Este artículo hace referencia a una columna publicada el pasado jueves, 22 de julio en el periódico El Nuevo Día, escrita por Nieve de los Ángeles Vázquez, Catedrática Auxiliar de la Universidad de Puerto Rico (U.P.R.). La misma fue titulada "El Recinto Número 12". Élla expone datos interesantes sobre la situcaión socio-educativa actual y plantea la necesidad de crear un Recinto Virtual UPR. Incluyo el recorte de la columna en formato .jpg -al final de este artículo- para que puedan leerla.
La postura de la catedrática auxiliar guarda relación con el artículo que publicara en medio de la huelga estudiantil de la UPR: Hace Falta un Recinto Virtual en la UPR (17 de mayo de 2010). En él hago una crítica a los estilos administrativos que se llevan en la universidad, provocando que ésta se convierta en una institución estática, limitada, centralizada, coercitiva, cerrada al mundo y extrema conservadurista. Una entidad que atiende las crisis del siglo 21 con las mismas soluciones del siglo 20 en espera de que ocurran resultados diferentes. Lo cierto es que el Sistema U.P.R. se ha quedado en el umbral del obsoletismo académico y administrativo al no sacarle partida a los recursos tecnológicos adquiridos para desarrollar proyectos educativos innovadores.
Hoy día nuestro escenario académico continúa bajo el paradigma consumista de contenidos en masas, cuando lo que se debería hacer es establecer entornos de colaboración masivos. El currículo está basado en contenidos didácticos y en repeticiones de procesos, procedimientos y tarea lineales. La universidad está preparando profesionales con competencias para las que ya no existirá demanda laboral. Nuestra cultura estudiantil ha sido condicionada a una estructura metodológica de dependencia. Los alumnos están acostumbrados a que el profesor llegue con los contenidos, recursos específicos, tareas, proyectos detallados y repasos para los exámenes. Estamos preparando estudiantes para pasar pruebas estandarizadas, reválidas y certificaciones. Pero no así profesionales altamente productivos, investigadores, gestores de conocimientos, productores-consumidores (prosumers), auto-suficientes, auto-didactas y capacitados con las herramientas cognitivas adecuadas para resolver los problemas complejos de nuestra sociedad.
Nuestro sistema educativo debería articularse a la era social en la que vivimos y no a la estructura académica que determina qué es lo que se debe aprender y cómo enseñarlo. El resultado final es el desarrollo de servidores pasivos que trabajan para las empresas foráneas, cuando lo que deberíamos es preparar a nuestro estudiantado como ciudadanos con conocimientos y el auto-control en la toma de sus propias decisiones. A esto se le conoce como Aprendizaje Permanente. Adquirir una posición laboral en la que se trabaja a base de dar y recibir órdenes es continuar el culto hacia la dependencia. ¿Acaso es eso productividad? Los patronos de las nuevas empresas ya no buscan esas capacidades en los canditatos a contratación.
Con el desarrollo tecnológico que experimentamos hoy día, el acceso a la información es totalmente diferente. El libro de texto ya no es la fuente exclusiva del conocimiento y la sala de clases tampoco es el lugar exclusivo donde los estudiantes aprenden. Existen otros entornos tecno-educativos que permiten trascender el contexto educativo presencial. Entre ellos se puede mencionar a las redes sociales, páginas personales, blogs, microblogs, wikis, videos (flash), conferencias web (webinars), podcasts, marcadores sociales, agregadores RSS, entornos virtuales 3D, entornos personales de aprendizaje (PLE) y los cursos masivos online de contenido abierto (MOOC). Todos estos permiten que la información llegue a nosotros de manera automatizada. Las destrezas mecánicas (análogas) para el acceso a la información ya están obsoletas. El conocimiento era antes propiedad de una persona y enfocada en la tarea impuesta externamente, pero con la Internet, el conocimiento puede proveerse externamente siendo forzado por el foco interno (David Dalrymple, 2009).
Por tanto, el proceso de aprendizaje no es lineal ni estructurado, sino que es evolutivo, desordenado, caótico, libre y adaptado. Los estudiantes de esta era aprenden de manera distribuida, donde conectan sus patrones mentales, esquemas, conceptos, reglas, procedimientos, destrezas motoras y sus múltiples capacidades de inteligencia. Ellos comparten deficiciones, debaten, dialogan, alimentan ideas, prueban nuevos enfoques, preparan nuevos retos y pilotan procesos. Se accede a redes distribuidas de conocimiento, creando una abundancia incomnesurable que puede ser accedida desde la Web. Aprender a filtrar la información es una capacidad sumamente importante al interaccionar en estas redes.
