domingo, 13 de febrero de 2022

La Metaversidad ¿Es posible? (Parte IV)

 
En un futuro no muy lejano, el metaverso podría hacer que las plataformas de gestión de aprendizajes (LMS) convencionales parezcan tan anticuadas como lo es el telégrafo hoy día. En este momento, la gente intercambia activos de valor, realiza diversidad de transacciones, accede infinidad de canales noticiosos digitales, trabaja de manera remota y aprende en línea. Los cursos en LMS siguen siendo muy efectivos, pero aún difieren de la experiencia de realizar actividades interactivas inmersivas. Un alumno que aprende en Moodle o Blackboard no interactúa cara-a-cara con sus compañeros de clase o camina con sus profesores en diferentes escenearios del campus virtual. 

De lo que se habla es de la (co)presencia, un atributo de nuestras experiencias dentro del metaverso que es el resultado de la respuesta cognitiva de nuestro cerebro. Las interacciones en el metaverso nos dan la impresión de que estamos teniendo experiencias reales y creando recuerdos momorables. Los casos de uso no se limitan a la enseñanza clásica, por supuesto. En términos generales, el metaverso tiene el potencial de generar desafíos inimaginables, particularmente cuando se trata de hacer que la tecnología nos permita crear nuevas capas de relaciones humanas.  

A diferencia de las aplicaciones de comunicación instantánea, el metaverso tiene el poder de imitar o transmitir adecuadamente las interacciones humanas. La sensación de presencia y el realismo emocional marcan una gran diferencia. Su espacialidad proporciona familiaridad y relacionabilidad con el mundo real. Una tele-conferencia limita la fidelidad y los matices de las expresiones faciales y el lenguaje corporal. Además, coloca una barrera física y digital entre las personas. Sin embargo, en una sesión de realidad virtual o aumentada, se pude mostrar los gestos de los avatares mientras escuchan y hablan, así como tener una sensación de (co)presencia como lo haría si estuviéramos físicamente juntos. Todos se benefician cuando se conectan cognitiva y emocionalmente entre sí. 

Las interacciones digitales más personales también pueden generar el beneficio de hacernos más intencionales sobre nuestras vidas fuera de línea. Se recuperará el tiempo a medida que la colaboración inmersiva y el aprendizaje aumenten sus niveles de productividad. Esto permitirá recuperar las horas del día; tiempo que podemos pasar conectados con el mundo físico y las personas en él. El metaverso tiene el potencial de brindar un equilibrio que compense los efectos negativos de la digitalización, haciendo que el tiempo que pasamos en línea se sienta más humano disfrutando más de la vida que llevamos lejos de la tecnología. Pero esto debería practicarse en el contexto educativo desde el principio para aprender a establecer balances que no afecten nuestras relaciones con el mundo real.

En la entrevista de La Web del Maestro CMF (2021) la profesora Nélida Zaitegi plantea que el sistema educativo debe cambiar, pues el mundo ha cambiado y las necesidades del alumnado han cambiado fundamentalmente porque están viviendo escenarios totalmente diferentes. El sistema educativo se está quedando obsoleto. Hay que dar un cambio absoluto y hay que replantearlo de arriba hacia abajo. Es por eso que hay que iniciar desde los cimientos. Es lo que llaman innovaciones disruptivas o innovaciones radicales. Que es ir a la raíz de las cosas, el sentido, ¿para qué tenemos que educar aquí y ahora? Hay que hacer cambios absolutamente radicales si queremos acompañar a nuestro alumnado y sembrar para eso que queremos tener mañana. ¿Quién es el elemento fundamental de esto? El educador, porque nada va a cambiar, nada va a cambiar si el profesorado no cambia los paradigmas en que se fundamentan sus actos, creencias, actitudes, compromiso docente y su deseo de hacer lo mejor que se puede. Después, con una profesionalidady capacidad, hay que hacer las cosas que haya que hacer con el alumnado: nuevas metodologías, nuevas relaciones, el abordaje de conflictos y educación en valores.  

