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domingo, 23 de agosto de 2020

El tiempo me dio la razón...

En esta entrada les comparto una de mis tantas experiencias laborales como profesor universitario. Ser docente fue una de las experiencias más gratificantes que he tenido. Esas experiencias me enseñaron a conocer muy de cerca a los estudiantes y ha desarrollar habilidades muy necesarias para mi trabajo actual que se basa en capacitar a los compañeros profesores en la integración tecnológica en sus procesos de enseñanza y aprendizaje.

Luego de haber prescindido mis servicios profesionales como profesor de Educación en 2003, fui contratado nuevamente en 2012 para impartir el curso básico de la Microcomputadora en la Educación. El curso original había sido actualizado con algunas de las recomendaciones que había sometido en mis primeros años docentes. Fue muy gratificante revivir en 2012-13 mis experiencias docentes con los estudiantes del programa de Educación. Fue muy decepcionante el trato que me dio la directiva por segunda ocasión. He llegado a pensar que nunca me aceptaron como miembro del claustro por ser y actuar diferente a ellos.

La primera tarea fue revisar el currículo (prontuario) para estructurar el curso en las 16 semanas que conlleva el semestre académico. El curso mantenía su formato original que consistía en practicar las funcionalidades básicas de Microsoft (Word, PowerPoint, Excel e Internet Explorer). Dicha práctica era complementada con la teoría sobre el uso de la computadora en la sala de clases, historia de la computadora y sus componentes (hardware y software). Es decir, el curso estaba diseñado para que los estudiantes contestaran las preguntas tecnológicas que aparecían en la prueba de reválida, conocida como las PCMAS.

Para ese tiempo, pensaba que el curso podía ser complementado con nuevas herramientas web, aplicaciones móviles y plataformas tecno-educativas gratuitas que los estudiantes podían utilizar en su práctica docente. La sala de clases no solo se componía de microcomputadoras, sino de portátiles, tablets y teléfonos móviles inteligentes. La computadora en la educación no era únicamente la integración de las herramientas de Microsoft en la sala de clases. Había mucho más que mostrarle a los estudiantes en el curso. De modo que me tomé el atrevimiento de modificarlo con nuevas herramientas, plataformas y aplicaciones móviles. Y que conste, que lo hice sin alterar el orden pre-programado del bosquejo del curso. Solo le añadí algunas herramientas y recursos innovadores en las últimas sesiones del ciclo académico.

Más que crear presentaciones en PowerPoint, les enseñé a mis estudiantes a diseñar módulos instruccionales interactivos con textos, botones de navegación, hiperenlaces, sonidos y vídeos. Los estaba preparando para que aprendieran a diseñar sus propios contenidos personalizados, sin tener que depender de las casas editoriales y las imposiciones del Departamento de Educación (DEPR). Lo hice pensando que en un futuro la educación se realizaría de manera virtual, sin tener que estar físicamente congregados en el aula. Es decir, estaba llevando la microcomputadora más allá de la sala de clases convencional. Quería que mis estudiantes fuesen profesionales autosuficientes capaces de diseñar sus propios recursos de aprendizaje en medio de la escasez de materiales y recursos que había en aquellos años.

 

Le mostré a los estudiantes que había otras herramientas para diseñar presentaciones en formato digital (Prezi), sin tener que grabarlas en sus dispositivos de flash memory. Compartí algunas aplicaciones móviles para hacer prácticas, repasos o pruebas en línea (ThatQuiz). Realizamos presentaciones virtuales a través de la plataforma WizIQ. Les mostré cómo utilizar Twitter para crear Redes de Aprendizaje Personalizados (PLN). Llegamos a hacer trivias tecnológicas en horarios nocturnos para que los estudiantes aprendieran fuera de las horas de la clase y obtuvieran puntos de bono por su participación. Ofrecí algunas secciones en la modalidad virtual para que los estudiantes experimentaran las virtudes del aprendizaje fuera de las cuatro paredes del laboratorio de computadoras al que estaban obligados a asistir. En esas sesiones virtuales pude comprobar que los estudiantes participaban más que en las clases presenciales. Ellos preguntaban más, hacían comentarios y narraban sus experiencias en el bloque del chat.

Como todo educador novato en esta dimensión, lo que hice fue transferir la clase presencial al formato virtual, pensando que lo que hacía estaba bien. Con el pasar de los años aprendí que la modalidad educativa virtual requiere otra manera de diseñar el curso, con actividades instruccionales y estrategias de evaluación completamente diferentes a la modalidad presencial. Gracias a los grandes pensadores y colegas educadores que compartieron en sus plataformas digitales sus conocimientos, destrezas y experiencias sobre el diseño instruccional de cursos en línea. Asistir a eventos educativos virtuales me ayudó muchísimo a entender los nuevos postulados de la Educación Digital del Siglo 21.  

