disciplinas se han dado cuenta de que se puede ganar más dinero ofreciendo clases en las plataformas tecnológicas que en las aulas universitarias. Es posible que veamos un aumento de GigEducadores dispuestos a trabajar en las grandes compañías tecnológicas, EdTech startups y organismos educativos emergentes.  


  • Educación asincrónica e informal: Una de las deficiencias que ha tenido la Educación Universitaria es la adaptación de la educación asincrónica e informal. Los profesores obligan a los estudiantes a conectarse a sus tele-clases tal cual ocurría en la presencialidad del aula. Muchos entienden que los estudiantes no aprenden viendo sus clases grabadas. Tenerlos conectados en directo les da un poco más de seguridad y calor humano en su proceso de enseñanza. Pero lo cierto es que no se necesita dictar clases sincrónicas en cada una de las sesiones del curso. Los profesores pueden grabar micro-contenidos vinculados a diversidad de recursos complementarios que pueden ser accedidos en diferentes tiempos. Esa es la característica principal del eLearning. Sin embargo, en algunos cursos se puede aprender de manera sincrónica e informal. Los estudiantes de hoy no necesitan tanto la presencialidad virtual del educador en su proceso de aprendizaje. Tampoco necesitan las paredes del encapsulamiento del aula. Lo que sí necesitan son los servicios de apoyo cuando lo necesiten. El grave problema de muchas universidades es que no poseen el personal de apoyo en turnos variados. Los empleados trabajan en turnos fijos que requieren de un supervisor que certifique su presencia. La cultura laboral de algunas universidades no reconoce el trabajo remoto fuera del horario operacional, pues los supervisores no pueden evidenciar que el empleado trabajó en horarios nocturnos. La consecuencia de esto es que los estudiantes buscarán las instituciones educativas que sí ofrezcan los servicios que necesitan. Estamos en tiempos en que la Universidad es la que tiene que llegar a los estudiantes, y no que los estudiantes tienen que llegar a la Universidad para estar detrás de sus profesores...


    Dilan Ferreira (Unsplash)         





     

Así que si piensa celebrar en grande el regreso a la normalidad en el nuevo ciclo académico, le recuerdo que lo haga tomando en consideración el futuro difuso que se avecina. No podemos permitir que lo que hemos avanzado durante la emergencia del CODID-19, se desvanezca en las memorias de un año académico perdido.

Para mí, el año académico perdido lo fue para las personas que no hicieron nada significativo en estos meses turbulentos. Los que sí avanzaron, fueron los que se atrevieron a probar herramientas nuevas, a fallar en los intentos, a caerse y seguir hacia adelante. A medida que el cambio acelerado acorta la vida útil de los productos, servicios y modelos educativos convencionales, necesitamos más educadores disruptivos que exploren nuevas alternativas tecno-educativas para desarrollar las capacidades que el contexto histórico nos demanda. 

Tal y como expresé en la entrevista con el diario educativo EdSurge, avanzar después de vivir la pandemia del COVID-19 significa cambiar la actitud hacia la tecnología y su implementación en el modelo educativo. No podemos seguir pensando en volver a la normalidad. Es hora de volver a las aulas con la mente abierta y [estar] abiertos a las modalidades combinadas con un plan estructurado y organizado que las apoye. 

El gran desafío educativo no solo consiste en las amenazas globales del siglo 21, sino en enfrentarnos a un sistema educativo decimonónico, deficiente e irrelevante, que pretende perpetuar su modelo anquilosado. Un sistema que no sabe leer los códigos del tiempo que estamos viviendo y los de una sociedad que no necesita las paredes de las catedrales para seguir aprendiendo. Un organismo con funcionarios administrativos, docentes y líderes que no queren cambiar sus modelos mentales para hacer de la universidad un verdadero centro de desarrollo de conocimientos, investigación y creación de activos de valor.

Concluyo este artículo con los siguientes puntos:

  • La innovación Educativa no consiste en hacer el trabajo docente más fácil con la tecnología. Se trata de dejar que el cerebro haga su trabajo: CREAR REDES DE CONOCIMIENTO. Sin tiempo para el trabajo cognitivo superior, las innovaciones educativas quedarán enterradas en los escombros de la Pedagogía Clásica. 
  • La prosperidad de la Educación a Distancia no surge de la mera memorización del conocimiento, sino de la velocidad y capacidad de explotarlo digitalmente.  
  • La Educación del Milenio debe moverse a la velocidad de los que aprenden, no de los que enseñan. El mundo de hoy requiere personas con rápidas capacidades de (des)aprendizaje y (re)aprendizaje para evitar inhibir lo nuevo.
  • (UNESCO) En vez de recurrir a arquitecturas que nos organizan, beberíamos construir infraestructuras que nos conecten.  
  • (Juan D. Farnós) Nada reemplaza a nada. Lo que pasa es que se construye algo nuevo, diferente y propio del tiempo en el que vivimos.  
  • No deberíamos seguir implantando los mismos modelos, estrategias y técnicas pedagógicas utilizadas fallidamente por otros docentes. Debemos comenzar a diseñar nuevos ecosistemas de aprendizaje que mejoren el potencial humano.
  •  Los tiempos poco comunes exigen pensamientos poco comunes. En el mundo cambiante de hoy, la Educación Superior se enfrenta a desafíos nuevos sin precedentes que requieren soluciones ágiles.  
  • La tecnología nos está llevando a lugares nunca imaginados. Navegamos por lugares mentales y emocionales  muy diferentes a los que estábamos acostumbrados. Nos adentramos a nuevos ecosistemas sin movernos, cambiando nuestras formas de pensar, actuar y producir. 
 

 
Lectura recomendada:

World Economic Forum (2022). Tha Global Skills Report. Rescatado en red:
https://www3.weforum.org/docs/WEF_The_Global_Risks_Report_2022.pdf

Dans, E.
(2021) Las catástrofes que vienen. Rescatado en red: https://www.enriquedans.com/2021/06/las-catastrofes-que-vienen.html

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