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miércoles, 1 de julio de 2009

Paga a maestros por su desempeño: Es una idea con mérito?

El presidente Obama esbozó un plan visionario para la educación promoviendo un proyecto que siempre ha sido un escollo para los educadores: la remuneración por méritos para los educadores. Se trata de un concepto respaldado por el Congreso para llevar una solicitud de presupuesto hacia el Fondo de Incentivo Docente que consiste de cientos de millones de dólares.

El planteamento consiste en ofrecer un aumento en el salario, primas o comisiones a los maestros por su nivel de rendimiento (o el de sus alumnos). Esto se ha convertido en un tema controversial que despertará un debate energético en la comunidad educativa. Aquellos que están a favor, dicen que es razonable para mantener a los profesores en un alto nivel de productividad y desempeño a base de la combinación de los éxitos profesionales, las evaluaciones de los estudiantes y los compañeros maestros, y posiblemente el rendimiento de los estudiantes en las pruebas estandarizadas. Muchas personas que poseen un largo historial de trabajo en el sector privado sostienen una diversidad de méritos y no hay razón alguna para no aplicar los mismos parámetros de compensasiones por productividad en el sector educativo.

Quienes se oponen dicen que no hay manera clara para determinar si un profesor ha tenido rendimiento o no. En particular, se oponen a la utilización de los puntajes de las pruebas estandarizadas como un indicador, alegando que no corresponden a una base métrica justa que mida la correlación entre el desempeño individual de cada maestro. Sin embargo, en sus comentarios ofrecidos el mes pasado, el Presidente no se refirió específicamente a una compensasión por los puntajes en las pruebas como indicador clave de la necesidad de mejorar la educación en EUA.

Estos planteamientos ponen a uno a reflexionar lo siguiente:
  • ¿Qué elementos se tomarían en consideración para desarrollar instrumentos métricos que midan el nivel de productividad?
  • ¿Trabajarán más los maestros por una mejor paga o por una vocación genuina de enseñanza?
  • ¿Es esto una forma de privatizar la educación?
  • ¿Provocará esto mayor discrimen contra los estudiantes rezagados? ¿Provocará esto mayor prejuicio contra los estudiantes de pobres recursos económicos?
  • ¿Quién querrá atender a los estudiantes con rezago académico, estudiantes con problemas de aprendizaje o estudiantes discapacitados?
  • ¿Y qué de los maestros que bajan su nivel de productividad, una vez hayan sido bonificados previamente?
  • ¿Dónde quedarían las demás capacidades del aprendizaje? Ejemplo: Creatividad, pensamiento analítico, talentos especiales, el desarrollo de altos niveles cognitivos, destrezas metacognitivascapacidad para solucionar problemas, manifestación de diversas inteligencias, productividad, destrezas de comunicación, expresión oral y escrita, etcétera.
  • ¿Continuará imperante el modelo curricular orientado hacia el contenido? ¿Habrá cabida para implantar modelos curriculares orientados hacia las competencias?
  • ¿Las experiencias educativas estarán dirigidas a promover un aprendizaje permanente o significativo, o sólo para alcanzar altas puntuaciones en las pruebas estandarizadas?
  • ¿Aplicaría este proyecto en la Isla?
  • ¿Se convertirá este proyecto en una forma de ventajería política para favorecer económicamente a los maestros partidarios del gobierno de turno?
Éstas y muchas interrogantes más nos llegan a la mente. Sólo resta esperar si el congreso norteamericano aprueba este proyecto o no en el futuro...

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