En esos años la Educación a Distancia y el eLearning eran considerados como una educación de segunda categoría. Todavía se publicaban investigaciones concluyentes que en las clases presenciales se obtenían mejores resultados y mayor aprovechamiento académico que en las clases virtuales. Ofrecer sesiones virtuales representaba una amenaza al sistema universitario oficialista. Incluso, en años anteriores llegaron a circular reglamentos y normativas amenazantes a aquellos educadores que se atrevieran a ofrecer clases en línea. Esas horas serían consideradas como ausencias y los profesores tendrían que reponer dichas sesiones en la sala de clases. La política institucional establecía que la plataforma LMS solo podía utilizarse como complemento de la clase presencial. 

Un día, justo cuando mis estudiantes estaban ofreciendo sus conferencias virtuales a través de WizIQ fue que recibí la visita del Comité Departamental para evaluar la clase y mi desempeño como docente. La verdad es que había olvidado por completo la visita del comité para evaluar mi curso. Les dije que con gusto podían evaluar la clase que se estaba llevando de manera virtual. Los estudiantes se encontraban dispersos en diferentes lugares (biblioteca, pasillos, establecimientos públicos, hogares). La profesora se quedaba mirando la pantalla y no entendía la dinámica que se estaba llevando en la clase. De modo que decidió cancelar la visita y repogramarla cuando tuviera a los estudiantes en el laboratorio. Y así sucedió... confirmé su visita para mi próxima sesión teórica. 

La clase presencial se ofreció sin dificultades mayores. Demás está decirles que obtuve un 98% de efectividad en la evaluación. Lo único que me cuestionaron fue la alteración del bosquejo del curso con contenidos didácticos y actividades instruccionales que no estaban contempladas en el currículo oficial. La profesora me pidió el prontuario del curso para examinar si el contenido didáctico que estaba discutiendo estaba alineado con bosquejo del curso. Le dije a la profesora que lo tenía en formato digital, que se lo podía enviar por correo electrónico. Ella me dijo que lo necesitaba impreso. Nada, quedé en imprimirlo y dárselo a la mano. Todavía imperaba la cultura impresa en las gestiones administrativas...

Para resumir la historia, la evaluadora llevó su queja ante el Comité de Currículo Departamental ya que este servidor estaba alterando el bosquejo del curso. El comité decidió prescindir nuevamente mis servicios como docente, por entender que yo estaba por encima de la realidad de nuestro Departamento de Educación (DEPR). ¡Sí, es cierto! Nuestras escuelas no ofrecían clases virtuales, no utilizaban plataformas tecnológicas ni aplicaciones móviles en sus clases. El DEPR atraviesa por una estructura física débil, escasez de materiales, recursos, herramientas y de un personal profesional capacitado. No por eso, tenemos que arrastrar a nuestros futuros maestros a la misma miseria del sistema educativo al que aspiran ingresar. El comité decidió proteger el currículo del curso, no así a sus estudiantes, quienes deben prepararse para la educación del futuro. Un currículo adaptado perferctamente a sus propias limitaciones estructurales, organizacionales, pedagógicas, tecnológicas y cognitivas. La falta de maestros preparados para dictar cursos a distancia en nuestras escuelas proviene de la ineficiencia de los Programas de Educación Universitarios. ¡Esa es la VERDAD que muchos dirigentes no quieren aceptar!   

  • ¿Por qué dictar un curso de la Microcomputadora en la Educación cuando los estudiantes también utilizan tablets y teléfonos móviles inteligentes? No tiene sentido anclarse en una sola herramienta tecnológica en un momento de alta proliferación de plataformas, sistemas y aplicaciones tecnológicas emegentes.  
  • ¿Por qué dictar un curso a tono con la realidad del DEPR? ¿Por qué seguir fomentando la escasez institucional, cuando en la web abunda una riqueza de herramientas tecnológicas y contenidos digitales que ayudan a aumentar el esfuerzo humano para fomentar aprendizajes?
  • ¿Por qué obligar a los futuros maestros a utilizar las costosas herramientas de Microsoft Office, cuando existe una diversidad de plataformas gratuitas y de bajo costo que hacen las mismas funciones, o incluso, las superan por mucho? 
  • ¿Si la Universidad se conoce como el centro primario de desarrollo del conocimiento, por qué sigue enseñando conocimientos, metodologías y prácticas pedagógicas que ya no responden a este tiempo? ¿Por qué seguir formando maestros del siglo 20 en pleno 2020? ¿Por qué seguimos fomentando una pedagogía clásica de certezas sólidas en vez de adaptarnos a una época de modernidad líquida (ahora gaseosa) llena transformaciones sin precedentes y radicalmente inciertas.
  • ¿Por qué seguir preparando maestros para hacer tablas de informes en Word, presentaciones, cuentos en PowerPoint y gráficas de resultados en Excel? El Educador del Siglo 21 es mucho más que esas destrezas ofimáticas.
  • ¿Por qué seguir ofreciendo un curso obsoleto perteneciente a una era educativa que ha dejado de existir? Deberían eliminar ese curso y crear uno nuevo adaptado a la realidad educativa del siglo 21?

