Mucho se habla de la Universidad 4.0 en difentes foros educativos realizados en Estados Unidos y Europa, pero muy poco se habla de este paradigma en el Caribe. La pandemia provocada por el Coronavirus está empeorando la fragilidad financiera global. Como consecuencia de esta crisis global, los avances y adelantos tecnológicos que estaban destinados a lanzarse dentro de unos años han tenido que adelantarse en esta cuarentena. A partir de hoy veremos el lanzamiento de nuevas herramientas web, programas de código abierto, sistemas, plataformas y aplicaciones móviles diseñadas para enfrentar el aislamiento físico que detiene las actividades empresariales, gubernamentales, organizacionales, políticas, económicas, ambientales y educativas.
René Pedroza (2018) establece que estamos en un punto de inflexión entre el pasado y el futuro: una universidad entre la tradición de los ladrillos y la emergencia digital. Las certezas se desvanecen con la manera en que fluyen los conocimientos y las producciones académicas; y lo nuevo sorprende en cuanto a la forma y la dinámica de conexión entre las fuentes de conocimiento incorporadas en el currículo. La universidad en la sociedad del conocimiento está obligada a reinventarse porque de lo contrario,con su modelo tradicional,estará imposibilitada de responder a las necesidades y retos de un mundo cada vez más dinámico. La experiencia reciente muestra una verdad histórica: las universidades que caminan de la mano con los adelantos científicos y tecnológicos son las mejor posicionadas. Al invertir en investigación y desarrollo, son creadoras de innovaciones y adquieren protagonismo enla novedosa configuración tecnocientífica actual.
El mundo para el que estamos preparando a los estudiantes está cambiando muy rápidamente. Claro que el Coeficiente Intelectual (IQ) es importante en el desarrollo social, pero en esta nueva época en la que nos encontramos ya no es suficiente. Una
combinación satisfactoria de IQ + Inteligencia Emocional + Resiliencia + Cognición Aumentada, es fundamental para aprovechar el
potencial de un estudiante. La proliferación tecnológica de 4ta Revolución Industrial convertirá muchas profesiones actuales en obsoletas. Las rutas laborales convencionales se están desvalorizando dramáticamente, provocando la desaparición de muchos caminos de éxito de nuestros padres y abuelos.
La vida útil del conocimiento, habilidades, destrezas y competencias adquiridas en nuestra formación universitaria se está reduciendo muy rápidamente. Es decir que nuestros títulos académicos (diplomas, certificaciones) perderán su valor después de los 18 meses de habernos graduado. Se estima que en el mundo laboral, el conocimiento, destrezas, habilidades y competencias profesionales perderán un 40% de su valor cada tres años. Lo significa que en 10 años de experiencia laboral, todo lo aprendido en la universidad y en el trabajo dejará de ser útil. El informe del Foro Económico Mundial de 2016 predijo que ahora en 2020, más de un tercio del conjunto de habilidades esenciales de la mayoría de las ocupaciones estará compuesto por habilidades que aún no se consideran cruciales para el trabajo actual.
La pregunta que muchos se están haciendo es: ¿Vale la pena invertir tanto dinero y energías en obtener un título académico que ya no se considera crucial en varios sectores laborales? Los grandes cambios que vemos con las tecnologías digitales están volviendo obsoletos los enfoques tradicionales de la pedagogía clásica y sus titulaciones convencionales. Algunas habilidades blandas que pronto serán indispensables incluyen el pensamiento cognitivo de orden superior, pensamiento adaptativo innovador, gestión de la carga cognitiva, múltiples alfabetismos, solución de situaciones complejas, habilidades sociales, destrezas elásticas y competencias transvergentes para realizar tareas de naturaleza cambiante. Las competencias digitales también provocarán diversidad de conexiones sinápticas y sociales que se volverán cada vez más flexibles y adaptables. Según el prof. John Deward (2017), la tipología de las universidades proporcionada por el profesor emérito Ronald Barnett, del Instituto de Educación de la Universidad de Londres, nos presenta la siguiente clasificación:
- Universidad 1.0: Sería la universidad metafísica, al servicio de Dios, que surgió por primera vez en la época medieval. Las primeras etapas de esta universidad se estructuraron en torno a comunidades especializadas que eventualmente evolucionaron hacia la tradición de una educación en Artes Liberales.
