En mi primera experiencia como docente universitario, decidí comprar una computadora portátil (que pesaba 10 libras) y un proyector digital. En esos tiempos la universidad solo disponía de proyectores verticales y hojas de acetato para presentar la información impresa. Durante cuatro años anduve de sala en sala con mi equipo, pues los lugares en los que había un data show eran escasos. Y para utilizarlos, había que llenar una hoja de solicitud de equipo con tiempo. Con ese equipo comencé a diseñar mis primeras presentaciones en PowerPoint para mis cursos siguiendo los elementos de diseño aprendidos en clase. En esos tiempos la tecnología era una maravilla atractiva. El libro de texto era una antología de lecturas provenientes de diferentes autores. Todos los semestres los estudiantes tenían que fotocopiar un paquete de lecturas para participar en las discusiones de la clase. Con el pasar de los meses aprendí a utilizar la tecnología para dictar mis clases magistrales como lo hicieron mis profesores universitarios. Los exámenes los administraba en papel impreso y los evaluaba con una clave. Nunca utilicé el sistema scantron para automatizar la evaluación.
Luego llegó el BlackBoard donde aprendí a digitalizar el currículo y las lecturas de la clase. Aprendí a utilizar el LMS como un repositorio de contenidos a ser accedidos por los estudiantes para estudiar los conceptos presentados en la clase. Aprendí a digerirles el contenido al idioma español porque muchos alumnos no entendían el inglés. Pensaba que la integración de la tecnología aumentaría la retención de los estudiantes. Pero al final los resultados eran siempre los mismos. Dichos recursos tecnológicos representaban un ahorro siginificativo en el consumo de papel para el recinto, pero un dolor de cabeza para algunos estudiantes que tenían acceso a la Internet desde sus hogares através de la conexión dial-up. Las extensas lecturas consumían bastante ancho de banda y los archivos tardaban en descargarse. Se podían abrir mejor desde la conexión de la universidad, pero no había un centro de estudiantes con impresoras funcionales. Siempre estaban dañadas o escaseaba el papel.
Unos meses después llegó Moodle y la convergencia de los recursos digitales era más palpable. La gran ventaja del nuevo LMS era que al ser un recurso de código abierto, no le costaba a la universidad el tener que pagar por una licencia anual de la plataforma y sus módulos interactivos (OS). Así que aprendí a diseñar actividades instruccionales: diarios refelxivos, foros de discusión, glosarios, encuestas, páginas wikis, blogs y pruebas online. En aquel tiempo era mucho más fácil dictar una clase interactiva con todos esos recursos digitales disponbles para los estudiantes. En 2005 conocí Blogger sin saber que era una herramienta 2.0. Así que me dediqué publicar algunos blogs con el objetivo de transcribir las lecturas de la clase al español para beneficio de los estudiantes. Una maravilla de tecnología disponible en la web del .com sin tener que depender de la infraestructura tecnológica universitaria. Un recurso tecnológico 2.0 utilizado de manera unidireccional y pedagógicamente tradicional: solo para la lectura.
No fue entonces hasta 2008 que comencé a utilizar todas estas herramientas tecnológicas disruptivas que hoy conocemos. Aprendí a teorizar mi propia práctica desprendiéndome del Modelo de Diseño Instrucional ADDIE y otros teóricos estudiados en el máster. Comencé a utilizar los recursos Web 2.0 como plataforma de eLearning. Me he ido convirtiendo en un educador disruptivo que NO sigue las prescripciones de los conocidos teóricos pedagógicos. Desde ese entonces comencé a pensar de manera diferente sobre la educación de nuestros tiempos.
Ahora les explicaré por qué pienso así:
MultiDispositivos
- La tecnología no me sirve para enseñar: La tecnología que hoy disponemos no nos funciona como la del siglo 20. Los estudiantes la deben utilizar más para aprender a: crear, construir, gestionar, investigar, solucionar problemas, inventar, explorar, descubrir, compartir, socializar, diseminar, involucrar, comunicar y conectar globalmente. En vez de poner los estudiantes a atender nuestras conferencias magistrales y demostraciones, deberíamos promover el que los estudiantes diseñen sus propios proyectos y los presenten en clase. Nosotros también deberíamos diseñar nuestros recursos de aprendizaje. Para eso nos pagan. La tecnología nos ayuda a internacionalizar el aprendizaje al vincularnos con personas que tienen intereses similares y buscan aprender desde la diversidad de posibilidades. Ya no creo en el diseño sistemático de la instrucción a través de las mismas plataformas unidireccionales. Prefiero diseñar diversas ecologías de aprendizaje informal donde los alumnos participen activamente desde la multiplicidad de ambientes, plataformas, medios, formatos, sistemas, recursos y aplicaciones. En el siglo 21 tenemos que pensar en experiencias sociales que contengan menos instrucción y más aprendizajes; más tutorías/coaching y menos discursos magistrales.