Ahora que vivimos los estragos de los huracanes (Irma y María 2017) #PRSeLevanta, cierre de Escuelas 2017-18, movimientos sociales #Verano2019, sismos de enero 2020 #PRTiembla y #COVID19, nuestra Educación ha pasado por una serie de interrupciones nunca antes imaginadas. Desde 2005 pensaba que la Educación ya no debería ser lo mismo que es ahora. La Escuela y Universidad deberían articularse a la altura de estos tiempos. Lo exponía en diferentes foros internacionales en los que fui invitado a participar. Esta fue la punta de lanza que me motivó a publicar el libro Derrumbando las Catedrales del Conocimiento en 2019.

Ahora que el sistema educativo ha cerrado desde marzo 16 hasta el día de hoy por la pandemia del COVID19, he llegado a la conclusión de que el tiempo me ha dado la razón. Jamás pensé que lo que hacía en clases hace ocho años atrás era una preparación para lo que hoy tenemos que enfrentar; un microorganismo que nos obliga a mantener un distanciamiento físico indefinido. Lo que antes era una afronta para la educación universitaria, ahora es una obligación que los docentes deben de ejercer para mantener las operaciones docentes y administrativas del nuevo año académico 2020-21. 

Antes, el uso del teléfono inteligente era prohibido en las salas de clases. Ahora es la herramienta tecnológica que salvará el nuevo y atropellado año académico. Antes, la educación a distancia era criticada por no estar a la altura de la experiencia de enseñansa convencional. Ahora es la modalidad que todos los docentes han tenido que aprender de manera abrupta para mantener la continudad académica remota. Muchos docentes añoran regresar a la normalidad de la educación presencial, pero lo cierto es que les será complicado reunir todos los días a sus estudiantes en los futuros ciclos académicos. La Educación Híbrida se convertirá en la nueva norma de la Educación Superior. El uso de los espacios físicos irá reduciéndose paulatinamente, a la misma vez que surgirá la necesidad de expandir dichos espacios para mantener mayor distanciamiento entre las personas congregadas. Muchas universidades carecen de espacios expandibles, lo que las llevará a adoptar la modalidad combinada como mecanismo salubrista permanente. La pregunta que formulo es cuánto tiempo los docentes tradicionales estarán dispuestos a continuar esta modalidad virtual combinada. El nuevo fenómeno del CoronaTeaching se hace más evidente en el inicio del nuevo año académico.

La Educación a Distancia no es de este tiempo, hace 20 años que veníamos ofreciendo conferencias y talleres sobre eLearning, herramientas web gratuitas, plataformas de tele-educación y aplicaciones móviles. La riqueza de contenidos didácticos actualizados y herramientas digitales gratuitas y de bajo costo fueron presentadas a la comunidad universitaria en varios eventos: abril de 2014 y octubre de 2014. El año pasado organizamos el 1er Congreso Iberoamericano Virtual de Disrupción Educativa (CIVDE2019). Muy pocos miembros de la administración y la docencia se interesaron en asistir a estos eventos tecno-educativos innovadores. La resistencia al cambio de un sistema pedagógico industrial, al desaprendizaje de modelos mentales irrelevantes y al re-aprendizaje de los nuevos paradigmas heutagógicos, son las causas principales del estantamiento que muchas universidades confrontan hoy día. 

La concecuencia experimentada es la urgencia de capacitar en unas semanas a decenas de profesores que nunca habían utilizado plataformas tecnológicas, herramientas web ni aplicaciones móviles en sus cursos. Educadores que se acostumbraron a que los Especialistas TIC, Tecnólogos Educativos y Diseñadores Instruccionales les resolvieran cada uno de sus inconvenientes técnicos en sus cursos, sin aprender cómo resolverlos en futuras ocasiones. Esa es la Pedagogía de la Dependencia que siempre he señalado en mis pasadas publicaciones y conferencias. Los docentes del siglo 21 deben prepararse para la autosuficiencia y autorealización de sus funciones pedagógicas y administrativas. Deben aprender a diseñar sus proios ecosistemas de aprendizaje personalizados para llevar sus clases a los estudiantes y no obligarlos a entrar a sus salas de clases. Esto se debe a que el personal administrativo de apoyo tecnológico no podrá atender todas las necesidades de los docentes y estudiantes al mismo tiempo.