- Universidad 2.0: Podría posicionarse como la universidad de investigación que surgió en las sociedades posindustriales, por lo que las universidades se convirtieron en el punto focal para el avance tecnológico impulsado por la investigación. La gran expansión de la posguerra tiene un claro enfoque orientado a la investigación al servicio del desarrollo económico. Basada en la masificación de la educación con el profesor como el principal proveedor de conocimiento y el alumno como receptor pasivo que absorve los contenidos.
- Universiadad 3.0: Se describe como la universidad emprendedora, que opera en palabras de Barnett, como una universidad "por sí misma", que presta servicios a muchas funciones y comunidades diversas, pero que ante todo se preocupa por optimizar su propio interés. Basada en la integración de las computadoras e Internet en la enseñanza y el aprendizaje, lo que ayuda a aumentar el acceso y equidad educativa.
- Universidad 4.0: Se refiere a la universidad ecológica orientada hacia el exterior, profundamente conectada con la industria y las comunidades a su alrededor. Está comprometida con satisfacer las necesidades de su estudiantes. Está basada en la Internet de alta velocidad, dispositivos móviles, plataformas tecnológicas y aplicaciones digitales, que facilitan el aprendizaje personalizado en cualquier momento, en cualquier lugar y cambian los roles transmisivos de los docentes.
- Educación a la carta: Se refiere a la integración de múltiples modalidades para la diversidad social - Educación presencial, en línea, híbrida, móvil, remota, inmersiva, etc.
- Credenciales desagregadas: Se alejará del título especializado como única forma de credencial ofrecida. Se moverá hacia una oferta académica de disciplinas transversales y micro-credenciales en ciclos más cortos. También se ha hablado de títulos completamente personalizables, en los que no se sigue una linea curricular pre-definida, sino que se pueden seleccionar cursos de diferentes programas.
- Gestión de carreras: Consiste en ir más allá de la consejería profesional en sus formas tradicionales e incluirá nuevos elementos como la capacidad de recargar las titulaciones universitarias a lo largo de la vida laboral.
- Nuevos roles: Líderes globales, trabajadores satelitales, teleconmutadores, gestores culturales, incubadores de proyectos, coaches de aprendizaje, diseñadores de ecosistemas de aprendizaje, ingenieros de mundos inmersivos, organizadores de eventos, influencers de emprendimiento, Gestores de Plataformas Sociales, Tele-Educadores, Knowmads del conocimiento, GigEducadores, Aprendices Digitales. No solo se trata de tecnologías emergentes, sino de profesionales capacitados para ejecutar nuevos roles transvergentes.
La
Universidad 4.0 es una descripción adecuada de las formas en que las
universidades de todo el mundo deben responder a la nueva economía y las
tendencias asociadas, como la disrupción digital y los mercados
laborales que cambian radicalmente. Si las universidades se centran en
mantenerse relevantes, deberían comenzar desde hoy a experimentar un
cambio revolucionario a nivel organizacional, operacional, estructural,
pedagógico, socio-cultural y cognitivo. La Universidad 4.0 está totalmente alineada con la 4ta Revolución Industrial. Se habla de nuevas plataformas LMS Inteligentes que utilizarán los algoritmos de la Inteligencia Artificial en combinación con la Internet de las Cosas (IoT) para personalizar el aprendizaje de los alumnos. Esto obligará a los educadores tradicionales a ejecutar nuevos roles docentes que trasciendan la transmisión de contenidos declarativos.
Esta revolución se centra en el desarrollo de interfases ciber-físicas que integran la robótica, sistemas automatizados, blockchain, fintech, bots, deep learning, tecnología 5G y sistemas de CiberSeguridad. Todas estas impactarán nuestra vida cotidiana, relaciones sociales, experiencias laborales y de aprendizaje para toda la vida. El alumno de hoy no solo está limitado por un modelo educativo dirigido por el profesor, sino que deriva su aprendizaje de varias fuentes de información a un ritmo personalizado. No solo espera obtener excelencia académica, sino que también desea la excelencia personalizada al expandir sus horizontes de posibilidades.
No podemos conformarnos con una universidad adaptándose a las nuevas circunstancias y tratando de incorporar las tecnologías emergentes. Necesitamos un cambio radical y eso exige (entre otras múltiples acciones): acabar con las plantillas estancadas de personal, adaptar los procedimientos de promoción profesional, flexibilizar las relaciones con el entorno social, mejorar la gobernanza, implantar planes estratégicos realistas, potenciar la interdisciplinariedad y la internacionalización de profesores-investigadores, alumnos y relaciones institucionales (Antonio Pulido, 2019).