Camino López (2022) presenta una realidad que está ocurriendo actualmente en la práctica docente universitaria y corporativa con herramientas de Realidad Virtual y Aumentada: 

"Que el metaverso suponga un cambio significativo en la formación a todos los niveles dependerá de lo
torpes o diestros que seamos. Me explico: el eLearning existía antes de la pandemia y, se pensó, que la pandemia le aportaría un salto cuantitativo, poniéndolo a la par en calidad y relevancia que la formación presencial. ERROR. Por faltos de formación y, en muchos casos también, por faltos de respeto hacia los profesionales del eLearning y de toda la investigación en materia de educación virtual que se había hecho hasta la fecha, en vez de aportar ese salto cuantitativo desde donde ya se estaba, se inventó un nuevo eLearning basado en traducir las clases presenciales a virtuales a través de Zoom, atrasando la innovación educativa en materia de metodologías activas de hace 10 años. Esto puede volver a suceder y en este caso la víctima sería el metaverso, o mejor dicho, las personas que se quieren formar. Está en nuestra mano apoyarnos realmente en las personas que tienen el conocimiento ya que, aunque es cierto que en el caso del metaverso queda todavía por “inventar”, la extensa experiencia que tenemos en realidad virtual, aumentada, simulación, comunicación en Red y diseño de espacios de aprendizaje debería ser la base de ese gran impulso que le dará el metaverso a la formación. Y esto no es una broma. Si la pandemia pudo impulsar el eLearning, el metaveso resolvería el problema de la hibridación total. Nos jugamos mucho en materia de formación".  

Es por eso que diseñé este gráfico sobre los Enfoques Educativos. Nuestros profesores, maestros,  instructures, capacitadores y EduInfluencers deberían comprender que cada uno de los enfoques tienen postulados diferentes, aunque en algunos niveles superiores suele experimentarse algunas similitudes que se podrían replicar. Lo cierto es que se están utilizando los mundos inmersivos para replicar la misma pedagogía clásica de transmitir contenidos y datos declarativos en las sesiones virtuales sincrónicas. La experiencia de aprendizaje en los Eduversos no puede ser la misma que se realiza en el encapsulamiento del aula física de nivel escolar. Es decir que seguimos confinando el proceso de aprendizaje como si estuvieramos antes de la propagación global del COVID-19. No deberíamos replicar las deficiencias burocráticas y deficiencias del mundo educativo real. Nuestros dirigentes educativos pretenden preplicar lo mismo en los metaversos porque son poco originales. Ellos transfieren los problemas y la disfuncionalidad del sistema educativo offline a los mundos inmersivos online. Este es el momento de (re)pensar los modelos mentales, operacionales, organizacionales, actitudinales, estructurales, socio-culturales y educacionales.

Aprender en escenarios de realidad virtual conlleva el diseño efectivo de nuevos ecosistemas de aprendizaje en los que se integran nuevas herramientas interactivas, nuevas experiencias de usuario (UX), diversidad de formatos de representación del conocimiento, metodologías activas, aprendizaje ágil, nuevos roles docentes (acompañantes del desarrollo cognitivo), mayor dinamismo estudiantil y nuevas estrategias de evaluación. No debemos seguir sentando a los avatares para tomar notas del discurso docente. No debemos seguir evaluando el aprendizaje a través de pruebas estandarizadas. Esa pedagogía convencional está obsoleta en el nivel superior. Tenemos que (co)diseñar nuevos modelos adaptados al enfoque educativo que se requiera implantar en la experiencia de aprendizaje. En estos momentos no tenemos libros, ni guías con recetas mágicas que nos digan cómo diseñar una educación efectiva en las plataformas inmersivas. Somos nosotros los educadores los que tenemos la encomienda de escribir conjuntamente la nueva teoría educativa del siglo 21 cambiando nuestros paradigmas, modelos mentales, práctica instruccional, roles docentes, creencias, actitudes, compromisos y deseos de una nueva educación articulada a la altura de este tiempo.  


Ahora definiremos cada uno de los enfoques educativos para establecer la diferencia entre la pedagogía, andragogía, paragogía, heutagogía y cibergogía. Esto nos ayudará a tener un cuadro más claro al momento de diseñar nuestras primeras experiencias educativas inmersivas:
  1. Pedagogía: Ciencia que estudia la metodología y las técnicas que se aplican a la enseñanza y la educación, especialmente la infantil. El origen de la pedagogía se remonta a la Antigua Grecia. Etimológicamente, deriva del griego paidos que significa niño y agein que significa guiar, conducir. Por tanto, se puede definir como una ciencia social enfocada en la investigación y reflexión sobre la educación. Esta ciencia sirve para de sistematizar y optimizar los procesos educativos, para lo cual trata de recopilar datos sobre el hecho educativo, clasificarlos, estudiarlos, sistematizarlos y concluir una serie de principios normativos (UNIR, 2021).