Ahora en 2020 nos damos cuenta que el nivel cognitivo de algunos profesores universitarios se ha quedado muy por detrás del desarrollo global. Sus modelos mentales, conocimientos del contenido experto, conocimiento pedagógico / heutagógico, destrezas / habilidades tecnológicas y procedimientos operacionales / organizacionales están en plena obsolescencia. Se ha puesto en entredicho el valor del título universitario como el indicador exclusivo para ingresar al mercado laboral del milenio. Lo más preocupante de todo, el surgimiento de nuevos programas académicos alternativos de corta duración lanzados por las plataformas edu-tecnológicas emergentes. Estos programas entrarán al escenario educativo superior a competir con la formación universitaria clásica. Se habla de una nueva norma educativa compuesta de celebridades, influencers, consultores, expertos, coaches y EduTubers. Los mejores educadores ya no serán los que están en las aulas, sino aquellos que estarán más accesibles en las redes. La proliferación tecnológica de la época ha provocado nuevos fenómenos socio-cognitivos que están acelerándose por la contigencia del COVID19. Lo que está por verse es si los jóvenes de la Generación Z y Alpha se atreverán dar el salto hacia esta nueva educación alternativa

A partir de hoy, los debates educativos se dirigirán hacia la calidad y efectividad de los programas académicos de la Formación Universitaria vs la Formación Profesional (en las plataformas tecnológicas). Los normalistas harán todo lo posible por regresar al formato clásico de enseñanza presencial asistida por tecnologías al finalizar la emergencia del Coronavirus. Mientras, los disruptores se dirigirán hacia una Educación Híbrida diseñando nuevos ecosistemas virtuales de aprendizaje. La velocidad de enseñanza de los profesores tradicionales no podrá alcanzar la velocidad de aprendizaje de las nuevas generaciones estudiantiles. La entidad física del aula dejará de ser el lugar exclusivo de aprendizaje de la sociedad, al igual que los profesores dejarán de ser los sabios del escenario. Es imperativo iniciar una reestructuración de las instalaciones físicas universitarias para adaptarlas a las realidades globales del siglo 21, en las que se interacciona, dialoga, debate, reflexiona, actúa, se desplaza, aprende y trabaja de maneras diferentes... 

 

Termino este post compartiendo las siguientes reflexiones: 

1. Nos están hackeando el Sistema Eucativo Superior, porque las Universidades se han quedado ancladas en una época que nada tiene que ver con lo que vivimos hoy día. Robert Fray predice que la compañía más grande de Internet del 2030, será una Empresa Educativa que todavía no existe hoy día. 

2. La Educación Superior se enfocará más en las Capacidades de Aprendizaje que en las Metodologías de Enseñanza. Y esto se debe a que el Mundo Moderno está cambiando de un paradigma industrial, enfocado en la mano de obra de los egresados, a un nuevo paradigma digital, centrado en las mentes de obra de los profesionales. Esto significa que las universidades deberían centrarse más en el desarrollo cognitivo de orden superior y no tanto en los resultados de exámenes y pruebas de reválida.

3. Tendría sentido plantearnos qué hacer para que el futuro venga realmente del futuro y no de la repetición del pasado. Sin embargo aún estamos rodeados de gestores que tratan de “ordenar” la complejidad, cuando deberíamos esperar de nuestros líderes que acometan transformaciones reales (Future of Work). 

4. En esta Era Digital somos nosotros los educadores los que debemos iniciar la transformación educativa del milenio. No son los políticos, los ministros, ni dirigentes universitarios los que construirán los cimientos de la Educación Digital.  

5. ¿Cómo algunos profesores se atreven a argumentar que los estudiantes perderán su tiempo si no asisten a la universidad, cuando muy probablemente, lo único que no hayan logrado es contestar correctamente un conjunto de preguntas para aprobar un examen, y recibir un diploma que les asegura, únicamente, que han perdido su capacidad de generar ideas propias?

martes, 15 de enero de 2008

El Web-educador del siglo XXI

Desde que ingresé en la cátedra en el nuevo milenio siempre me llamó la atención la integración de la tecnología en la cultura académica. Las experiencias personales, a lo largo del tiempo, me han permitido confirmar que los recursos tecnológicos aportan significativamente en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Hoy día he podido adquirir el conocimiento necesario para diseñar cursos Web y adminisrtar las plataformas de educación a través de la Web (Blackboard/Moodle). Los paradigmas emergentes y las nuevas filosofías pedagógicas promueven la integración de la tecnología debido a la gran proliferación y convergencia entre las Tecnologías de la Comunicación e Información (TICs), conexión de redes, la Web 2.0 y la diversidad formatos (HTML; PHP; AJAX; XLS). Por lo tanto, la educación actual demanda nuevos retos que deben ser atendidos con nuevas formas para solucionarlos. La tecnología es un recurso de vital importancia para el desarrollo de una sociedad competitiva y que promueva el desarrollo del conocimiento en cada uno de sus ciudadanos.