Para Fraces James (2019), una de las metodologías contemporáneas lo es el Aprendizaje Remoto Acelerado, que es la idea de que los estudiantes aprendan conocimientos teóricos de forma remota utilizando medios digitales, al tiempo que se garantiza que las habilidades prácticas se aprendan en entornos físicos. Esta es una forma de aprendizaje flexible que requiere responsabilidad y buen manejo del tiempo para desarrollar las habilidades basadas en el aumento de la economía independiente. El movimiento hacia esta forma de trabajo también requerirá que los estudiantes aprendan a adaptarse rápidamente a las nuevas situaciones que puedan enfrentar en sus carreras en evolución. Los estudiantes serán evaluados al analizar sus rutas de aprendizaje personalizado a través de proyectos de aprendizajes experimentales prácticos en sus centros de trabajo.
A nivel sistémico, tener alternativas heutagógicas 4.0 conjuntamente con la instrucción virtual es una forma de generar la biodiversidad educativa
del siglo 21. Renunciar voluntariamente a las capas de alternativas en
sus universidades reducirá su resistencia y aumentará su fragilidad. Lo
que se pretende hacer en este momento es construir e invertir más en un
ecosistema educativo robusto, no como una planificación de reemplazo o
desplazamiento, sino como una forma de flexibilidad y adaptabilidad. En
este momento, lo que se le pide a la docencia no es una educación
clásica sólida; no por la modalidad, sino por la diversidad social del mundo moderno.
Las instituciones de educación superior están avanzando hacia una forma de aprendizaje más personalizada. Al utilizar datos y hacer un seguimiento del rendimiento de los estudiantes, las universidades podrán identificar a los estudiantes con dificultades y proporcionar estrategias de aprendizaje optimizadas para satisfacer sus necesidades. La analítica de datos será utilizada para tratar a cada estudiante, entendiendo que las necesidades de aprendizaje y los resultados deseados de cada persona serán diferentes.
Con la proliferación del COVID-19 las jerarquías de estatus tradicionales de
las Universidades 2.0 serán desafiadas, porque han demostrado ineficiencias durante la continuidad académica remota. Aquellas universidades que mejor se adapten a los grandes
cambios que se avecinan podrán transformar las percepciones de su
nombre de marca. Podremos ver la integración de nuevos modelos heutagógicos de lo que significa ser una gran universidad en la era moderna.
Ya no podemos pretender que los sistemas educativos decidan lo que se debe aprender o no, ni como, ni cuando...eso ya no tiene ni sentido hoy y mucho menos mañana. Necesitamos muchas fuentes para aprender, no una sola y única, y las necesitamos para ahora. No podemos estar pendientes de horarios rígidos, de docentes que nos explican lo que el sistema quiere, necesitamos ayuda y tanto que sí, más cada día y de mayor calidad y para eso debemos aprender conectados en todo momento, aprendiendo y trabajando de manera colaborativa. Necesitamos cualquier tecnología y eso no es una opción, es una necesidad, porque las tecnologías no las iremos a buscar a ningún lugar y no podrán decidir por nosotros si las utilizamos o no, sencillamente porque las tecnologías somos nosotros... (Juan D. Farnós, 2020).
La gran pregunta que nos hacemos es: ¿Está preparada la Universidad para transformarse a sí misma?
Muchos pensamos que la Universidad fue concebida para mantenerse como está, realizando innovaciones cosméticas mínimas para mejorar los mismos procedimientos y procesos que se han hecho siempre. Pero transformarse a sí misma; eso está por verse. La Universidad nació así y morirá así como está. Pedirle a los administradores y profesores que cambien su universidad es lo mismo que pedirle a los muertos que cambien sus cementerios. Estamos en tiempos de crisis que ameritan que la universidad se mueva hacia los lugares donde están personas, no que las personas tengan que llegar a la dirección física de la universidad. Si los administradores, docentes y empleados no-docentes se resisten a las demandas de la sociedad del milenio, comenzarán a sentir los efectos de la erosión provocada por la proliferación de los organismos educativos emergentes que lanzarán sus atractivas ofrertas académicas.