Con todo el excedente informatitivo al que estamos expuestos, nos encontramos hoy con la llamada Pedagogía de la Abuncancia. Por ésta se entiende como:
- contenido abierto
- contenido abundante
- contenido variado
- fácil para compartir
- basado en lo social
- conexión liviana, portátil, ubicua
- estructuración barata
- basada en sistemas generativos
- basada en fuentes de grupos
- la Web es valiosa
Basado en ese paradigma social, la universidad debería diseñar programas de adiestramiento al personal profesional para adaptarlos a los paradigmas laborales de la era. El adiestramiento en línea ha sido efectivo en otros países que lo han implantado (lee este artículo). Es evidente que la población estudiantil tradicional ha ido reduciéndose poco a poco y la población no-tradicional ha ido en alzada hasta llegar a un 73%. El estudiante de tiempo completo casi no existe en esta época. La mayoría de éstos tienen prioridades particulares que compiten con su formación académica. La universidad no ha sabido adaptarse a las necesidades particulares de los estudiantes de esta generación. Es por esta razón que algunas universidades privadas e institutos técnicos han sabido tomar ventaja al penetrar exitosamente en los diversos sectores sociales.
Por consiguiente, estoy en total acuerdo con el planteamiento de la Catedrática Auxiliar, Nieve de los Ángeles Vázquez. ¡Hace falta el Recinto 12 en la UPR: El virtual!. Un recinto en donde los estudiantes no estén atados por los límites del aula. Un entorno donde ellos puedan establecer su propio plan de trabajo y proceder a su propio ritmo. Que aprendan todo lo que deseen a base de sus necesidades más que lo que se determina en el aula formal y las restricciones establecidas por la institución.
Como dice George Siemens, la verdadera reforma educativa comienza con el cambio en la estructura. Si la estructura administrativa que rige la universidad no cambia, todo el esfuerzo para implantar un recinto virtual será un total desacierto. El modelo administrativo vigente top-down ha demostrado ser inefectivo en las nuevas culturas sociales. Hemos visto cómo la administración central toma decisiones a espaldas de la comunidad educativa, no se fomenta la participación colectiva, impera la desinformación y se promueve el conservadurismo a nivel sistémico. Tener el control absoluto para alcanzar la estabilidad sistémica provoca que la comunidad educativa sea estática, jerárquica, burocrática, centralizada, intolerante, inflexible, inhibora del flujo y sin transparencia gerencial.
Desde la dimensión educativa, el mero hecho de transferir la metodología tradicional de enseñanza a la plataforma de e-learning no garantiza el aprendizaje permanente que necesitan los estudiantes. Leer contenidos digitalizados y tomar pruebas estandarizadas no es e-learning, sino e-reading. Es más de lo mismo. La educación en línea no debería ser el tapa-rotos de la educación presencial. Muchos de los proyectos investigativos digitales se quedan en las oficinas de los profesores y después de haber sido evaluados son desechados en los depósitos de basuara. Entonces, ¿para qué se realizan los proyectos? ¿Para una simple calificación? ¿Por qué los hallazgos son engavetados? ¿Por qué no son utilizados como base de nuevas investigaciones? Lean el ANÁLISIS: Del proyecto académico al zafacón. Esta es la cultura académica que se vive hoy día en nuestro contexto educativo.
Por otra parte, la verdadera educación virtual se basa en la conectividad, la colaboración social, en las conversaciones, los debates, el desarrollo de entornos personales de aprendizaje, en la extensión de las capacidades comunicativas y productivas del conocimiento. Es la conectividad la que permite que los alumnos utilicen diversos dispositivos electrónicos para recibir la información, nuevos conocimientos y entrar en las conversaciones globales. La educación de hoy es contextual, situada, rizomática y ubicua. Nos conectamos con la clase, pero también lo hacemos con nuestros nodos neuronales, nodos sociales (sociedad inteligente) y nodos de conocimiento digital. Interaccionamos con el contenido didáctico, sus objetivos y el excedente informativo que podemos hallar en la Web. Filtramos la información que no nos sirve y utilizamos la que sí es útil para convertirla en un saber. Compartimos con los demás nuestros contenidos y los remezclamos en formatos de acceso distribuidos.