Por tanto, es mi deseo compartir con ustedes cibernautas de la blogósfera una serie de recomendaciones que debería considerar un educador para lograr la excelencia académica de su/s curso/s Web:
  1. El curso Web no es lo mismo que un curso presencial: Al inicio se pensaba que diseñar un curso Web era tan fácil como transferir el prontuario/silabario, los contenidos didácticos y las actividades instruccionales de evaluación (de sesiones presenciales) a la plataforma de administración de cursos Web. La idea de que el curso Web es como la ropa ''one size fits all" es totalmente desacertada, pues cada curso depende de la naturaleza de la tarea que se va impartir en su entorno virtual.

    A) Los prontuarios/silabarios deberán rediseñarse al formato híbrido o en línea. Esto significa que la descripción del curso, los objetivos instruccionales (destrezas, conocimiento, habilidades) las metas, la asistencia, las horas de oficina (presencial/virtual), las actividades instruccionales, las actividades de evaluación, los textos y las recursos bibliográficos complementarios deberán adaptarse a la modalidad de enseñanza virtual. Hay que detallar qué actividades se realizarán en línea o en la sala de clases, cómo se tomarán los exámenes (electrónicos o en papel, a distancia o en el laboratorio de computadoras), cómo se pasará la asistencia (virtual), cómo establecer comunicación con los participantes (dentro de un margen de tiempo razonable), cómo hacer las tareas para la clase, los proyectos, las investigaciones y cómo se calificarán las mismas. Se recomienda que cada actividad instruccional presente a los estudiantes una rúbrica de evaluación que contenga todos los elementos que se considerarán para adjudicar la puntuación final. De este modo ellos sabrán cómo serán evaluados por sus trabajos.

    Tanto los contenidos como las actividades interactivas de evaluación deben estar descritas detalladamente para que los estudiantes sepan qué hacer, cómo hacerlo, para qué hacerlo y dentro de qué término de tiempo se debe hacer y enviar (si aplica). De igual modo el educador debe aclarar las diferentes formas de envío de las actividades de evaluación interactivas. De haber problemas técnicos, los estudiantes pueden recurrir a otras formas alternas para cumplir con sus tareas. El educador debe propiciar el entorno adecuado para que los alumnos entreguen sus trabajos a tiempo y sin excusas. Todas las acvitidades interactivas de evaluación y contenidos didácticos deben tener su descripción/introducción, objetivos instruccionales, objetivos de evaluación y calificación. Es decir, debe haber un alineamiento entre el prontuario/silabario y las actividades instruccionales diseñadas en el curso Web. Recuerde que el prontuario del curso es el contrato que establece las reglas de juego entre el educador y los estudiantes en el curso. Actividad que haya que realizar; actividad que debe aparecer en el prontuario con su puntuación y equivalencia.

    B) Los contenidos didácticos deben rediseñarse en formatos de módulos interactivos virtuales. Muchos educadores transfieren sus presentaciones en PowerPoint al sistema de Web-educación. Dichas presentaciones fueron diseñadas para conferencias en la sala de clases. Los contenidos presentados consisten en oraciones cortas o frases sencillas que ayudan al mentor a abundar los conceptos relacionados de manera verbal. Por tanto, los estudiantes carecen de contenido significativo que ayude a entrar en el procesamiento cognitivo adecuado, realizando solamente actividades de memorización y repetición de los conceptos presentados.

    Algunos educadores utilizan portales o páginas Web creadas por otros para utilizarlas como recursos de aprendizaje. Es un gran beneficio incorporar en sus cursos "objetos de aprendizaje" provenientes de otras fuentes. Para qué reinventar la rueda nuevamente. La idea de utilizar otras fuentes de información es para mostrarle a los aprendices la infinita disponibilidad de contenidos diversos que se pueden acceder desde la Web. Utilizar otros recursos informativos para la mera extracción de contenidos hace que los aprendices sólo accededan a la información para memorizar lo que dicen otros - o copiar y pegar la información- porque el entorno didáctico diseñado por su mentor no les da el espacio para entrar en procesos cognitivos de alto nivel como: construir conocimiento, solucionar problemas, analizar situaciones, evaluar opciones, sintetizar hechos, realizar procesos o procedimientos, construir productos útiles, desarrollar habilidades, deconstruir y reconstruir el conocimiento nuevo.

    Sería maravilloso que el educador se convierta en el autor intelectual de sus contenidos didácticos. Que promueva la creatividad de sus estudiantes de manera activa y dinámica. Construir nuestro própio contenido didáctico se basa en contextualizar nuestra realidad social que nos distingue como pueblo dentro del marco universal del conocimiento. El Web-educador tiene a su disposición diversas herramientas de diseño de contenidos. Se recomienda diseñar módulos interactivos con acceso a otros contenidos dentro y fuera del mismo módulo. Se puede reducir el tamaño del texto para incluir mayor información textual e imágenes, incorporar diferentes formas de representación de contenidos (audiovisuales/multimedios) e incluir fuentes bibliográficas complementarias al texto del curso (revistas electrónicas, blogs especializados, páginas Web, fotocopias, etc.). La interfaz del módulo debe contener botones de navegación, índice con hipervúnculos a temas de interés, una introducción, descripción de los objetivos instruccionales, contenidos variados y cortos. Se debe fomentar la investigación, la lectura, escritura y la exposición oral como destrezas esenciales de la comunicación en todas las carreras profesionales.