- La cultura de la inmediatez: Los estudiantes de esta generación aprenden con mayor rapidez que las generaciones antecesoras. Y con la misma velocidad que retienen lo nuevo, lo olvidarán, debido a que sus niveles de atención se dispersan entre diferentes intereses. De igual manera están preparados para hacer sus tareas (tradicionales) de inmediato y con los requisitos mínimos indispensables. Por tanto se debería pensar en el diseño de micro-experiencias laborales. El punto es que las actividades de aprendizaje deben dirigirse más hacia el aprendizaje basado en el trabajo real. Gran parte de los procesos/procedimientos enseñados en clase se practican en contextos artificiales que no se realizan en el mundo real. Luego son evaluados y traducidos en resultados cuantitativos. Por tanto, aprobar no puede ser una condición de aprendizaje. La memoria de los estudiantes funciona mayormente en el momento y si no se diseñan actividades de aprendizaje dirigidas hacia el trabajo real se disolverá gran parte del conocimiento adquirido. Por eso, la educación debería trabajarse más en comunidades de práctica que en en masas de grupos. Trabajar en comunidades promueve la constante reflexión sobre lo que se hace. Cuando se generan nuevas teorías a base de la práctica se podrían alcanzar objetivos superiores, comparado con la réplica de teorías que otros han creado antes. Replicar un proceso es como seguir al pie de la letra una receta para confeccionar un alimento. El aprendizaje se concentra más en aumentar el nivel de productividad. Pienso que si queremos ser más efectivos en el proceso de aprendizaje, deberíamos ser más prácticos que teóricos, pues el fin ahora es mejorar la calidad del producto. Y eso se hace a través de la práxis reflexiva, no aprobando exámenes estandarizados. Tenemos que romper la cultura del facilismo que impera en nuestra comunidad educativa.
- Para qué tanta formalidad: No hace tanta falta profesionalizar el aprendizaje de los estudiantes. Cada persona aprende de manera diferente y a diferentes ritmos. El cerebro NO opera bajo la formalidad; aprende de manera orgánica o natural. Tampoco es lineal; aprende a base de la configuración de redes neuronales y artificiales. La enseñanza estructurada no encaja con el aprendizaje del siglo 21 enREDado. Por qué regular tanto la enseñanza, si el aprendizaje (que es un proceso interno y abstracto) no puede ser regulado. Nuestros cerebros no son discos duros a los que se les instala programas para saber cosas y hacer cosas específicas. Si en una experiencia de aprendizaje las actitudes, emociones o reacciones inesperadas, súbitas y universales, por qué la educación tiene que ser estructurada, objetivizada y planificada al dedillo. Creo que la formalidad limita el desarrollo de la mente creativa, imaginativa, artística y divergente. La cognición no tiene porqué ser extramadamente pasiva. El sistema educativo prepara profesionales para integrarse a las organizaciones de estructuración burocrática. Pero cuando los estudiantes entran a formar parte de las nuevas redes colaborativas o de práctica, se mantienen en la dimensión pasiva y contemplativa en la que fueron programados.