Estas instituciones convencionales no solo se enfrentarán al desafío de las tasas de colocación o empleabilidad de sus egresados, sino que también tendrán que afrontar los desafíos socio-culturales y las crisis emergentes de la época. La comunidad educativa deberá trabajar conjuntamente para encontrar soluciones a las crisis dentro y fuera del campus. Dentro de poco, veremos cómo la oferta académica de los departamentos perderá su impronta, porque será la demanda social la que dicte qué es lo que quiere aprender, cómo aprenderlo, en qué momentos, en qué lugares y con cuáles recursos.
Las universidades deberían asociarse con la comunidad local, la industria y la sociedad en general para co-diseñar y co-implantar un sistema educativo superior más robusto. Su modelo de negocio operacional y pedagógico es incompatible con la época en la que vivimos. Ahora vivimos ante la amenaza de un micro-organismo que ha paralizado al mundo entero. La solución inicial consistió en salvar el semestre con cualquier tecnología de video-conferencia que sirviera para la continuidad académica remota. Ahora que se acerca el receso de verano, las instituciones de educación superior tendrán que prepararse para términos más prolongados de Asistencia Administrativa Remota y Educación en Línea. Lo que conocemos como el espacio físico de trabajo y aprendizaje, ya no volverá a ser lo mismo de antes. Ahora es el momento apropiado para presentar la nuevas narrativas redárquicas, heutagógicas y sociócratas.
Las universidades deberían asociarse con la comunidad local, la industria y la sociedad en general para co-diseñar y co-implantar un sistema educativo superior más robusto. Su modelo de negocio operacional y pedagógico es incompatible con la época en la que vivimos. Ahora vivimos ante la amenaza de un micro-organismo que ha paralizado al mundo entero. La solución inicial consistió en salvar el semestre con cualquier tecnología de video-conferencia que sirviera para la continuidad académica remota. Ahora que se acerca el receso de verano, las instituciones de educación superior tendrán que prepararse para términos más prolongados de Asistencia Administrativa Remota y Educación en Línea. Lo que conocemos como el espacio físico de trabajo y aprendizaje, ya no volverá a ser lo mismo de antes. Ahora es el momento apropiado para presentar la nuevas narrativas redárquicas, heutagógicas y sociócratas.
La U4.0 no es la que mejora lo mismo que hacen las demás universidades, sino la que se atreve a hacer las cosas diferentes. Es la que mira los segmentos que otras instituciones son incapaces de mirar. Un organismo educativo ágil es aquel que mira diferentes latitudes, en búsqueda de nuevos nichos de aprendizaje que necesita la sociedad. Para sobrevivir el mundo VUCA en el que nos encontramos hay que lanzarse al exterior a crear las condiciones para generar nuevas posibilidades. Pasados son los tiempos en el que los grandes se comían a los más pequeños, pues a partir de ahora, serán los más ágiles los que se comerán a los más estáticos. Nuestras universidades no seben seguir ancladas en el estancamiento esperando que los estudiantes egresados de nivel superior se inscriban en sus programas académicos. Allá afuera hay una cantidad inmensa se profesionales que necesitan expandir sus horizontes, y es hacia esa dirección que la U4.0 deberá dirigirse. La nueva universidad no es la que tiene la mejor tecnología por estar a la moda 4.0, sino la que es capaz de producir lo que necesita de sí misma para convertirse en un organismo completamente autosuficiente...
Queda muy claro que ninguna tecnología por sí sola reemplazará a los administradores, profesores y empleados no-docentes. Quienes sí los reemplazarán serán los usuarios expertos de las interfaces ciber-humanas. Ellos encargarán de removerlos de sus frágiles zonas de seguridad y confort. La tecnología no son los artilugios digitales que adquirimos en nuestros centros de trabajo y en nuestros hogares. La verdadera tecnología consiste en la conexión efectiva de nuestros cerebros con los dispositivos para crear nuevas soluciones en las crisis emergentes de la era.
La Gig-Economy de los empleos esporádicos: Los Gig-Educadores
No hay alternativas: Reconstruirnos o destruirnos
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Desde hace años me genera conflicto el tema de la educación superior y las universidades (mi larga vida profesional ha transcurrido por ahí) y este abordaje me hace sentir que habemos más cuestionadores que deseamos abonar a la situación de fondo.
ResponderEliminarMuchas gracias por haceme el día y en realidad, muchos días!
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