    C) Las actividades instruccionales de los cursos Web deben ser rediseñadas para que los estudiantes puedan realizarlas desde la distancia. Muchos educadores diseñan actividades sin detallar cuáles son los objetivos instruccionales, las actividades a realizar, las diferentes formas de envío dispinibles en caso de interferencias con las redes, las fechas de envío o entrega, las puntuaciones y equivalencias de la calificación final. El curso debe tener espacio para que los estudiantes se congreguen virtualmente y se brinden apoyo mutuo en caso de tener dudas o dificultades con las actividades. Puede incorporarse al entorno Salas de Charlas (Chat), Foros de discusión (Discussion board) o el Correo Electrónico como herramientas de comunicación entre los participantes. Es responsabilidad del educador establecer las horas de contacto con sus estudiantes para ofrecerles apoyo y asistencia apropiada. No es recomendable seguir una conducta acomodativa en la que el educador agrega sus contenidos y actividades y no vuelve a entrar al curso hasta que tenga que corregir las tareas del momento. El educador debe entrar al curso constantemente para monitorear a todos los estudiantes que lo acceden, ofrecer el apoyo necesario, facilitar el conocimiento, partiripar de las experiencias educativas, moderar los entornos interactivos, interaccionar con los aprendices, explicar detalladamente las actividades de la clase, ofrecer sus horas de oficina virtual, agregar las calificaciones a la mayor brevedad posible y actualizar sus contenidos o instrucciones constantemente. Es importante que todas las actividades que se realicen en el curso Web aparezcan descritas en el prontuario/silabario. Cada actividad instruccional debe incluir los siguientes elementos: Descripción de la tarea (en qué consiste), especificaciones detalladas (cómo realizarla), objetivos instruccionales (con qué propósito se hace), fecha de terminación (cuándo enviarla/entregarla), métodos alternos (cómo la envío/entrego) y formas de contacto (entornos para la colaboración social).

    1. El curso Web no es sólo el contenido: Siempre se ha pensado que diseñar un curso es simplemente agregar los contenidos didácticos creados para la modalidad presencial a la plataforma de Web-educación. Sin embargo, la esencia del curso Web está en la experiencia que se realiza en el mismo. Un buen curso Web fomenta la participación activa de los estudiantes en los Foros de Discusión, las Salas de Charlas, Buzones de depósitos digitales, Creación de Blogs, Wikis o Páginas Web y el uso de otras herramientas de colaboración social de la Web 2.0. De lo que se trata es de hacer del curso Web uno activo y dinámico en el que se fomente la lectura, escritura, la investigación, interacción constante y la colaboración entre todos los participantes (incluyendo al educador). La experiencia adquirida sirve como base para la aplicación del conocimiento dentro del campo de estudio. Un buen curso Web fomenta la gestión del conocimiento, la solución de problemas, la creación de nuevos productos útiles, tolerancia hacia los demás, una conducta moral y ética apropiada, el trabajo colevtivo, capital intelectual y la aplicación de destrezas cognitivas de alto nivel. No cabe duda que los datos proveen información. Pero el aprendizaje se adquiere a través de la aplicación del conocimiento en el contexto real, que a su vez propicia el entorno adecuado para generar la nueva experiencia educativa según las metas y objetivos establecidos en el prontuario del curso.

      Por tanto, el curso Web no es sólo el contenido agregado para ser memorizado o repetido, sino todo un conglomerado de experiencias, ideas, creencias, opniones, interacciones y aportaciones compartidas entre todos los participantes. El educador debe aprovecharse al máximo de todas las aportaciones de sus estudiantes para mantener su curso Web actualizado con los recursos tecnológicos y referencias bibliográficas disponibles en la red extensa del conocimiento humano. El conocimiento no sólo se circunscribe en las cuatro paredes de la sala de clases ni en el entorno virtual al que se accede. El conocimiento se encuentra en el universo que nos rodea. Hay que saber buscarlo y utilizarlo para lograr una educación de excelencia.