Ser un educador informal no consiste en ceder o perder su autoridad y control de grupo. De lo que se trata es de propiciar nuevas dimensiones de aprendizaje significativo basadas en la multiplicidad de conexiones con el mundo en el que vivimos. No tenemos que ser tan formales para aprender. ¿De qué nos sirve tanta escolarización? El aula ya no me sirve para enseñar, sino para conectar a los aprendices con un horizonte de posibilidades. Las grandes ideas, las investigaciones trascendentales, las mejores soluciones, los mejores descubrimientos no provienen de la formalidad del aula; provienen de la integración profunda con la realidad difusa y caótica del fenómeno bajo estudio. ¿Acaso existe alguna correlación entre la formalidad y el aprendizaje? Si la hay, que alquien nos explique dónde. - A nuevas tecnologías de aprendizaje y conocimiento, nuevas estrategias de reflexión: Así como el agua y el aceite no mezclan, tampoco lo hacen las nuevas tecnologías con las viejas modalidades de evaluación estandarizadas. Y es que ya no hace tanta falta 'evaluar como suceso', sino que tenemos que aprender a 'reflexionar como proceso' conjuntamente. Necesitamos conectar los pensamientos, actitudes, emociones y acciones de los aprendices con el conocimiento adquirido. La evaluación cuantitativa es un indicador limitado de todo un proceso complejo de aprendizaje. No solo se trata de medirlo basándose en contenido almacenado, sino de aprender a accionarlo en diversidad de experiencias. Los educadores debemos diseñar nuevas estrategias para conocer los niveles de aprendizaje de nuestros alumnos. El aprendizaje se analiza mejor a través de la solución de problemas, proyectos desafiantes, actividades dinámicas y situaciones reales de la vida diaria. Los estudiantes deberían trabajar con los datos que provienen de múltiples servicios de acceso para convertirlos en conocimiento explícito de utilidad. Memorizar ya no es la única condición de aprendizaje. Demostrar que tenemos conocimiento sin llevarlo a la práctica diaria NO nos sirve de nada en esta era. En cambio, tenemos que accionar nuestro conocimiento, emociones y acciones para transformar nuestras vidas y las de los otros. A veces pienso que la teoría de Inteligencias Múltiples solo se trata de un cosmético pedagógico que se promulga mucho en el contexto educativo, pero que muy pocos lo practican en el aula. Las inteligencias múltiples existen, lo que no existen son experiencias instruccionales dirigidas a cada inteligencia. Los modelos, estrategias o técnicas los tenemos que crear nosotros los educadores. La experiencia docente a lo largo de 14 años me ha demostrado que los estudiantes obtendrán los mismos resultados en las pruebas estandarizadas con o sin tecnologías instruccionales.
- Los contenidos están desapareciendo porque ahora se están convirtiendo en servicios: La educación bulímica de ayer no me sirve para trabajar con la cultura social del siglo 21. Las casas edutoriales están cerrando poco a poco porque las personas están accediendo a paquetes distribuidos de conocimiento abierto. Dichos recursos de aprendizaje se les conoce como servicios. Gracias a las plataformas sociales muchos profesionales comparten sus conocimientos en los servicios que administran (PLE, SLE, PDE, CoIN, PLMS). Dichos contenidos son constantemente actualizados, remezclados, derivados y distribuidos en diferentes formas de representación del conocimiento. Ya no hay que ir tras el conocimiento; con los recursos tecnológicos emergentes, la información llegará a nosotros de manera automatizada y filtrada según nuestros intereses particulares. El aprendizaje consiste más en saber dónde encontrar los servicios de contenido, que el saber el contenido que hay dentro de los servicios. Por ende, el Contenido como Servicio (CaaS) se dirige más hacia el mejoramiento (crecimiento) de las sociedades y no hacia sus niveles de productividad. Esto quiere decir que el contenido será utilizado en función de las necesidades particulares de cada participante según su interacción con el contexto donde se encuentre en un momento dado. Los aprendices determinarán qué recursos necesitarán, con la ayuda del educador como accionador, guía/coach, tutor o mentor de procesos (no sucesos).
