Siguiendo la línea de pensamiento establecida en el blog del Dr. Mario Núnez, titulada "Me pagan por crear, colaborar, compartir y comunicar", surgió una idea de compartir una serie de recursos digitales que había creado hace varios meses atrás. Inicio la jornada con el "Código de Ética de Estudiantes". El mismo consiste en una serie de normas que los estudiantes deberían tomar en consideración al matricularse en un curso Web híbrido o en línea.
Cuando se imparte un curso en línea, se debería establecer las reglas de juego desde el principio. Las condiciones de la educación en línea y la educación presencial son bastante similares en teoría y práctica, pero también existen una serie de elementos que distinguen marcadamente a una modalidad sobre la otra. He visto que en varios programas educativos los estudiantes se matriculan en sus cursos Web y sólo se discute el prontuario de la clase el primer día. Igual que en la sala de clases presencial. Sin embargo, existen unos aspectos éticos y morales que son de vital importancia en el proceso de enseñanza y aprendizaje en línea.
Los estudiantes deben concienciarse más en el proceso de aprendizaje que en el obtener una calificación final sobresaliente. Para lograrlo, algunos recurren al hacer trampa, y por más que querramos taparlo es cierto. Otros pretenden obtener las mejores calificaciones ejecutando el menor esfuerzo posible. Las mismas condiciones ocurren en lo virtual y el lo presencial. Los tele-educadores tenemos que establecer las normas de la clase desde un principio para evitar que los tele-aprendices anden por la libre. No es que la libertad educativa sea mala, al contrario, yo la favorezco. Para mí es la esencia del aprendizaje para toda una vida. La libertad de la que hablo no es la de la práxis reflexiva, creatividad, productividad, originalidad, inventiva, cognición y la manifestación de las múltiples capacidades de la inteligencia, sino la de siempre tener excusas para no hacer las tareas en el nivel que se debe, la de copiarse, la de que los otros que saben hagan el trabajo por el/ella, la de tratar de engañar al educador y a los compañeros de clase con proyectos subterráneos. Esa práctica es la que hay que combatir si queremos contribuir en el desarrollo de una sociedad justa, de altos valores y altamente productiva. El ejemplo lo debemos dar nosotros los educadores en nuestro entorno; nuestros cursos en línea. Tenemos que aprender a construir nuestros propios recursos instrucionales, crear nuestros contenidos didácticos, nuestra metodología instruccional, adoptar nuestra filosofía pedagógica y teorizar nuestra propia práctica. Eso es parte de la ética implícita en el enorme espectro de experiencias educativas en línea.
Si somos comunicadores, produzcamos medios creativos; si somos educadores, diseñemos recursos, contenidos o metodologías innovadoras; si somos científicos, investiguemos para descubrir cosas nuevas; si somos arquitectos o ingenieros, construyamos estructuras en armonía con el ambiente; si somos programadores, diseñemos nuevos programados o aplicaciones, y así sucesivamente. Seamos una sociedad de práctica continua, no de memoria y acciones repetitivas.
El instrumento que comparto con ustedes es sólo una idea, un borrador de un documento que podría servir de mucha utilidad en el proceso educativo. Esta es la práctica ética que debemos fomentar para que los estudiantes se sumerjan más en sus procesos de aprendizaje y que sea en ellos en quienes recaiga la responsablidad de extender el alcance del conocimiento. El mismo puede ser adaptado a las necesidades de su entorno educativo. Si desean aportar en el mejoramiento del mismo, con mucho gusto estaré disponible para recibir ideas de la comunidad educativa.
Próximamente estaré publicando otros recursos del campo del E-learning. Pendientes a lo que viene: Cheklist de Diseño de Cursos Web.
No hay comentarios:
Publicar un comentario