      Si bien, muchos educadores creen que una vez montado su/s curso/s Web su trabajo ya terminó es una conducta desacertada. El curso debe ser revisado constantemente para modificarlo y mantenerlo al día. Un buen educador se beneficia de las aportaciones de sus estudiantes, del contenido que se genera constantemente, de las investigaciones realizadas en otros lugares del mundo, de la globalización del conocimiento, de los productos creados por otros. El curso web es tanto del estudiante como del facultativo porque se nutre de la interacción entre educador, estudiante, contenidos didácticos y comunidades virtuales de aprendizaje que colaboran entre sí para desarrollar significados compartidos con definiciones compartidas. La idea de dejar a los estudiantes solos en el entorno virtual no aporta absolutamente al proceso de enseñaza y aprendizaje, ni cumple con los fundamentos de la Web-educación.

  2. Sea tecno-educador: Este listado muestra los conocimientos básicos que se deben ir adquiriendo poco a poco según sus necesidades. No se trata de que manejen todos los recursos a la perfección, sino que al menos conozcan sus funcionalidades beasicas y los beneficios que pueden obtener al incorporarlos en sus quehaceres académicos.

    I. Aprenda a utilizar la computadora y su funcionamiento básico. Conozca el sistema operativo de su computador, aprenda los comandos y funciones del teclado, aprenda a darle el mantenimiento y optimización requerido, actualice su sistema constantemente, protéjalo de virus informáticos, spams y addwares: Norton Antivirus, MacAffie. Utilice diferentes recursos de almacenamiento de información: Disco duro, Discos duros externos, Memorias Flash, CDs, DVDs, Servicios de red gratuitos como resguardos de información (Backups).

    II. Aprenda a navegar por la red, utilizar motores de búsqueda de información (Google, Yahoo, MSN), instalar plugs-in (RealPlayer, Winamp, ShockWave, Windows Media Player, QuickTime, Flash). Conozca los diferentes navegadores de red (Internet Explorer, Netscape, Mozilla Firefox, Opera). Se recomienda utilizar un proveedor de servicios de red (ISP) de alta capacidad. Hoy día la conexión a través de un modem de 56K no resulta muy efectiva ya que la mayoría de las páginas Web contienen muchos gráficos animados de alta resolución que tardan demasiado tiempo en cargarse en la pantalla del computador.

    III. Utilice un paquete de programados de escritorio. Microsoft Office 2007 es el que más se utiliza en la mayoría de las escuelas y universidades. El mismo contiene: MS Word (Procesador de palabras); MS PowerPoint (Presentaciones/Módulos electrónicos); MS Excel (Hoja electrónica de cálculos y generador de gráficos); MS Publisher (Publicaciones); MS Internet Explorer (Navegador de Red), MS Acces (Inventarios, Formularios), MS Picture Manager (Organizador Fotográfico) y MS Outlook (Administrador electrónico).

    IV. Utilice diferentes periferales: Impresoras, Scanners, Proyectores digitales, Web Cams, Monitores y otros. También es conveniente saber que exixte un programa para retocar fotografías como: PhotoShop. Este programa ayudará a generar imágenes con buena resolución dependiendo del recurso instruccional que se va a utilizar.

    V. Es interesante utilizar algunos de los dispositivos móviles como: iPods, Teléfonos móviles inteligentes, Agendas electrónicas (Palms/Pocket PCs), Tablet PCs, Portátiles con conexión inalámbrica y Cámaras digitales. Estas herramientas ayudan a realizar actividades innovadoras en sus cursos.

    VI. Aprenda a utilizar la plataforma de Web educación adoptada por la institución educativa en la que labora (Blackboard, Moodle, Desire2Learn, Angel, Edu 2.0). Asista a talleres de desarrollo profesional y experimente con las diferentes herramientas interactivas que poseen los sistemas. Las ideas para diseñar contenidos y actividades comenzarán a fluir en el proceso de aprendizaje.

    VII. Active una cuenta de correo electrónico institucional o personal. Es importante que los estudiantes tengan alguna forma de comunicación con sus profesores para el envío de avisos, calificaciones, información, contenidos y envío de tareas. Debe aprender a enviar documentos adjuntos (attachments) y a aprender a generar hipervínculos (liks) a otros lugares de interés.

    VIII. Experimente con las herramientas de la Web 2.0 que mejor se ajusten a sus necesidades o conocimiento y diseñe experiencias educativas interactivas que sean llamativas para sus estudiantes: Blogs (Blogger, WorldPress), Mensajería instantánea (MS Messenger, Yahoo Messenger), Fotografías (Flickr, Photobucket), Presentaciones en Red (Spresent, Slideshare), Entornos sociales (MySpace, Facebook), Marcadores sociales (delicious), Agregadores de feeds RSS y Atom (Google Reader) Vídeos (YouTube, TeacherTube), También puede beneficiarse de otras herramientas de Código Abierto "Open source"; OpenOffice (paquete de herramientas parecido a Office) y CMap (Generador de mapas conceptuales y organizador gráfico) entre muchas otras más... ¡Esto eso sólo una pequeña muestra de todo lo que existe en la Web!