- El contenido no genera perfiles articulados a la creciente demanda de la sociedad del conocimiento: Muchos currículos están diseñados para aplicar la teoría en actividades de índole memorística-repetitiva. Una vez aprobado un nivel, se pasa al siguiente, y así sucesivamente hasta el final. El error que se comete es que muchos educadores se enfocan más en el desarrollo de perfiles intelectuales que en los socio-culturales y profesionales. De ahí vienen los profesionales que salen a la calle con conocimientos, pero sin las competencias requeridas para realizar las tareas laborales efectivamente. Hemos obligado a muchos estudiantes a estudiar, pero no a crear su ambiente de aprendizaje donde poner en práctica lo aprendido en clase. Los graduados saldrán al exterior a buscar empleos sin tener los perfiles que de demanda la sociedad del siglo 21. Están preparados para laborar en entornos restringidos y amurallados, esperando las órdenes de sus superiores. Muchos educadores se han encargado de crearle las culturas a sus estudiantes a lo largo de sus años de estudio. Los practicantes TIENEN que ser igual que ellos cuando salgan de la universidad. Esto limita el desarrollo del YO, la originalidad nuestros rasgos individuales. No vale la pena seguir el mismo sendero que siguieron nuestros educadores para llegar hasta donde están. Por tal razón le atribuyo el término 'pedagogía de la escasez', porque se roban las posibilidades de la auto-realización, autonomía, creatividad,pensamiento divergente, análisis crítico y reflexivo, alfabetismo digital, ciudadanía digital, pensamiento adaptativo e innovador, pensamientos dirigidos al diseño, alfabetismo digital, gestión de la atención, libertad geográfica, conciencia global, capacidad de colaboración, aprendizaje contextual, ecologías transversales y la desprofesionalización del aprendizaje. Estos SÍ son varios de los perfiles que necesitan afianzar los profesionales del siglo 21.
- La arquitectura académica está diseñada para el aprendizaje monomediático: Las aluas que tenemos responden a la era del Fordismo. Están hechas para el conocimiento encapsulado por secciones y el control absoluto de la conducta. Todo lo que se hace en el aula está monomediatizado porque todo lo han convertido en una plataforma única e irremplazable. La diversidad está prohibida. Lo que ocurre en el aula no trasciende fronteras, se queda encerrado en las cuatro paredes porque no motivan al estudiantado a practicarlo en otros lugares y con otras personas. Las escuelas que tenemos NO están hechas para el movimiento y la distracción, socialización radical, ecologías caóticas y personalización del aprendizaje. Están echas para una masa igualitaria. La generacion actual y las que vienen NO están adaptadas a la pasividad, el silencio y la contemplación imperante en el aula del siglo 20. No generan la actividad porque es más económico para el estado promover el aprendizaje de una sola manera, utlizando el hemisferio de pensamiento lógico-racional, utilizando recursos limitados, calendarizando el aprendizaje y agrupando a los aprendices por edades (no por capacidades). El sistema educativo enseña en el mismo lugar, con una sola plataforma tecnológica, con limitados recursos didácticos (de alto costo de producción) y con la misma estandarización del conocimiento. Y eso es precisamente lo que estamos generando: Ciudadanos Estanradizados. Y es que no podemos seguir viendo a las estructuras organizacionales como lugares estables donde se hacen las mismas cosas a través de las décadas sin cuestionarlas. Muchos han comenzado a generar nuevas narrativas económicas, políticas, científicas, ambientales y pedagógicas con el fin de convertir al mundo en uno más saludable, seguro y sustentable.
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Cordial saludo.
ResponderEliminarGracias Prof. Antonio Delgado por su excelente publicación, recoge la esencia de por qué la educación tradicional no sirve en la actual sociedad del conocimiento y de la información, donde las necesidades de aprendizaje no se ajustan a realidades concretas de un mundo globalizado, dinámico y cambiante, que requiere de nuevos paradigmas de manera urgente.
Me identifico con su pensamiento y aporte. Como autodidacta y padre de familia, quiero lo mejor para mi hija, es por eso, que veo en sus palabras las claves para una proceso de aprendizaje dinámico y vanguardista basado en su experiencia como docente.
Éxitos en todas sus actividades.
Héctor Fabio Urrea
Colombia.
Saludos Héctor:
ResponderEliminarAgradezco su comentario en este artículo. Es momento de transformar la educación que tenemos. ¿Difícil? ¡Claro que lo es! Lo que queda claro es reconocer que por más que intentemos mejorar nuestro sistema educativo, más igual se quedará... Sinceramente, creo que tenemos que refundarlo. Quién mejor que la comunidad educativa para lograrlo. Los políticos nunca reformarán la educación de sus naciones. Ellos piensan más en revivir el sistema tradicional del que tanto se benefician. A ellos no les importa la educación de sus pueblos, les interesa asegurar sus horizontes de jubilación.
¡Gracias por sacar de su tiempo para aportar en esta entrada!
Solo un pequeño comentario: la sociedad actual tardará mucho más en digerir al profesorado formado en ideas más tradicionales que en formar a los nuevos. En cualquier caso interesante artículo para la reflexión.
ResponderEliminarExcelente material y excelente aporte para todos los que creemos que la educación necesita cambiar.
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