Debido proliferación y evolución del conocimiento, el acceso a lo que necesitamos es más importante que lo que se posee en un momento dado. Saber el qué y el cómo es tan importante como el saber dónde. La capacidad para adquirir nuevos conocimientos es más importante que el conocimiento ya existente alojado nuestro cerebro. El depósito de conocimientos vale más que el caudal intormativo almacenado en nuestra base de datos. Nuestros estudiantes necesitan afianzar sus habilidades para conectar, recombinar y recrear nuevos conocimientos. Tanto estudiantes como educadores se convierten en DJs capaces de remezclar los contenidos en diversas formas de representación del conocimiento. Pues, ya no se trata tanto de la convergencia, sino de la transvergencia (transferencia y aplicación del conocimiento de una disciplina a otra).
La educación virtual requiere la constante actualización y aumento de los niveles de productividad de los educadores. Es imperante que levanten las anclas que los mantienen estancados en su propio conocimiento y comiencen a adoptar un cambio de actitud hacia la formación en competencias tecnológicas para mover a los estudiantes hacia la autogestión. Hay que cambiar la mentalidad (mindware) de que el tiempo de estudiar ya pasó y ahora les toca a los estudiantes pasar por lo mismo que ellos. Que los recursos que éstos produzcan son de su propiedad intelectual y hay que guardarlos. Hecer obras derivadas de sus contenidos didácticos es sinónimo de plagio; es un robo de ideas... Esos viejos paradigmas deberían ser modificados.
Los educadores de esta era deben actuar como aprendices de por vida y colaboradores de conocimiento. El aislamiento intelectual nos conduce a la pérdida y no a la ganancia añadida. Los grados terminales no deberían tener fin (dimensión académica), pues son sólo para tener un rango dentro de la estructura institucional burocrática (dimensión administrativa). Un alto rango académico no es sinónimo de alta productividad. Los educadores vanguardistas siempre andarán tras la búsqueda de nuevos conocimientos, nuevos recursos, nuevos canales informativos, nuevos contactos sociales y nuevas herramientas 2.0 / 3.0 que ayuden a enriquecer el proceso de enseñanza y aprendizaje. En esta era tecnológica en la que vivimos, educar no consiste en transferir el conocimiento de los textos a los estudiantes, sino en fomentar la conversación de los temas que sociedad global va creando en determinado momento.
Enhorabuena. Hay muchas cosas aprovechables y bien pensadas en este articulo.
ResponderEliminarTrataré de referenciarlo para nuestro proximo Encuentro UNIVERSITY 2.0 que tendremos en el mes de Septiembre en la UIMP.
Me ha gustado especialmente lo de la pedagogia de la abundancia, y lo del educador convertido en DJ.
Si no puedes venir al Encuentro de University 2.0, acuerdate de conectarte a la www.uimp20.es y seguir el encuentro a traves de la UIMP-TV, participando a traves de twitter con tus aportaciones.
Saludos
Gracias Pablo por la invitación al evento y por referenciar el artículo. Estaré pendiente del Encuentro Universidad 2.0 para conectarme y tuitear la actividad.
ResponderEliminarSaludos:
ResponderEliminarQuiero agradecerte el que hayas tomado mi columna en El Nuevo Día como punto de salida para una disertación tan buena. Me disfruté mucho la lectura, también las referencias.
Nieve
¡Saludos Dra. De los Ángeles!
ResponderEliminarSu columna fue de inspiración para generar las ideas expuestas en el artículo. Me alegra saber que le haya gustado mi reflexión. Hace falta muchos educadores como usted para promover una universidad virtual en la UPR. Ya otras instituciones privadas están a punto de la certificación para iniciar sus programas académicos virtuales. Me desespera ver que el sistema UPR opte por seguir en la dimensión offline, cuando el resto del mundo se está conectando a la web.
Gracias por seguir mi blog. Su presencia virtual fortalecerá mi red de conocimientos y comunicación.
¡Quedo a su orden para lo que necesite!
Gracias por publicar esto, fue muy útil y le dijo a una gran cantidad
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