  2. Andragogía: Es el arte y la ciencia de cualquier forma de aprendizaje de adultos. El término puede ser supuestamente equivalente al término pedagogía. En griego significa conducción de hombres, en comparación con pedagogía, que significa conducción de niños. Sin embargo, cabe señalar que el término pedagogía se ha utilizado desde la época de la Antigua Grecia, mientras que Alexander Kapp, un educador alemán, utilizó por primera vez el término en 1833. En 1984, Knowles sugirió 4 principios que se aplican al aprendizaje de adultos:
    1. Los adultos deben participar en la planificación y evaluación de su instrucción.
    2. La experiencia (incluidos los errores) proporciona la base para las actividades de aprendizaje.
    3. Los adultos están más interesados en aprender temas que tienen una relevancia e impacto inmediatos para su trabajo o vida personal.
    4. El aprendizaje de adultos se centra en los problemas más que en el contenido (Christopher Pappas, 2013).

  3. Paragogía: EdTech Review (2013) lo define como una colección de las mejores prácticas de aprendizaje efectivo entre pares. Es una teoría de aprendizaje-enseñanza entre pares que aborda el desafío de producir un contexto útil y de apoyo para el aprendizaje autodirigido. El concepto se basa en los siguientes principios: 
    1. Empoderar a la población mundial de estudiantes automotivados que usan medios digitales para conectarse entre sí, para (co)construir conocimiento y (co)aprender. 
    2. El aprendizaje es un proceso social, activo y continuo. 
    3. El coaprendizaje es antiguo; la capacidad de aprender por imitación y más, de enseñar a otros lo que sabemos, es la esencia de la cultura humana. Somos humanos porque aprendemos juntos. 
    4. Cada vez es más claro que con las herramientas actuales y cierta comprensión de cómo hacerlo, los grupos de estudiantes autodirigidos pueden organizar sus propios cursos en línea.

  4. Heutagogía: Es una especie de complemento de dos conceptos anteriores: pedagogía y andragogía. La diferencia clave es que la heutagogía es una estrategia autodeterminada: un instructor, maestro u otro árbitro no está necesariamente involucrado, a menos que el individuo elija involucrar a uno en algún momento. Es importante pensar en ello como un aprendizaje autodeterminado, no como un “aprendizaje informal” en contraste con el “aprendizaje formal”. También es importante reflexionar sobre el hecho de que todas las personas con acceso a Internet, en una medida u otra, ya han adoptado la heutagogía como parte clave de su estrategia de aprendizaje personal. El término se originó en la década de 1990, por los profesores Stewart Hase y Chris Kenyon, de la Universidad Southern Cross en Australia. Este enfoque consiste en compartir conocimientos en lugar de acapararlos. En este sentido, la heutagogía mira hacia el futuro en el que saber aprender será una habilidad fundamental dado el ritmo de la innovación y la estructura cambiante de las comunidades y los lugares de trabajo (Hautagogy Community of Practice, NT).

  5. Cibergogía: Enfoque de aprendizaje virtual para expandir el aprendizaje cognitivo, emocional y social de los estudiantes. Actualmente las personas de todas las edades están familiarizadas con la tecnología. Así que el avance y uso de las TIC en las actividades de enseñanza-aprendizaje ha impactado en gran medida el ambiente de los estudiantes. La cibergogía se enfoca en ayudar a los jóvenes y adultos a aprender ágilmente a través de los entornos virtuales. Este enfoque es reconocido como una modalidad innovadora de diseño instruccional utilizando las TIC y el ciberespacio. El ciber-aprendizaje alienta a los adultos y niños a usar computadoras e Internet para acceder diversidad de experiencias de aprendizaje. Aquí se combinan los fundamentos de la pedagogía y andragogía, aprovechando los beneficios del aprendizaje habilitado por la tecnología para un mejor resultado de aprendizaje (Rupendra Joshi, 2018).

Según Stephen Fromkin (2022) las experiencias inmersivas poseen la capacidad de hacer que las interacciones digitales se sientan más humanas. Si bien apenas comenzamos a arañar la superficie, ya existen potentes aplicaciones para el aprendizaje y la educación. Las experiencias de aprendizaje de VR/AR tienen la capacidad de superar los métodos pasivos como: dictar contenidos para anotarlos, contestar preguntas, buscar respuestas correctas y aprobar exámenes digitales. El contenido dinámico, altamente interactivo y, a menudo, emocionalmente realista creado por los profesionales del aprendizaje XR llega a los usuarios de una manera más significativa. El aprendizaje en el metaverso puede conectar a estudiantes de todo el mundo y empoderarlos para interactuar de manera significativa al tiempo que proporciona una accesibilidad sin precedentes. Ese aprendizaje es más interactivo e impactante, al permitirnos simular todo, desde una conversación hasta una cirugía.