  3. Fomente una cultura tecnológica: Es importante que el curso Web fomente una cultura tecnológica en todos los participantes. Esto ayuda a que los estudiantes se mantengan comunicados constantemente, evita el aislamiento social o académico, fomenta el trabajo colaborativo, promueve la gestión del conocimiento, el establecimiento de una comunidad virtual de aprendizaje, la construcción del conocimiento de manera dinámica y activa, el pensamiento crítico y el afianzamiento de las destrezas cognitivas de alto nivel. Mientras más conocimiento tecnológico tengan los participantes mayor será la rentablidad del curso Web que imparte. Un tecno-educador activo permite que sus estudiantes se conviertan en autores de sus propios conocimientos, seres pensantes y creativos que utilizan diversidad de recursos para acceder información adecuada y personas capaces de resolver problemas. Para lograr esto es importante que el mentor demuestre excelentes destrezas de redacción y comunicación de ideas. Si se logra esto los estudiantes tratarán de emular esa conducta a lo largo de la experiencia. Ellos podrían estar más pendientes de su redacción y formas de expresión escrita. De lo que se trata es de convertir al educador en un promotor de la liberación del pensamiento crítico, la reflexión y la práxis de sus estudiantes.

    Hoy día el uso que se le da a la Web es para generar el conocimiento; no sólo es para buscar, memorizar y repetir lo que exponen otros autores. Existe una inifinidad de servicios de Red en los que no se tiene que invertir ni un solo centavo por su manejo. Es cuestión de saber suscribirse a Blogs, Asociaciones Educativas y revistas electrónicas especializadas que envían sus boletines a través del correo electrónico o los agregadores RSS. La modalidad de aprendizaje en línea exige que todos los participantes tengan competencias de lecto-escritura bien desarrolladas para establecer una comunicación efectiva.

    Resulta bastante impresionante conocer todo lo que un tecno-educador debe considerar para diseñar un buen curso Web. Pero afortunadamentes los Tecnólogos Educativos y Diseñadores Instruccionales entran en el campo de la educación para darle el apoyo que necesita la facultad en el diseño de sus cursos. Esto es un proceso que se aprende en la marcha. Primero se aprende lo técnico y luego el fundamento de diseño para la Web. El resto del proceso lo puede hacer el educador solo experimentando y practicando con los recursos disponibles. De eso se trata, de teorizar nuestra propia práctica y no practicar con la teoría implantada en otros contextos del exterior.

  4. Diseñe cursos para la vida... no para una calificación final: Un buen educador es aquel que toca la fibra emocional y los estados emocionales de los estudiantes para sumergirlos en sus procesos de aprendizaje. No importa si está físicamente presente o desde la distancia, aquel que pueda hacer que sus estudiantes apliquen lo aprendido en sus quehaceres diarios es un educador exitoso. Es importante que se trate al aprendiz como un profesional de campo que viene con un conjunto de conocimientos y habilidades previas. Cuando un estudiante comparte sus experiencias personales con la clase es porque de una forma u otra se siente identificado con la actividad instruccional. Si se fomenta una motivación extrínseca desde el inicio, los participantes desarrollarán interés y motivación intrínseca que les permitirá estar más receptivos hacia el proceso de aprendizaje. Esto ayuda a garantizar el éxito al finalizar el curso, pues las metas y objetivos se cumplirán a cabalidad. Un buen educador demuestra valores éticos y morales que sirven para que los estudiantes emulen esas condutas durante toda la experiencia de aprendizaje virtual. Es importante establecer un código social desde el principio que deberá ser cumplido hasta el final del curso. Debe existir una netiqueta en la que impere el respeto, tolerancia hacia la diversidad y complegidad, seriedad, profesionalismo, un clima de armonía y seguridad entre todos los participantes.

El cambio paradigmático de la enseñanza tradicional a los entornos virtuales de aprendizaje es un proceso que conlleva tiempo en adoptarse. Es un trabajo arduo que debe realizarse en equipos de apoyo y colaboración de pares. La integración de la tecnología en los procesos académicos es otro proceso que toma mucho tiempo y efuerzo. Pero, es importante que los educadores de hoy estén al tanto de la importancia de ir adquiriendo destrezas y habilidades tecnológicas. La mayoría de las carreras demandan profesionales con altos niveles de competencias tecnológicas y de literacia de computadoras. Es nuestro deber promover el mayor uso de las tecnologías para atender las necesidades particulares de los estudiantes de esta generación. Éstos demandan una educación significativa que les abra sus conciencias libertadoras y los lleven por el camino de la reflexión, acción y praxis de su propio conocimiento generado. La educación basada en la web es una excelente oportunidad para lograr que nuestros estudiantes se sientan responsables de sus procesos académicos y encuentren una dirección correcta de qué es lo que quieren ser y hacia dónde quieren ir...