En su primera implementación, el programa Skill Immersion Lab demostró que más del 85 % de los alumnos se sentían muy seguros al hablar con otros después de completar experiencias de aprendizaje inmersivo. El 85 por ciento informó que su capacidad para encontrar las palabras correctas al expresar sus ideas mejoró durante el programa. Además, el 90% de los alumnos reconoció que volvieron a revisar sus respuestas para ver cómo podían mejorar cuando terminaron la lección. Su sinopsis sobre el programa concluyó que el contenido de aprendizaje inmersivo ofrece resultados, y la siguiente prioridad debería ser ponerlo en manos de tantos estudiantes como sea posible (Stephanie Nashawaty, 2021).

Los estudiantes aprenden mucho sobre qué comunicar en un entorno profesional, pero lograr que aprendan el cómo hacerlo y el porqué hacerlo mientras maniobran a través de relaciones de múltiples niveles, es crucial para garantizar que estén preparados para los muchos tipos de escenarios comunicativos que experimentarían en la fuerza laboral. Permitir que los estudiantes participen en experiencias de realidad virtual desde el principio les da una ventaja para crear conciencia a través de la comunicación verbal y no verbal, no solo para ellos mismos sino también para los demás.  

No cabe la menor duda que los campos de investigación científica y la neurociencia tomarán otros rumbos nunca antes imaginados. Es responsabilidad de nosotros estar al tanto de las publicaciones más recientes sobre estos temas. No nos sentemos a esperar que el sistema contrate nuevos recursos para darnos conferencias sobre Educación Inmersiva. Debemos inscribirnos en las revistas digitales, comunidades de práctica, foros o congresos educativos. La mejor manera de aprender sobre los mundos inmersivos es creándolos nosotros mismos y participando en directo con nuestros estudiantes.  Los expertos en todas las disciplinas deben salir de sus silos y conectarse en redes de materias multidisciplinarias. Un solo experto, o incluso una sola disciplina, es obsoleta en la era de las redes. Solo las redes colaborativas nos ayudarán a dar sentido a los complejos desafíos que enfrentamos: cambio climático, degradación ambiental, pandemias, agitación política, etc. (Jarche, 2021). 

Heather McGowan (2021) entiende que vivimos en tiempos de cambios acelerados impulsados por tecnologías en crecimiento exponencial y una economía de mercado global cada vez más hiperconectada e interdependiente. Como resultado, las tareas laborales como las conocíamos en el pasado se han atomizado (divididas en fragmentos de trabajo que se pueden realizar en cualquier parte del mundo), automatizado (alcanzables o solucionables mediante tecnologías computarizadas) y aumentado (como lo ilustran las tecnologías que amplían las capacidades humanas física y cognitivamente). Esta remodelación de tareas requiere que reconsideremos nuestros sistemas de educación y desarrollo de la fuerza laboral, nuestra organización del trabajo y de los trabajadores, nuestro proceso de atracción y retención de talentos (incluido el aprendizaje y el desarrollo) e incluso de nosotros mismos...
 
Para cerrar este artículo, el investigador disrruptivo, Juan D. Farnós, comparte varias interrogantes que deberíamos contestar en futuras investigaciones:
  • ¿Estamos preparados para entrar en un mundo virtual, tanto social, tecnológico, empresarial, como educativo?
  • ¿Realmente entenderemos para qué nos servirá vivir en lo virtual cuando lo físico es lo que hemos tenido siempre?
  • ¿Lo virtual será capaz de mejorar lo físico? ¿Cómo podemos estar seguros?
  • ¿Dónde se ubicará la educación superior en el metaverso emergente?
  • ¿Los colegios y universidades albergarán sus propias "islas" de campus (Eduversos)?
  • ¿Los megamalls virtuales de escaparates ofrecerán certificados y certificaciones alojados por una plétora de instituciones?
  • ¿Las certificaciones virtuales nos servirán como las que obtenemos en las instituciones físicas?
  • ¿Estará representada su institución, dando la bienvenida a estudiantes virtuales de todo el mundo real para que participen en el aprendizaje en 3D las 24 horas del día?
Es importante que las universidades discutan las oportunidades que se tienen ahora. Debemos estar preparados para ayudar a construir el metaverso si queremos asegurarnos de que haya un lugar viable para nosotros en el mundo virtual del futuro. ¿Están dirigiendo estas discusiones en su campus universitario?

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